Trujillano González, Juan. Padre Juan. La Carrera (Ávila), 8.II.1928 – Armenteros (Salamanca), 26.V.2013. Sacerdote, educador, filósofo, sociólogo, benefactor, fundador del Colegio La Inmaculada (Armenteros).
Hijo de Guillermo y Sabina, labradores de posición acomodada. Pasó la niñez en su pueblo natal junto a su único hermano Eulogio, diez años mayor que él. Asistió a la escuela de su pueblo hasta que en 1941 ingresó en el Seminario de Ávila. Durante ese tiempo de Guerra Civil fueron muchos los hechos que marcaron la vida del padre Juan, pues su hermano estuvo en el frente y cayó prisionero en la batalla del Ebro.
Durante su estancia en el Seminario se fue forjando su espíritu de lucha por la justicia y entrega a los más débiles. Sería Baldomero Jiménez Duque, rector del Seminario y consiliario diocesano de las mujeres y jóvenes de Acción Católica, una de las dos personas que más influyeron en la formación del P. Juan. Durante el tiempo que duró el rectorado de Baldomero Jiménez, el Seminario de Ávila vivió sus mejores tiempos adquiriendo un gran prestigio en todo el país, de ahí que la formación espiritual, intelectual y académica del P. Juan fuera de un gran nivel. Si Baldomero Jiménez fue la persona que forjó su espíritu, Guillermo Rovirosa Albert le abrió al mundo de lo social. Rovirosa era un ingeniero, padre de familia y apóstata hasta su conversión tardía, al que el padre Juan conoció cuando asistía a los seminarios impartidos en la Semana Nacional de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) celebrada en Ávila, el 19 de marzo de 1952, donde el padre Juan servía de contacto entre el Seminario y los congresistas. Dicha hermandad, sita en la calle Luchana de la capital madrileña, había sido fundada por el propio Rovirosa en 1946.
Su vivencia con el mundo obrero de la HOAC determinó su entrega al movimiento obrero y ya en el Seminario organizó un grupo de trabajo para ayudar en la obra a los trabajadores de viviendas sociales, especialmente a los más necesitados por motivos de edad o salud, logrando ser una persona querida y valorada por el colectivo obrero. De esta manera pudo ayudar a las familias desestructuradas, integrando a sus miembros en el mundo laboral y muchas veces consiguiendo conciliar a sus miembros.
De manos del obispo Santos Moro Britz se ordenó en Ávila el 19 de marzo de 1952. Ese mismo día partió hacia Gijón, donde el día siguiente celebraría su primera misa. El 12 de septiembre fue nombrado cura ecónomo de la localidad de Armenteros (Salamanca) y sus aledaños, parroquia donde la guerra dejó claras huellas entre sus habitantes y donde el odio a la Iglesia era patente. Allí el P. Juan —convencido de que la mayor riqueza de estas tierras eran sus gentes— se volcó con los más humildes, sobre todo con la juventud, a quienes ayudaba a prepararse en conocimientos y cultura para luego buscarles colocación en la ciudad. Al ver que con los jóvenes no podía desarrollar su proyecto comenzó a dar clase a los niños, creando una escuela parroquial. Además creó un taller-cooperativa en viviendas adquiridas en el mismo pueblo. Allí asistían las jóvenes del pueblo, quienes en horario nocturnos recibían clases de bachiller.
Durante los años 1958-1959 se desplazaba a Madrid para asistir como oyente a las clases de su amigo el profesor Emilio Chinarro Matas en la Escuela de Arquitectura. Ello le proporcionó los conocimientos necesarios para llevar adelante las obras del Colegio que estaba construyendo.
En 1960 con su peculio personal fundó en Armenteros el primer Colegio de la Inmaculada dando cabida a más de trescientos alumnos. En 1970, con la Ley General de Educación fundó el segundo colegio y en el año 2000 fundó el tercero.
Estudió Sociología en el CEU de Madrid y Filosofía en la Universidad Pontificia de Salamanca. Intervino en la construcción del Colegio Diocesano de Ávila y pidió que se hiciera un internado gratuito para los niños de la provincia.
Dada la diversidad de alumnos en las clases y en el internado, pues muchos de ellos procedían de países africanos y centroamericanos, y los escasos medios económicos, la labor educativa y su mantenimiento económico no le resultó fácil al padre Juan, para quien cada día suponía un reto mantener un Colegio tan grande sin apenas medios y ayudas estatales.
Hasta el día de su muerte, 26 de mayo de 2013, el P. Juan vivió por y para los niños a quienes consideró sus propios hijos, sin escatimar esfuerzos diarios. Por sus aulas han pasado más de 50.000 niños.
Fuentes y bibl.: Informaciones aportadas por el personaje, Armenteros (Salamanca), septiembre de 2012.
J. L. Retama y J. A. Calvo (eds.), Baldomero Jiménez Duque, formador de hombres, forjador de sacerdotes (biografías 23), Madrid, BAC, 2005; F. López Hernández, Baldomero Jiménez Duque, un mito, Ávila, Fidelidad-Renovación, 2008; E. Beotas y S. Casquet, Castellanos y leoneses por derecho, Madrid, Quidici Editoes, 2011, págs. 222-229.
Claudio Gil Domingo
