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Gaspar de Bullón

Biografía

Bullón, Gaspar de. Ávila, c. 1540 – Madrid, 28.IX.1619. Aristócrata y cortesano.

Nació en el seno de una familia hidalga de orígenes franceses asentada en la ciudad castellana desde el siglo xv. Éste, hijo mayor de Sancho de Bullón y de María Chacón Dávila, al igual que otros miembros de la pequeña nobleza abulense (como Rodrigo del Águila o Francisco Guillamas Velázquez) entró al servicio de Felipe II desde su juventud. Participó en las campañas de Flandes bajo protección del Gran Duque de Alba y permaneció en el ejército de Milán con el duque de Alburquerque. Tras su paso por la milicia, Bullón accedió a diversos cargos en la administración de la Casa Real, como contralor en sustitución de Juan de Espina, así como en el tenientazgo de mayordomía mayor de la Casa de Castilla (1582).

“Teniendo consideración a los muchos, buenos y agradables servicios que [...] hicisteis”, se le concedió en 1604 el cargo de aposentador mayor y el de mariscal de logis de la Casa de Borgoña, en sustitución de Diego de Espinosa.

La carrera de Gaspar de Bullón fue auspiciada por el marqués de Velada, Gómez Dávila, al cual sirvió como fiel deudo, al igual que sucedía con Rodrigo del Águila, señor de La Serrada y mayordomo de la emperatriz María. Asimismo, obtuvo un regimiento perpetuo (por el banco de San Juan) en la ciudad de Ávila a comienzos de la década de 1580, dignidad que retuvo de forma activa —pues aparecerá como procurador en Cortes o mediador entre la Corona y la ciudad de Ávila en numerosas ocasiones, y asistió, en no pocos momentos, a las fiestas nobiliarias de aquélla— hasta su fallecimiento.

En la Corte de Felipe III el aposentador Bullón quedó encargado de favorecer el establecimiento de aristócratas y servidores reales en la ciudad de Valladolid.

Será realizando su cometido cuando se produzca el acontecimiento de mayor calado político de su carrera: el viaje y acompañamiento del Almirante de Inglaterra (1605).

Siguiendo los testimonios del cronista Cabrera de Córdoba y del autor anónimo de la Relación de lo sucedido en la ciudad de Valladolid, Gaspar de Bullón “como persona de diligencia y esperiencia” fue enviado junto con Blasco de Aragón a Santander “para venirle regalando [...] hasta esta Corte” al enviado de Jacobo I; desde allí, en barco, navegaron hasta La Coruña, donde hubo lugar una solemne recepción y se dio inicio al viaje hasta Valladolid. Las fastuosas fiestas que se hicieron en honor al ministro inglés, símbolo de la paz entre ambas coronas, fueron recordadas en los annales cortesanos, y en ellas Bullón tuvo un papel clave. Tal fue la confianza depositada en él y en Blasco de Aragón, que el Almirante de Inglaterra les quiso hacer regalos y liberalidades, y “aunque les importunó mucho [pues tenían orden de no aceptar cosa alguna] ellos no tomaron nada”. Finalizada la visita, el 18 de junio de 1605 se ponía en marcha el cortejo de vuelta hacia Santander, dirigido por el diligente Gaspar de Bullón.

En 1606, el aposentador mayor, que había entrado junto con Rodrigo Calderón y Francisco Guillamas Velázquez en la Real Hermandad de Criados el año anterior (símbolo, esta institución religiosa, de gran prestigio cortesano), recibía la orden de Felipe III para que “haga el aposento para la Corte en essa mi Villa [de Madrid], donde la he mandado passar con las condiciones que os avrán dicho”. A partir de entonces quedó residiendo en Madrid, donde culminará su proyección social.

La participación de Bullón en las últimas Cortes de Felipe II como procurador por Ávila había supuesto la entrega, como merced real por su voto favorable a los servicios fiscales, de un puesto de gentilhombre de la casa y de acroy a su hijo Sancho de Bullón, habido en su matrimonio con la noble abulense María Vela (1600); entre 1613 y 1615 Bullón intentó adquirir (y, posiblemente, convertir en un señorío jurisdiccional, a la manera de su conocido Francisco Guillamas Velázquez) la dehesa de Pancaliente, por un total de dos mil setecientos ducados. Sin embargo, la oposición del concejo de Ávila, que se negó a enajenar una propiedad que lindaba con la propia ciudad para que se pusieran las bases de un posible señorío feudal, consiguió que se suspendiese la venta. Paralelamente a este fracaso “señorial”, y tras no pocos problemas burocráticos, a Gaspar de Bullón se le reconoció un hábito de la Orden de Santiago otorgado por Felipe III junto con la encomienda santiaguista de Campo de Montiel (1613), distinción social que colmaba las expectativas del aposentador mayor.

Los últimos años de la vida de Gaspar de Bullón se vieron ensombrecidos por el endeudamiento de su familia —como se recoge en un memorial signado por él poco antes de fallecer— y por las pesquisas que el jurista Diego del Corral llevó a cabo sobre Bullón, que sería investigado por una trama de corrupción que llegó a salpicarle en gran medida. El otrora poderoso aposentador mayor moría en Madrid el 28 de septiembre de 1619, y era enterrado en su capilla del monasterio de Santo Tomás de Ávila. Su esposa, María Vela, sólo le sobrevivirá cuatro años más, mientras su hijo Sancho de Bullón, al que no llegó a afectarle la purga efectuada por el letrado Corral, proseguirá en el intento de promoción familiar al conseguir un hábito de Santiago (1632) y varios cargos palatinos, como el de armero mayor (1621) y el de caballerizo real (1629), así como un regimiento de Ávila (en sustitución de su padre) y un oficio dentro de la Contaduría Mayor de Cuentas, ya en el reinado de Felipe IV.

 

Fuentes y Bibl.: Archivo General de Palacio, Sección Personal, caja 16995, exp. 13; Sección Personal, caja 16995, exp. 14; Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares, expedientillo 336; Órdenes Militares, expedientillo 1528; Real Academia de la Historia, Colección Salazar y Castro, t. D-35; A. de Cianca, Historia de la vida, invención, milagros, y translación de San Segundo, primero Obispo de Ávila, y recopilación de los Obispos sucessores suyos, hasta Don Gerónimo Manrique de Lara, Inquisidor general de España, Madrid, por Luis Sánchez, 1595; L. Ariz, Historia de las Grandezas de la Ciudad de Ávila, Alcalá de Henares, por Luys Martínez Grande, 1607; L. Cabrera de Córdoba, Relaciones de las cosas sucedidas en la Corte de España desde 1599 hasta 1614, Madrid, Imprenta de J. Martín Alegría, 1857; A. Merino Álvarez, La sociedad abulense durante el siglo xvi. La nobleza, Madrid, Imprenta del Patronato de Huérfanos de los Cuerpos de Intendencia e Intervención Militares, 1926; A. Alvar Ezquerra, El nacimiento de una capital europea: Madrid entre 1561 y 1606, Madrid, Ediciones Turner, 1989; F. J. Lorenzo Pinar y J. I. Izquierdo Misiego (cartografía), “Ventas jurisdiccionales abulenses en tiempos de Felipe III y Felipe IV”, en Studia Historica: Historia Moderna, vol. 23 (2001), págs. 199-231; A. Feros, El Duque de Lerma. Realeza y privanza en la España de Felipe III, Madrid, Marcial Pons, 2002; F. Negredo del Cerro, “Servir al Rey en Madrid: la actuación de D. Diego de Corral en el aposento de Corte”, en Madrid: Revista de arte, geografía e historia, 5 (2002), págs. 69-85; S. Martínez Hernández, Don Gómez Dávila y Toledo, II marqués de Velada, y la Corte en los reinados de Felipe II y Felipe III: Nobleza cortesana y cultura política en la España del Siglo de Oro, Valladolid, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 2004; M. de Cervantes Saavedra, (atrib.), “Relación de lo sucedido en la ciudad de Valladolid, desde el punto del felicísimo nacimiento del príncipe don Felipe Dominico Víctor nuestro señor, hasta que se acabaron las demostraciones de alegría que por él se hicieron” [edición de Patricia Marín Cepeda], en Cervantes, 25/2 (2005), págs. 195-270; J. Martínez Millán y S. Fernández Conti (dirs.), La monarquía de Felipe II: la casa del Rey, Madrid, Fundación Mapfre Tavera, 2005; J. Martínez Millán y M.ª A. Visceglia (dirs.), La monarquía de Felipe III: la casa del Rey, Madrid, Fundación Mapfre, 2008.

 

Roberto Quirós Rosado

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