Humfrido o Unifredo. Conde de Barcelona. ?, p. s. ix – 864 post. Conde de Narbona, Rosellón, Ampurias y Barcelona (857-864).
De origen desconocido, aunque, según el canónigo e historiador Chaume, pudo haber sido hijo del conde Hunroch de Ternois y Engeltruda, y hermanastro, por parte de madre, de Odalrico, su predecesor al frente de los condados catalano-septimanos. Nombrado para el cargo en un momento difícil para el rey Carlos el Calvo, que veía multiplicarse las conspiraciones de la nobleza, los asaltos de los normandos y los ataques de su hermano Luis el Germánico, Humfrido se apresuró a firmar un tratado de paz con el gobernador musulmán de Zaragoza a fin de tener las manos libres para ayudar al Rey. Lo hizo en el 858 y 859 cuando las tropas de Luis el Germánico fueron obligadas a replegarse de Francia y regresar a Germania, y la paz fue restablecida en el reino. Pudo entonces ocuparse de las cuestiones internas de los condados, lo que hizo recompensando la fidelidad de magnates godos locales, para los cuales obtuvo donaciones y privilegios reales. No pudo impedir, en cambio, la ruptura de la paz con al-Andalus, materializada en un ataque del ejército emiral contra Barcelona. Poco después, la nobleza aquitana, que años antes se había alzado contra Carlos el Calvo agrupada entorno a la figura de Pipino, nieto de Luis el Piadoso, ahora se alzó de nuevo (859), esta vez con el pretexto de convertir a Carlos el Niño, hijo de Carlos el Calvo, en rey independiente de Aquitania. Parece que esta vez Humfrido no colaboró con el Rey ni le ayudó tampoco en su intento de arrebatar la Provenza a su sobrino Carlos, el hijo y sucesor de Lotario I en la región. Quizá Humfrido pensó que el debilitamiento de la autoridad real había llegado a un punto irreversible y, por tanto, ya no le convenía alinearse con el Rey. Pero el cálculo resultó erróneo. Humfrido fue acusado de traición (862) y Carlos el Calvo tomó medidas para desposeerlo: designó nuevos condes con el encargo de expulsarle de los condados.
Un conde llamado Suniario II, hijo de Suniario I de Ampurias, tomó entonces posesión del condado de Ampurias, y un conde casi desconocido llamado Otger hizo lo propio en Gerona. Pero Humfrido resistió en Barcelona y Narbona, y contraatacó. Expulsó de Toulouse, Carcasona, Pallars y Ribagorza al conde Ramon I (863), que pudo morir en la lucha, y definitivamente se alineó con los nobles aquitanos hostiles al Rey. Pero Carlos el Calvo era hábil en la maniobra. Con la ayuda del Papa, consiguió apartar a su hijo Carlos el Niño de las manos de los nobles sediciosos, y, con la mediación del conde Salomón de Urgell y Cerdaña, obtuvo del emir cordobés la promesa de que no ayudaría al rebelde. Y Humfrido, que debía de sentirse inquieto, vio, además, cómo los normandos, en sus incursiones por tierras aquitanas, llegaban hasta los muros de Toulouse (864). Tomó entonces la decisión de abandonar sus condados catalano-septimanos y huir a Italia.
Bibl.: L. Auzias, L’Aquitaine carolingienne, 778-987, Toulouse-París, Université, Faculté des Lettres, 1937; M. Chaume, “Onfroi, marquis de Gothie. Ses origines et ses attaches familiales”, en Annales du Midi, LII (1940), págs. 113-136; R. d’Abadal, Els primers comtes catalans, Barcelona, Vicens Vives, 1961; J. M. Salrach, El procés de formació nacional de Catalunya, Barcelona, Edicions 62, 1978, 2 vols.; “Unifred I (859-864)”, en J. M. Sans i Travé (coord.), Els comtes sobirans de la Casa de Barcelona. De l’any 801 a l’actualitat, Barcelona, Generalitat de Catalunya, Edicions 62, 2002, pág. 37.
José María Salrach Marés