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Agustín Bernardo Álvarez Pato Castrillón y Rodríguez

Biografía

Álvarez Pato Castrillón, Agustín Bernardo. Illano (Asturias) 14.III.1758 – mediado el año 1843. Eclesiástico, traductor, filólogo, prestamista, administrador de patrimonios y capellán.

Hijo de Agustín Álvarez del Pato y Castrillón y de María Rodríguez Valledor, perteneció, por su varonía, al linaje del Pato. Sus quintos abuelos fueron Mendo Álvarez del Pato y Leonor Rodríguez Cuervo y Castrillón, padres del Capitán y Sargento Mayor Juan Méndez Cuervo y Pato, hermano de Antonio, cuarto abuelo de Agustín Bernardo. Los Pato del concejo de Illano, como los de otros miembros de este linaje avecindados en distintos lugares del occidente de Asturias, eran hijosdalgo notorio descendientes del solar del Pato. El 11 de septiembre de 1653, el caballero y el religioso encargados de hacer las pruebas para el hábito de la Orden de Santiago que pretendió y obtuvo el Capitán y Sargento Mayor Juan Méndez Cuervo y Pato, fueron, desde Illano, a reconocer la casa solariega del Pato, e informaron de que, después de haber recorrido “un camino muy fragoso y áspero”, habían llegado a la aldea del Pato, para ver la casa principal, la que, por su fábrica, les pareció “de mucha antigüedad”. Consistía entonces en un edificio cuadrado, todo de piedra, al lado de una torre alta, también de piedra, con una escalera que subía hasta el primer alto, con la puerta orientada al levante. La casa y torre estaban en lo alto de un pequeño cerro que señoreaba dos valles.

El padre de Agustín Bernardo, siendo soltero, pasó a vivir en Madrid, en donde, en 1744, probó su hidalguía para que se le reconociese a los efectos oportunos. Del hijo, sólo se sabe que fue Criado Mayor de Felipe García de Samaniego a cuyo cargo estuvo la Oficina de Interpretación de Lenguas y que éste debió de inclinarle a que entrase en el estado eclesiástico, después de hacer los estudios pertinentes. Se recibió como clérigo de Prima, a título de capellanía incongrua, y se dedicó al estudio de lenguas. Por recomendación de García Samaniego, entró en dicha oficina, hacia 1782 para hacer traducciones del latín, del francés, del italiano, del portugués y del catalán. Samaniego le designo su testamentario universal y heredero fideicomisario absoluto, tal era la confianza que le inspiraba. Cuando falleció Samaniego, el nueve de marzo de 1796, Agustín Bernardo fue habilitado interinamente Secretario de la Oficina de Interpretación de Lenguas. Desempeñó este cargo hasta el 24 de marzo de 1797, en que fue nombrado en propiedad Leandro Fernández de Moratín. Durante los trece meses en que fue secretario, Agustín Bernardo ejerció con celo y exactitud todas las traducciones que se le encargaron, según certificó José de las Balsas, Oficial Mayor Primero de la Secretaría de la Cámara de Gracia y Justicia. En aquellos años, publicó las obras que se citan al final.

Al cesar en la Oficina de Interpretación de Lenguas, Agustín Bernardo, que había hecho préstamos a conocidos suyos, prosiguió en esta actividad. También se dedicó a administrar patrimonios y a tramitar asuntos y, con sus ahorros, a adquirir algunas parcelas para aumentar el patrimonio de su casa natal de Illano, La Grandela. Los ingresos que obtuvo de estas actividades a las que se dedicó, no le permitieron vivir con la holgura conveniente. Cumplidos los 42 años, y debido a los muchos gastos en que había incurrido y a la falta de salud, y al hallarse cargado de deudas, se dirigió al Consejo Real con la esperanza de que se le pudiera conceder algún beneficio eclesiástico de los muchos que estaban vacantes. Al no haber tenido respuesta a sus súplicas, regresó a su tierra natal, en la que se dedicó a partidor de herencias y a tasar bienes raíces. También desempeñó algunos cargos en el Ayuntamiento de Illano, como el de procurador sindico personero y el de juez. Participó en la Junta Superior para el armamento y defensa del Principado de Asturias. Figuró ente los 17 diputados que se reunieron en Luarca el 4 de marzo de 1810 para restablecer el gobierno del Principado y organizar la defensa frente a las tropas francesas. Durante los años transcurridos desde el final de la guerra de 1808-1814 y la muerte de Fernando VII en 1833, parece que gozó de prestigio, no sólo en la zona del Navia sino también en la capital del Principado. Como muestra de ello, cabe citar el Real Acuerdo que, por medio del Fiscal, solicitó de Agustín Bernardo que informase sobre las circunstancias y conductas moral y política e idoneidad, opinión pública y residencia de los candidatos que habrían de ocupar, en 1832, los cargos del Ayuntamiento en Illano. Cumplió el cometido el 2 de noviembre de 1831. Fue capellán de la Capellanía Colativa de Nuestra Señora del Carmen en la iglesia parroquial de Illano. Hizo testamento ante testigos, en su casa de Illano, sin que conste pasase ante escribano, el primero de julio de 1843. Dejó como heredero a su sobrino Pedro Álvarez del Pato. Manifestó no tener deudas y dio los nombres de quienes le debían algunas decenas de reales. También informó de que, en la Imprenta Real, se había impreso el Martirologio Romano que él había traducido y la oración del Padrenuestro, tomada de las obras de San Cipriano. Además, vertió al castellano, al latín, al francés y al italiano, la obrita titulada Instrucciones de Sancho Panza a su hijo y el Diccionario de los nombres propios de hombres y mujeres. Esperaba recibir algunos ejemplares de estas obras y la mitad de las ganancias, aunque no se le llegó a entregar cantidad alguna. Mandó destinar a misas lo que le pudiera corresponder y que se dijesen en los dos años contados a partir del día de su fallecimiento.

 

Obras de ~: Tratado de la festividad de quarenta horas que se celebran patente el santísimo sacramento, en memoria de las que estuvo Cristo Nuestro Bien en el sepulcro, van insertos los breves originales, por los quales los sumos pontífices concedieron la indulgencia plenaria, que se llama vulgarmente el jubileo de quarenta horas, y varias fórmulas y decretos de la Sagrada Congregación de Indulgencias, traducidas al castellano. Madrid, Benito Cano, 1789; Martirologio romano, publicado por orden del Papa Gregorio XIII, y reconocido con la autoridad de Urbano VIII, de Inocencio XI, de Clemente X, y últimamente corregido y aumentado por el sumo pontífice Benedicto XIV. Traducido al castellano. Madrid, imp. Real, 1791, II hs. + 468 págs.; Tratado de la explicación del Padre Nuestro, escrito por el gran padre de la iglesia S. Cripriano, Obispo de Cartago y Martir, traducido por Don Agustín Álvarez del Pato y Castrillón. Madrid, 1792; Diccionario de los nombres propios de hombres y mugeres, en las quatro lenguas castellana, latina, francesa e italiana. Madrid en la Imprenta Real. MDCCXCIII, 62 págs.; Instrucciones económicas y políticas, dadas por el famoso Sancho Panza, Gobernador de la Insula Barataria, a un hijo suyo, apoyándolas con refranes en castellanos, en que le prescribe el método de gobernarse en todas las edades y empleos. En Madrid, 8 págs.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares, Santiago, Año 1653; Illano, Caja 87 A, exp. 5128; Archivo Parroquial de Illano, Libro de bautizados, segunda mitad del siglo XVIII; Archivo del Ayuntamiento de Vegadeo (Asturias), Padrones de división de Estados, Illano, años 1773, 1780 y 1800;

J. L. Pérez de Castro, “Agustín Álvarez Pato y Castrillón, traductor en la Oficina de Interpretación de Lenguas (Illano, 1858-1843)”, en Primer congreso de estudios asturianos, celebrado en Oviedo del 10 al 13 de mayo de 2006, t. I, Real Instituto de Estudios Asturianos (Oviedo, 2007) págs. 83-112.

 

Gonzalo Anes y Álvarez de Castrillón, Marqués de Castrillón