Maluquer de Motes y Nicolau, Juan. Barcelona, 3.XII.1915 – 28.IX.1988. Catedrático de Arqueología, Epigrafía y Numismática en las Universidades de Salamanca y Barcelona, investigador y maestro de varias generaciones de arqueólogos españoles.
Nació en el seno de una familia agraria, vinculada a la población de Artesa de Segre (Lérida), de signo progresista y liberal. Su abuelo, Juan Maluquer y Viladot (Barcelona, 1856-1940), fue un conocido jurisconsulto y político, que, además de diputado por las localidades de Tarrasa y Solsona, destacó en las Cortes de Madrid de 1888 como defensor del derecho civil catalán. Su padre, Salvador Maluquer Nicolau, estudió Derecho y trabajó en la Compañía Telefónica, aunque su verdadera vocación, la pedagogía y las ciencias naturales, le llevó a fundar en 1899 el Instituto Catalán de Historia Natural. Conocedor de la flora, entomología y ornitología, solía dar grandes paseos en busca de insectos acompañado de su hijo, que, ya de niño, se aficionó a los fósiles y restos antiguos. Su madre, Neus de Motes, pertenecía a una familia de la pequeña nobleza rural originaria de Pont de Claverol (Lérida), lo que determinó que la infancia de Maluquer discurriera habitualmente en el mundo rural, en el que se fue desarrollando su interés por la arqueología. Fue decisivo que Hugo Obermaier, amigo de la familia, pasara una temporada de verano en la casa de Pont de Claverol, compartiendo paseos y tertulias que reafirmaron la vocación de Maluquer niño por la arqueología. Siempre admiró su manual, El hombre fósil, y continuó en contacto con Obermaier hasta el fallecimiento de este en 1946.
De su matrimonio con María Bernet Ribera, con la que había compartido los estudios de licenciatura en la Universidad, tuvo cinco hijos: Gloria, fallecida con una semana de vida; Neus, catedrática de Historia de enseñanza media, que murió a los cuarenta y cinco años, tres meses antes que su padre; Jordi, catedrático de Historia Económica en la Universidad Autónoma de Barcelona; Carlos Juan, catedrático de Derecho Civil en la Universidad de Barcelona, y Oriol, que nació en Salamanca y murió a los cinco años en San Miguel de Valero (Salamanca).
Maluquer ingresó en la Universidad de Barcelona durante el curso 1931-1932, a la temprana edad de dieciséis años. Fue el discípulo más joven de Pedro Bosch Gimpera, iniciador de la enseñanza de Prehistoria en dicha Universidad y con el que mantuvo una estrecha vinculación hasta su fallecimiento en México (1974). Siempre transmitió a sus alumnos el afecto y la admiración que sentía por su maestro, al que consideró “padre” de la escuela de prehistoriadores catalanes.
En 1936 se licenció en Prehistoria e Historia Antigua en la entonces Universidad Autónoma de Barcelona. Fundamental en su formación fue el viaje de fin de carrera, en la primavera de 1936, el famoso crucero por el Mediterráneo de estudiantes y profesores de las Universidades de Barcelona y Madrid, que tomaron contacto directo con la arqueología de las grandes culturas mediterráneas y donde estrechó nuevas amistades, como la de Antonio Tovar.
Después de la Guerra Civil, en 1940, fue nombrado ayudante gratuito de clases prácticas en la misma Universidad. En 1945, obtuvo el título de doctor en Ciencias Históricas en la Universidad Complutense de Madrid, con una memoria sobre el tema Las invasiones europeas en el nordeste de España durante la Edad del Bronce y la Primera Edad del Hierro. En 1947, fue nombrado profesor adjunto por oposición. De 1940 a 1949, fue también conservador del Museo Arqueológico Provincial de Barcelona, que, desde su fundación por Bosch Gimpera, estaba estrechamente ligado a la Universidad, como centro de investigación, estudio y prácticas, gracias a su magnífica biblioteca especializada y a sus importantes colecciones arqueológicas.
Fue secretario de los cursos de Prehistoria y Arqueología que se celebraban todos los veranos en Ampurias. Desde 1943, estuvo vinculado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el Instituto Diego Velázquez, y más tarde en el Rodrigo Caro, de Madrid, y en la Institución Milá y Fontanals de Barcelona. Cuando en 1958 se reincorporó a la Universidad de Barcelona, vinculó a esta Institución del CSIC sus proyectos de investigación sobre Protohistoria de la Península Ibérica, que, desde 1973, dieron lugar a la importante serie de publicaciones conocida como PIP (Programa de Investigación Protohistórica) del Departamento de Prehistoria y Arqueología del CSIC, al que pronto quedó vinculada su discípula María Eugenia Aubet.
En 1949, al ganar por oposición la cátedra de Arqueología, Epigrafía y Numismática de la Universidad de Salamanca, empezó una nueva etapa en su carrera universitaria. Allí, reencontró a Antonio Tovar, catedrático de Latín, profesor de Lingüística Comparada y rector de la Universidad (1951-1956), con el que compartió el interés por las lenguas e inscripciones prerromanas de Hispania. Su carácter afable y abierto le hizo trabar amistad con otros ilustres profesores, con los que compartía cátedra en la Universidad salmantina: Fernando Lázaro Carreter, Rafael Laínez Alcalá, Balcells Gorina, Luis Michelena, etc., contribuyendo a estimular profundamente la actividad universitaria gracias a su visión amplia y plural: “La falta de sentido universal esteriliza los mejores esfuerzos locales”. Su actividad docente e investigadora fue renovadora, formando discípulos, como el académico José María Blázquez Martínez. Fundó el Seminario de Arqueología de la Universidad de Salamanca y la revista periódica Zephyrus, editando también monografías arqueológicas salmantinas. Creó el Servicio de Investigaciones Arqueológicas de la Diputación, estudiando varios castros de la meseta (El Cerro del Berrueco en Salamanca y Los Castillejos de Sanchorreja en Ávila), llamando la atención sobre la importancia del estilo de cerámica de “El Boquique”.
También publicó una Carta Arqueológica de Salamanca.
Fue muy importante su vinculación con Navarra, a donde le llamó Blas Taracena para que se incorporara a las excavaciones de Cortes de Navarra, entregándole simbólicamente su bastón, que Maluquer guardaba con mucho cariño. Gran amigo de Julio Caro Baroja, a quien visitaba frecuentemente en Vera de Bidasoa, tuvo también una profunda amistad con José Uranga, director de la Institución Príncipe de Viana y posteriormente con María de los Ángeles Mezquiriz, directora del Museo de Navarra. Como director del Servicio de Excavaciones de la Diputación Foral de Navarra (1953-1960), excavó en la cueva de Zugarramurdi, en Fitero y en el Alto de la Cruz de Cortes de Navarra, yacimiento al que dedicó una monografía que tuvo gran repercusión a nivel internacional con motivo del IV Congreso Internacional de CPP, celebrado en Madrid en 1954. El poblado de Cortes de Navarra fue uno de sus grandes proyectos que continuó hasta el final de su vida. Falleció en el mes de septiembre de 1988, poco después de volver de Navarra, donde había estado excavando durante el mes de agosto.
En 1958, ocupó a la cátedra de Arqueología de la Universidad de Barcelona, vacante por jubilación del doctor Amorós. Posteriormente, al jubilarse el doctor Pericot (1969), pasó a ocupar la de Prehistoria, en la que permaneció hasta su jubilación en 1985, continuando luego como profesor emérito. Fueron treinta fructíferos años los dedicados a la que había sido siempre su Universidad.
En enero de 1959 fundó el Instituto de Arqueología de la Universidad de Barcelona, sucesor del antiguo Seminari de Prehistoria, “como marco universitario que agrupaba la larga tradición investigadora de la Escuela Arqueológica Barcelonesa que iniciara en nuestra Universidad en 1916 el profesor P. Bosch Gimpera”. Como acto fundacional, organizó en el mes de septiembre de aquel año el Primer Symposium de Prehistoria de la Península Ibérica, cuyas actas inauguraron la serie de “Publicaciones Eventuales” del Instituto. En 1969 inició una revista periódica Pyrenae, que se publicó hasta el número 21 (1985), siempre abierta a novedades y a una práctica utilísima, las recensiones de libros importantes, casi todas hechas por el propio profesor Maluquer. Sus recensiones, presentes ya desde los primeros años de la revista Ampurias, ayudan a comprender los grandes y actualizados conocimientos del doctor Maluquer.
Sus originales y novedosas ideas eran el resultado de mucho trabajo y dedicación de un hombre de gran inteligencia, no sólo de “grandes intuiciones”, que muchos le atribuyen con justicia. Con una visión global de la prehistoria española, como la había tenido su maestro, convencido de la necesidad de renovar enfoques consagrados en síntesis anteriores, inició la serie de “Simposia” de Prehistoria Peninsular, con un total de nueve. En ellos, reunía a los prehistoriadores que estaban trabajando en los distintos temas de investigación, encargándoles ponencias actualizadas con planteamientos nuevos, abiertos a un foro de discusión y valoración. El primero trató de forma general un estado de la cuestión, cambiando totalmente muchos enfoques anteriores, e hizo que los siguientes se orientaran a temas concretos, en los que se había visto la necesidad de plantearlos con una metodología actualizada; así, el tema de Tartessos, las Baleares o la personalidad de las distintas regiones. La claridad de los objetivos propuestos por el doctor Maluquer, la inteligencia y originalidad de sus enfoques, convencieron a cuantos arqueólogos españoles y extranjeros trabajaban en España, así como a los renovados profesores universitarios, que sirvieron para transmitir sus orientaciones.
Consciente de la importancia de la labor social de la Universidad, organizó Seminarios de Arqueología totalmente abiertos a no universitarios, que se celebraban todos los miércoles en la biblioteca del Seminario.
El éxito que tuvieron y la solicitud de muchos asistentes y estudiosos le llevó a crear en 1970 una “Diplomatura de Arqueología Hispana”, impartida por profesores del Instituto, con un programa que suponía una duración de tres cursos. Continuaron hasta 1990, consiguiendo que cuatrocientos treinta y nueve alumnos obtuvieran la diplomatura. Deseosos de mantener una estrecha vinculación con el Instituto, la primera promoción de diplomados, creó en 1973 una Asociación de Diplomados en Arqueología Hispánica de la Universidad de Barcelona (ADAHUB), que reunía en una comunidad de intereses a buenos defensores del patrimonio arqueológico y estudiosos, en ocasiones de gran prestigio, como Josep Barberà, que han tenido un papel importante en la arqueología catalana. La personalidad arrolladora y generosa de Juan Maluquer y la atracción que ejercía sobre las nuevas generaciones, en ocasiones suscitaron recelos, más que incomprensión de su proyecto, en el que siempre aceptó sugerencias y colaboración. Tras su fallecimiento, se suprimió el floreciente Instituto de Arqueología y Prehistoria con todas sus actividades, sin consultarlo ni comunicarlo siquiera a los miembros de la Institución. Quizás los que debían de tomar el relevo no supieron valorar el verdadero espíritu de aquella Universidad a la que tanto aportó Maluquer, impulsando un resurgimiento de su autonomía y de su historia, aprovechando el caudal de sus grandes maestros.
Al incorporarse a la cátedra de Barcelona, volvió también a sus raíces leridanas, afincándose los veranos en Artesa de Segre, donde se dedicaba a escribir y también a excavar y prospectar yacimientos de la zona: poblados de Tornabous y Antona, cueva del Parco. Siempre preocupado por divulgar las actividades culturales, en 1980 creó el pequeño Museo del Montsec y en 1981, con “El poblament antic a la comarca de la Noguera”, inició una serie de pequeñas publicaciones locales.
Dentro de sus actividades académicas, fue vicedecano y después decano de la Facultad de Geografía e Historia (1968-1971), en tiempos especialmente difíciles.
Gracias a su importante gestión y a su valentía consiguió el apoyo necesario para la aprobación de un nuevo y esperanzador Plan de Estudios, fruto del entusiasmo e ilusión que muchos universitarios compartían con Maluquer. El Plan de Estudios, para el que enseguida se acuñó el nombre de “Plan Maluquer”, fue realmente innovador. Su labor como presidente del Patronato de la Universidad de Barcelona, unida al reconocimiento de sus méritos como docente e investigador, merecieron el honor de que le fuera concedida la Medalla de Oro de la Universidad de Barcelona.
Fuera de la Universidad, su prestigio y capacidad científica le hizo merecedor de altos cargos administrativos.
En 1974, fue nombrado comisario general de Excavaciones Arqueológicas por el Ministerio de Educación Nacional, y en 1978, subdirector general de Arqueología por el Ministerio de Cultura. En estos cargos desarrolló una gran labor de organización en todos los ámbitos: de protección de monumentos y yacimientos arqueológicos, de dotación de técnicos arqueólogos encargados de las distintas zonas, de divulgación del patrimonio arqueológico organizando exposiciones, publicando catálogos especializados y atendiendo personalmente las solicitudes de las distintas provincias, acudiendo a valorar importantes descubrimientos que reclamaban su presencia. Así, a instancias del director del Museo de Jaén, J. González Navarrete, hizo varias excavaciones en la provincia.
El director del Museo de Mérida también solicitó su presencia, y a instancia suya inició la excavación de Zalamea la Serena, donde trabajó durante quince años, descubriendo un “Santuario”, que terminó de estudiar su colaborador Sebastián Celestino. Como en otros lugares, la sencillez y generosidad de Maluquer conquistó el afecto de los habitantes de la localidad extremeña, hasta el punto que el 13 de abril del año 2003 el Ayuntamiento le hizo un homenaje dedicándole el nombre de una calle a “Joan Maluquer de Motes”. Gracias a su esfuerzo, la profesión de arqueólogo fue adquiriendo un carácter verdaderamente profesional y especializado. También fue muy importante el apoyo que dio desde el Ministerio al Instituto Rocasolano del CSIC, a fin de que las muestras para dataciones de radiocarbono pudieran ser analizadas en dicho centro de investigación, dirigido por el doctor Alonso Mathias, pionero en estos trabajos en España.
Fueron numerosas las distinciones que le otorgaron, entre ellas: la Encomienda con placa de Alfonso X el Sabio; la Medalla Narcis Monturiol de Investigación de la Generalidad de Cataluña y la citada Medalla de Oro de la Universidad de Barcelona; fue miembro del comité permanente de los Congresos Internacionales de CPP y de los Congresos Nacionales de Arqueología; académico correspondiente de la Real Academia de la Historia; miembro ordinario del Deutsches Archäologischen Instituts de Berlín y honorario de la Prehistoric Society of New York; de la Associaçao dos Arqueologos Portugueses; de la International Classical Association de Roma; del Istituto de Prehistoria de Firenze; del Istituto di Studi Liguri de Bordighera; colaborador de los Fasti Archeologici de Roma.
Pero a pesar de todos estos honores, nadie puede resumir mejor su persona y su vida que María Bernet Ribera, fuente oral viva, que expresó en julio de 2003: “Fue un hombre justo y generoso, generoso con sus hijos, generoso con su esposa y generoso con sus alumnos universitarios y con los que estuvo trabajando en sus excavaciones. Trabajador infatigable dedicó su vida al estudio arqueológico, aunque era una persona de gran cultura literaria y musical. También sus conocimientos de geología y botánica, le permitían conversar en temas tan distintos de su profesión.
No fue vanidoso en ningún aspecto por su inmenso trabajo, reconocido en España y el extranjero. Su paso por el Ministerio le dio fama de seriedad y eficacia en todo lo que pudo intervenir. Su gran pasión fue el estudio arqueológico en el que destacó de una manera brillante y reconocida, llena de éxitos universitarios y de cantidad de inmensas publicaciones”.
Obras de ~: “Las industrias con microburiles de la Valltorta”, en Ampurias, I (1939), págs. 108-113; “La cerámica con asas de apéndice de botón y el final de la cultura megalítica del NE de la Península Ibérica”, en Ampurias, IV (1942), págs. 171- 188; “La estratigrafía arqueológica de la cueva de Toralla (Lérida)”, en Ampurias, VI (1944), págs. 39-58; “La provincia de Lérida durante el Eneolítico, Bronce y Primera Edad del Hierro”, en Ilerda, V (1945), págs. 173-245; “Las culturas hallstátticas en Cataluña”, en Ampurias, VII-VIII (1946), págs. 111- 184; “La Edad del Bronce en la Islas Baleares”, en R. Menéndez Pidal (dir.), Historia de España, t. I (1), Madrid, Espasa Calpe, 1947, págs. 715-751; “La cultura de La Lagozza en Cataluña” y “Vasos de boca cuadrada en Cataluña”, en Rivista di Studi Liguri, XV, Bordighera (1950), págs. 46-52; Exploraciones y viajes en el mundo antiguo, Barcelona, Instituto Transoceánico de Ediciones, 1950; “Estado actual de nuestro conocimiento de la Prehistoria salmantina”, en Zephyrus, I (1950), págs. 1-21; Arquitectura prehistórica española, Barcelona, 1951; con L. Pericot, Materiales prehistóricos de Serinyà. II. La colección Bosoms, Zaragoza, Instituto de Estudios Pirenaicos, 1951; “El Pirineo y las invasiones indoeuropeas”, en Pirineos, 26 (1951), págs. 697-708; “Frühe Indoeuropäische Häuser im Ebrotal”, en Germania, 31, fasc. 314 (1953), págs. 155-159; “Pueblos celtas” y “Pueblos ibéricos”, en R. Menéndez Pidal (dir.), Historia de España, t. I (2), Madrid, Espasa Calpe, 1954, págs. 4-194 y págs. 303-370, respect.; El yacimiento hallstáttico de Cortes de Navarra. Estudio Crítico I, Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 1954; “La Edad del Hierro en la cuenca del Ebro y en la Meseta central española”, en VV. AA., IV Congreso Internacional de CPP, Madrid, 1954; Los poblados de la Edad del Hierro en Cortes de Navarra, Salamanca, Universidad, 1954; El proceso histórico de la antigua población peninsular, Salamanca, 1955; Carta Arqueológica de Salamanca, Salamanca, 1956; “La cerámica pintada de Cortes de Navarra”, en VV. AA., Crónica del IV Congreso Internacional de CPP, Madrid 1954, Zaragoza, 1956; “La técnica de incrustación de Boquique y la dualidad de tradiciones cerámicas en la Meseta durante la Edad del Hierro”, en Zephyrus, VII-2 (1956), págs. 179-206; “De metalurgia tartésica: el Bronce Carriazo”, en Zephyrus, VIII (1957), págs. 57-168; La humanidad prehistórica, Barcelona, Montaner y Simón, 1958; “Excavaciones arqueológicas en el Cerro del Berrueco (Salamanca)”, en Acta Salmanticensia, XIV, 1 (1958); El Castro de los Castillejos en Sanchorreja, Ávila-Salamanca, Universidad de Salamanca, 1958; “La fecha final de la cerámica excisa en la Meseta española”, en VV. AA., Volume de Homenagem do Prof. Doutor Mendes Corréa, Porto, 1958, págs. 167-173; “El tesoro tartésico de El Carambolo, Sevilla”, en VV. AA., I Congreso Nacional de Arqueología, Lisboa, 1959, págs. 293-298; con A. M. Muñoz y F. Blasco, Cata estratigráfica en el poblado de La Pedrera (Vallfogona de Balaguer, Lérida), Barcelona, Universidad, 1960; “Bases para el estudio de las culturas metalúrgicas de la Meseta” y “Nuevas orientaciones en el problema de Tartessos”, en VV. AA., I Symposium de Prehistoria de la Península Ibérica (Pamplona 1959), Pamplona, 1960, págs. 125-149 y págs. 273-300, respect.; Nuevos hallazgos de la cultura del vaso campaniforme en la Meseta, Barcelona, Universidad, 1961; “Nuevas excavaciones en el poblado de Cortes de Navarra”, en VV. AA., V International. Kongress für vor-und Frügeschichte (Hamburg 1958), Berlin, 1961, págs. 517-518; “Tossal del Moro, Pinyeres”, en Excavaciones Arqueológicas en España, 5 (1962); “El desarrollo de la primera Edad del Hierro”, en VV. AA., Problemas de la Prehistoria y de la Arqueología catalanas, II Symposium de Prehistoria Peninsular (Barcelona 1962), Barcelona, Universidad, 1963, págs. 53-69; con P. Giró y J. M. Masachs, Excavaciones en la galería cubierta de Valldosera en Querol (Tarragona), Madrid, EAE 20, 1963; Notas sobre la cultura megalítica navarra, Barcelona, 1964; con M. Oliva, Monedas ampuritanas y plomo ibérico hallados en Ullastret (Gerona), Barcelona, 1965; “Rhode, la ciutat mes antiga de Catalunya”, en VV. AA., Homenatge a J. Vicens Vives, Barcelona, Universidad, 1965, págs. 293-297; “Arquitectura megalítica pirenaica”, en VV. AA., III Symposium de Prehistoria Peninsular, Barcelona, 1965, págs. 24-40; “Una vasija excepcional del poblado de Mas Boscá”, en Pyrenae, I (1965), págs. 129-138; “Consideraciones sobre el problema de la formación de los vascos”, en VV. AA., IV Symposium de Prehistoria Peninsular, Pamplona-Barcelona, 1966, págs. 115-128; El impacto colonial griego y el comienzo de la vida urbana en Cataluña. Discurso leído en el Instituto de Estudios Ilerdenses, Barcelona, CSIC, 1966; “La España de la Edad del Hierro”, en Las raíces de España, Madrid, 1967, págs. 109-130; Epigrafía prelatina de la Península Ibérica, Barcelona, Universidad, 1968; “Panorama económico de la Primera Edad del Hierro”, en VV. AA., Estudios de Economía Antigua en la Península Ibérica, Barcelona, Editorial Vicens-Vives, 1968, págs. 61-69; “Introducción al problema de Tartessos”, “El comercio fenicio en Catalunya” y “Tartessos y su historia”, en VV. AA., V Symposium de Prehistoria Peninsular (Jerez de la Frontera, 1968), Universidad de Barcelona, 1969, págs. 1-6, págs. 241-250 y págs. 389-406, respect.; Tartessos. La ciudad sin historia, Destino, Barcelona, 1970; “Orfebrería de la España Antigua”, en VV. AA., VI Congreso Internacional de Minería, León, 1970, págs. 47-83; “Late Bronze and Early Iron in the valley of the Ebro”, en VV. AA., The European Community in Later Prehistory. Studies in honour of C. F. C., Hawkes, London, 1971, págs. 107-120; Proceso histórico económico de la primitiva población peninsular, Barcelona, Universidad, 1972; La necrópolis ibérica de la Bobadilla, Jaén, Barcelona, PIP-CSIC, 1973; “La Arqueología Balear y sus problemas”, en VV. AA., VI Symposium de Prehistoria Peninsular, Barcelona, Universidad, 1974; “La Edad del Bronce en el noroeste atlántico”, en VV. AA., I Jornadas de Metodología Aplicada de las Ciencias Históricas, I, Santiago de Compostela, 1975, págs. 129-145; Historia Económica y social de España. La Prehistoria Española, Madrid, Confederación de Cajas de Ahorro, 1975; “Panorama general de la problemática sobre el urbanismo prerromano en la Península Ibérica”, en VV. AA., Actas del Symposium de ciudades augusteas, Zaragoza, 1976, págs. 7-27; El Palau-Santuari de Zalamea de la Serena, Badajoz, Barcelona, 1981; “El Santuario protohistórico de Zalamea la Serena, Badajoz 1978-1981”, en Andalucía y Extremadura, Barcelona, PIP-CSIC, 1981, págs. 223-409; Vivienda y urbanismo en España. Los núcleos de población prerromana, Barcelona, Banco Hipotecario de España, 1982; El Santuario Protohistórico de Zalamea la Serena, Badajoz II (1981-82), Barcelona, PIP-CSIC, 1983; La necrópolis de la Loma del Peinado, Casillas de Martos (Jaén), Barcelona, PIP-CSIC, 1984; El poblado paleoibérico de la Ferradura, Ulldecona, Tarragona, Barcelona, PIP-CSIC, 1984; La necrópolis paleoibérica de Mas de Mussols, Tortosa, Tarragona, Barcelona, PIP-CSIC, 1984; “Problemática general del hierro en occidente”, ponencia en VV. AA., I Coloquio Internacional sobre la Edad del Hierro en la Meseta norte, Salamanca, Universidad, 1984; con M. Picazo y R. Martín, Corpus Vasorum Antiquorum. Ullastret, CVA 3, Barcelona, Institut d’Estudis Catalans, 1984; con S. Celestino, F. Gracia y G. Munilla, El Santuario Protohistórico de Zalamea la Serena, Badajoz III (1983-1986), Barcelona, PIP-CSIC, 1986; Arquitectura i urbanisme iberics a Catalunya, Barcelona, PIP-CSIC, 1986; La necrópolis paleoibérica de Mianes en Santa Bárbara, Tarragona, Barcelona, PIP-CSIC, 1987; Catalunya: Baix Ebre, PIP-Universidad de Barcelona, 1987; “Comercio continental focense en la Extremadura central”, en Ceràmiques gregues i helenistiques a la Península Ibérica. Taula Rodona, Ampurias 1983, Barcelona 1987, págs. 19-25; “Mig segle de recerques prehistòriques a les valls del Noguera Pallaresa y del Segre, a les vores del Montsech”, en VV. AA., Prehistoria y Arqueología de la Conca del Segre, Actes del 7e. Col. Internacional de Puigcerdà, Homenatge al Dr. Maluquer de Motes, Puigcerdá 1988, págs. 17-24; con F. Gracia y G. Munilla, Alto de la Cruz: Cortes de Navarra, Campañas 1986-1988, Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 1990.
Bibl.: VV. AA., Nueva Enciclopedia Larousse en veinte volúmenes, Barcelona, Editorial Planeta, 1981; Diccionario Enciclopédico Salvat Universal, Barcelona, Salvat, 1986; “Homenaje al Excmo. Sr. Dr. Juan Maluquer de Motes Nicolau”, en Anales de Prehistoria y Arqueología (1988); M.ª Á. Mezquiriz, “Juan Maluquer de Motes”, en Trabajos de Arqueología de Navarra, 7 (1988), págs. 9-10; A. M. Muñoz, “La protohistoria de la Península Ibérica en la obra del profesor Maluquer de Motes”, en Anales de Prehistoria y Arqueología, 4 (1988), págs. 9-26; VV. AA., Diccionario de la Historia de Catalunya, Barcelona, Edicions 62, 1992, págs. 640-641; Homenatge al Prof. Dr. Joan Maluquer de Motes, en Pyrenae, Barcelona, Universidad, 2000.
Ana María Muñoz Amilibia