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Raimundo de Madrazo y Garreta

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Biografía

Madrazo y Garreta, Raimundo de. Roma (Italia), 24.VII.1841 – Versalles (Francia), 15.IX.1920. Pintor.

Bautizado en la iglesia de San Carlino alle Quattro Fontane de Roma, fue apadrinado por el pintor francés Raymond Balzé y por su tía Carlota Kuntz. Su padre, el pintor Federico de Madrazo, se encontraba pensionado en Roma y regresaría a Madrid el año siguiente seguido de su esposa y sus cuatro hijos. El joven se formó con su padre, que era profesor en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, y con su abuelo, el pintor de cámara José de Madrazo, y también con sus tíos Luis y Pedro, lo que garantizó que, con muy pocos años, Raimundo adquiriera una extraordinaria capacidad dibujística. Ingresó oficialmente en la Academia en 1854, donde coincidió con algunos de los artistas que serían determinantes en el futuro de su carrera profesional, como Martín Rico, Eduardo Rosales y el francés Léon Bonnat (1833-1922), cuyos padres habían recalado en Madrid por motivos profesionales y que, más adelante, ya en París, se convertiría en un personaje clave para Raimundo.

Pasó a París en 1862, donde se convirtió en discípulo de Adrien Dauzats (1804-1868), aunque conoció bien los talleres de François-Édouard Picot (1786- 1868), Horace Vernet (1789-1863) y, sobre todo, el de Léon Cogniet (1794-1880), con quienes estableció fluidas relaciones. Además, también acudió con cierta regularidad a copiar al Museo del Louvre y muy a menudo al estudio de Ingres (1780-1867). En París se instaló en casa de sus tíos Eugenio de Ochoa y Carlota Madrazo, aunque en realidad convivía, sobre todo, con los jóvenes de la colonia española, y, tras una corta preparación con Cogniet, ingresó en la École des Beaux-Arts, donde permaneció muy poco tiempo. Así, junto con Martín Rico, prescindió de la pésima enseñanza de ese establecimiento, matriculándose en la École Imperiale de Dessin, llamada Petite École, cuyo prestigio artístico era mucho mayor. Todavía entonces pensaba en composiciones históricas, como La muerte de Don Lope de Haro en las Cortes de Alfaro (Nueva York, The Hispanic Society of America) o La llegada a España del cuerpo del Apóstol Santiago (Sevilla, colección particular). A finales de 1862 viajó a Londres, donde quedó impresionado por la escuela inglesa del siglo XVIII. En 1863 Raimundo, perfectamente conectado con la sociedad francesa de su tiempo a través de las amistades de su padre, recibió el importante encargo de pintar un plafón para el palacio del duque de Riansares, marido morganático de la reina María Cristina de Borbón, que le concedió cierto éxito, y que debía representar la Jura de las Cortes en 1833. Aunque desde 1863 había vendido obras a través de Goupil, a partir de 1866, ya integrado perfectamente en el ambiente artístico francés, firmó un contrato con el marchante.

En 1866 Eduardo Rosales presentó al joven pintor catalán Mariano Fortuny a Martín Rico y a Raimundo de Madrazo. Ese mismo año el catalán viajó a Madrid y se comprometió con su hermana Cecilia de Madrazo. Un año después Raimundo viajó a Madrid para acudir al matrimonio entre ambos. A partir de ese momento, las relaciones de los Madrazo con Fortuny se estrecharon y, aunque el catalán insistió mucho, no consiguió que Raimundo dejara París para establecerse en Roma, a pesar del ascendente que tuvo sobre él. Para Raimundo de Madrazo, París poseía no sólo el atractivo de las numerosas oportunidades artísticas y del contacto con las corrientes más vivas del momento, sino que sus incontables alicientes sociales le atraían muy especialmente. En 1869 Raimundo firmó un nuevo contrato con Goupil, que le obligaba a realizar nuevas escenas preciosistas, parecidas a las que pintaba su famoso cuñado. Ese mismo año, con Fortuny en París, acudió a pintar al estudio de Jean- Léon Gérôme (1824-1904) y poco después su protagonismo, gracias al éxito del catalán, adquirió unas dimensiones desorbitadas. Fortuny, acompañado continuamente de Raimundo, era requerido en los círculos más exclusivos de la ciudad, lo que abrió el futuro camino de Madrazo como retratista de esos mismos personajes que entonces les recibían como una auténtica atracción.

En 1870 los Fortuny abandonaron París, pero Raimundo, coincidiendo con la Guerra Franco-Prusiana, decidió quedarse y participar como voluntario de la Cruz Roja, en las labores humanitarias desplegadas en la capital. Su permanencia en la ciudad supuso la destrucción de algunas de las pinturas en las que trabajaba para su inminente exposición en Londres, pero el artista, junto a Ignacio León y Escosura, decidió resistir en la ciudad. En ese tiempo se ganó el respeto y la amistad férrea de muchos de los pintores franceses que habían quedado en la ciudad, especialmente de Paul Baudry (1828-1886), de quien llegaría a atesorar algunos de sus dibujos, hoy conservados en el Louvre.

Tras la guerra comenzó su verdadero ascenso profesional, exponiendo desde entonces en las galerías más importantes de París y Londres, difundiendo su arte —muy próximo a Fortuny— entre los grandes coleccionistas burgueses de toda Europa y América. En febrero de 1872 viajó a Sevilla con Martín Rico, a casa de los Iruretagoyena, emparentados con sus íntimos amigos, los hermanos Errazu. Allí realizó muchas escenas costumbristas y pinturas de gitanas. Después, en julio, acudió a Granada, donde se encontraba Fortuny.

A su vuelta a París entabló una relación amistosa con Giuseppe de Nittis (1846-1884), que triunfó ese año en el Salon. Tras varios tormentosos amoríos, el 19 de febrero de 1874 casó con su prima Eugenia de Ochoa y de Madrazo, con la que tuvo, el 28 de junio de 1875, a su único hijo, Federico Carlos de Madrazo (1875- 1935), más conocido como “Cocó”, que se dedicó a la pintura y a la música. Ocho días después del parto falleció su esposa. El otoño anterior había muerto en Roma su cuñado Mariano Fortuny y, junto a su hermana Cecilia y a su padre Federico, se ocupó de las ventas del atelier. Cecilia, con los dos huérfanos que Fortuny había dejado, se quedó en París, cerca de Raimundo, a quien nombró albacea de sus hijos.

A partir de ese momento su vida se volvió cada vez más sofisticada y exquisita y comenzó a tramar una red de amistades escogidas y cosmopolitas entre la que figuraron todos los protagonistas del Grand Monde de París, a la mayoría de los cuales inmortalizó en sus retratos. Retrató al que años más tarde sería su vecino e íntimo amigo, el conde Robert de Montesquieu (1855-1921), que le convirtió en asiduo tertuliano del salón de la princesa Mathilde Bonaparte y le facilitó además contactos con importantes clientes, como Samuel P. Avery.

En 1877 Madrazo debió ocuparse de organizar, con la ayuda de Rico, una exposición de homenaje a su cuñado Mariano Fortuny, en el Pabellón de la Exposición Universal de París de ese año. En enero de 1879 Raimundo fue nombrado correspondiente por el extranjero de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Aunque practicaba otros géneros con mucha habilidad, el éxito y el reconocimiento internacional llegó a Raimundo de Madrazo por su extraordinaria capacidad para retratar de un modo elegante y refinado a la más alta sociedad. Su clientela fue extraordinariamente variada. Así, hay ejemplos de la aristocracia española, como el soberbio retrato de la Duquesa de Alba (Madrid, Palacio de Liria), el de La reina María Cristina de Austria (París, Embajada de España) o el notable retrato del Marqués de Casa Riera (Madrid, Fundación Carlos de Amberes). También se conocen otros de la nobleza europea asentada en París, como el de La marquesa d’Hervey (París, Musée d’Orsay). Pero, sobre todo, Raimundo dejó los mejores testimonios de su pintura en los retratos de la alta sociedad hispanoamericana afincada en París, como el de La marquesa de Manzanedo (Madrid, Museo del Prado) o, sobre todo, el de su amigo Ramón de Errazu (Madrid, Museo del Prado), obra cumbre de toda su producción. Además, inmortalizaría a personajes clave de la sociedad estadounidense durante sus numerosas estancias en aquel país, como atestiguan los retratos del Mr. y Mrs. Charles Phelps Taft (Cincinatti, Taft Museum), hermanastro del presidente de los Estados Unidos.

Sin embargo, muchos de sus cuadros más conocidos son los tipos y escenas intrascendentes que recreó, durante más de quince años, con ayuda de su modelo Aline Masson. Vestida o desnuda, con mantilla blanca o disfrazada de Pierrette, Masson protagonizó una gran parte de la producción de Madrazo destinada al mercado, frívola en cuanto a sus asuntos, fresca y sensual, y de una altísima calidad de ejecución, que parece atrapar sin esfuerzo toda la vivacidad de su despreocupada juventud, plenamente consciente de la decadencia insostenible del final del realismo burgués.

Desde la década de 1870 Raimundo presentó algunas de sus obras en los salones Bosch de Madrid y en Múnich, pero fundamentalmente en el Salon de París.

A mediados de la década de 1880, el Senado español le encargó un gran lienzo para la decoración de sus salas, que debía representar a Colón, a la vuelta de América, entrevistándose con los Reyes Católicos. La obra, con la que la Cámara no quedó satisfecha, no fue adquirida al artista. Sin embargo, fuera de su país continuaba su éxito. En 1889 recibió, de hecho, la Medalla de Oro de la Exposición Universal de ese año, y recibió el nombramiento de oficial de la Legión de Honor francesa. El año siguiente envió a Madrid un gran retrato de aparato de la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena (París, Embajada de España), que le había sido comisionado por el Ministerio de Fomento y que, sorprendentemente, fue rechazado por el marqués de la Vega Armijo aduciendo la impropiedad de la forma en la que se presentaba a la Reina viuda.

Durante la década de 1990 organizó varias exposiciones en distintas ciudades inglesas, llegando a instalarse en Bath durante 1892, desde donde atendió a un mercado que le obligaba a presentar pinturas tanto en Madrid como en Nueva York. De hecho, en 1898, Raimundo se trasladó a esa ciudad, donde realizó numerosas obras. En 1899 regresó a París, donde contrajo nupcias con María Hann, hermana del famoso músico Reynaldo, con el que el propio hijo de Madrazo, Cocó, estrecharía una íntima amistad. En 1901 retornó a Nueva York y de allí viajó a Baltimore, a Los Ángeles y, más tarde, a Buenos Aires, donde retrató a Bartolomé Mitre. En 1902 pintó a diversas personalidades norteamericanas y al año siguiente retornó a París, donde la colonia de pintores españoles le nombró presidente de su Sociedad Artística. En Buenos Aires el conocido marchante Artal organizó en sus salones una muestra dedicada a él.

En 1905 fue nombrado miembro honorífico de The Hispanic Society of America de Nueva York, debido a la estrecha colaboración que mantuvo con Archer Huntington, mientras éste ponía en marcha la institución. Fiel a su carácter de hidalgo —como ironizaban sobre él los hermanos Goncourt—, donó importantes obras al filántropo americano para que las conservara en ese centro, testimonio de la cultura hispana en el centro del mundo anglosajón. En 1907 regresó a Nueva York, a donde volvería de nuevo en 1911, viajando también a Cincinnati.

Instalado en Versalles desde 1910 con su esposa, permaneció allí durante los años de la Gran Guerra. Falleció en 1920, año en que la Royal Academy de Londres, de la que era miembro, celebró una exposición homenaje en su memoria, mientras que en Madrid la noticia pasó desapercibida. Con el dramático suicidio de su único hijo en 1935 se perdió la memoria y la continuidad de una saga artística que había empezado más de siglo y medio antes y que había sido la protagonista absoluta de la vida artística española.

 

Obras de ~: Señora Dulongval, 1856; Julie Green, 1856; Sr. Bouvet, 1856; Duque de san Lorenzo, 1856; Federico de Madrazo niño, copia de José de Madrazo, 1857; La traslación de los restos del Apóstol Santiago a la Sede de Padrón, 1857; Decoracion de la Concepción Real de Calatrava de Madrid, 1858; José Cañaveral, 1858; José Garcés de Marcilla, 1859; Manuel Garcés de Marcilla, 1859; Copia del retrato de O’Shea, de Federico de Madrazo, 1860; Conversión de san Pablo, c. 1861; Ataúlfo, rey godo, 1861; El patio de la casa de la Infanta de Zaragoza, 1862; Cabeza de un argelino, 1862; Las bodas de Canaán, de Veronés, 1862; El pintor Rivas, 1862; Cabeza del Salvador (miniatura), 1862; Nuestra Señora (miniatura), 1862; Duquesa de Alba (miniatura), 1862; La muerte de don Lope de Haro en las Cortes de Alfaro, 1862; San Francisco de Sales (miniatura), 1862; Santa Rosalía (miniatura), 1862; María Cristina ante las Cortes de 1834, 1863; Las hijas del Cid, 1863; Copia de un boceto para el techo de la Galería de Apolo de Delacroix, 1864; Octavio Picón, 1864; Sr. Ordóñez, 1864; Sra. de Urien, 1865; Francisco Lameyer, 1866; Martín Rico, 1866; Atrio de la iglesia de San Ginés de Madrid, 1867; Salida de Vísperas, 1867; Interior de una iglesia, 1867; Cecilia de Madrazo, 1867; Gabriela del Alcázar y Vera de Aragón, duquesa de Sotomayor, 1867; Señorita de Gaviria, 1867; María Isabel Álvarez y Montes, duquesa de Castro Enríquez y condesa de Plasencia, 1868; Manuel Ussel de Guimbarda, 1868; Estanque en el Alcázar de Sevilla, 1868; El patio de san Miguel en la catedral de Sevilla, 1868; Santa María della Pace, 1868; Mariano Fortuny, pintando, 1869; Mariano Fortuny descansando, 1869; “Cocquelin”, 1869; Manolita Santa Cruz, 1869; Manuela Aldama de Soriano Murillo, 1869; Lección de música, 1870; Carnaval en Madrid, 1870; Lorenzo Pagán, 1870; Doctor Buchlz, 1870; Mme. Durand, 1870; Maja tañendo una guitarra, c. 1871; Pablo Pérez de Seoane, conde de Velle, 1871; Sr. Rodríguez, 1872; Paseo de Granada, 1872; Cabeza de Gitana, 1872; Dama con mantilla, 1872; Recital de guitarra, 1872; María Luisa de Fortuny y Madrazo, 1872; La hija de Mazarredo, 1872; Patio de la casa de Pilatos, 1872; La mujer y el loro, 1872; Adelina Patti, 1873; Sra. Gargallo, 1874; Rafael Monleón, 1874; Robert Ainé, 1874; Sra. de Mitjans, 1875; Mr. Heeren, 1875; Federico de Madrazo y Kuntz, 1875; Sra. Stewart, 1875; Srta. Heeren, 1875; Srta. Stewart, 1875; Regreso del baile de máscaras, 1875; Sra. Thiercellin, 1876; Robert de Montesquieu, conde de Montesquieu, 1876; Samuel P. Avery, 1876; Edwin Edwards, 1877; Pierrette, 1877; Cocquelin Ainé en su papel de Aníbal el Aventurero, 1878; Salida de un baile de máscaras, 1878; Después del baile, 1878; Al baile de máscaras, 1878; Tipos españoles, 1878; Paisaje, 1878; Pabellón de Carlos V, 1878; Giogia, 1879; Cocó de Madrazo, 1879; Aline rompiendo una tela, 1879; Aline pintando su retrato, 1879; Travesuras de la modelo, 1879; Un baile de brujas en un salón parisino, 1879; Aline rompiendo su retrato, 1879; Ramón de Errazu, 1879; Manuela de Errazu de Irureta-Goyena, 1879; Alice Claypoole Gwynne de Vanderbilt, 1879; Gertrude Vanderbilt, 1879; Condesa de Musilla, 1880; Vanidad, 1880; Aline Masson, vestida de novia, besa al hijo del pintor, 1880; Felicitación de cumpleaños, 1880; María del Rosario Falcó y Osorio, duquesa de Alba y condesa de Siruela, 1881; El brindis, c. 1881; La Soubrette, 1882; Mi modelo, 1882; En el baile, 1882; Francisco Tárrega Eixea, c. 1883; Mrs. Férals, 1883; Sra. Mier, 1883; W. H. Stewart, 1884; Nocturno, 1884; Chocolate, c. 1885; Entrevista de Colón con los Reyes Católicos a su vuelta de América, c. 1885; Le petit dejeuner, 1885; Escribiendo el diario, 1885; Maurice von Brozik, 1885-1890; María Teresa O’Brien, 1886; Agustine Larruza, 1886; Francis Leslie, 1886; Princesa Fauciny- Gucigne, 1886; La sombrilla japonesa, c. 1887; María Cristina de Habsburgo Lorena, 1887; Marquesa de Santurce, 1887; Regis de Oliveira, 1887; El hijo de los Srs. Helleu, 1888; Cocquelin, 1889; Dr. Weker, 1889; Marqués de Casa-Riera, 1889; La toilette, 1890; Bacante, 1890; María Guerrero en el papel de doña Inés, 1891; El hijo del embajador, 1893; Robert de Montesquieu, conde de Montesquieu, 1896; Sra. Astor, c. 1897; Sra de Robert L. Kennedy, 1897; Archer Huntington, 1897; H. M. Flager, 1897; Sra. de Austin Lee, 1897; La cesta de flores, c. 1900; El bouquet, 1900; Enmascarados, 1900; Joven dama en el jardín, 1900; Autorretrato, 1901; Bartolomé Mitre, 1901; Carlos María James-Stewart, 1902; Charles Phelps Taft, 1902; Anna Sinton, 1902; Jane Ellison Sinton, 1903; David Sinton, 1904; Raymon Foulche, 1905; Delbose, 1905; Alfred Paul Victor Morel Fatio, 1905; Henry Vignaud, 1905; María Hahn, 1905; Fernando León y Castillo, 1906; Mercedes Retortillo, 1906; Elihu Root, 1907; La duquesa de Fernán Núñez, 1908; Baile de máscaras en el Hotel Ritz de Paris, 1909; Desnudo de mujer, 1910.

 

Bibl.: E. de Montrosier, “Raimond de Madrazo”, en Les artistes modernes (Paris), vol. II, n.º 13 (1884-1886); M. Mialaret, “La vie artistique parisienne 1860-1870 vue par le peintre espagnol Raimundo de Madrazo”, en Bulletin de la Société de l’Histoire de l’Art Française (abril de 1975); W. R. Johnston, “A contemporary genre painting by Raimundo de Madrazo y Garreta”, en The Journal of the Walters Art Gallery, n.º 33-34 (1979-1981), págs. 34-41; G. Lahuerta, “Mi fidelidad gozosa. A una sonrisa”, en Goya, n.º 167-168 (1982), págs. 285-286; J. Valverde Madrid, “El pintor Raimundo de Madrazo”, en Anales de la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz, n.º 4 (1986), págs. 31-36 ; J. L. Díez (ed.), Federico de Madrazo, Epistolario, Madrid, Museo del Prado, 1994; C. González López (ed.), Raimundo de Madrazo y Garreta (1841-1920), catálogo exposición, Zaragoza, Cajalón, 1996; M.ª T. Terrón Reynolds, “Hallazgo del primer cuadro expuesto por Raimundo de Madrazo”, en Archivo Español de Arte, n.º 290 (2000), págs. 75-79; J. Barón (ed.), El Legado de Ramón Errazu. Fortuny, Madrazo, Rico, catálogo de exposición, Madrid, Museo del Prado, 2005.

 

Carlos G. Navarro