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Beata María Sofía Teresa Ximénez Ximénez

Biografía

Ximénez Ximénez, María Sofía Teresa. Valencia, 15.X.1876 – Paterna (Valencia), 23.IX.1936. Laica de Acción Católica, mártir, beata.

Después de distintos infortunios familiares, como la pérdida temprana de la madre, en 1905 se casó con Carlos del Río Diez de Bulnes, viudo con tres hijos muy pequeños, y de su matrimonio nacieron cuatro hijos. Mientras la familia vivió en Toledo, entre 1916 y 1927, trabajó con mucho entusiasmo como secretaria el Apostolado de la Clase Obrera de las Damas Catequistas y fue presidenta de la Asociación de la Milagrosa y Visita Domiciliaria. Su marido falleció en 1927 y Sofía se trasladó a vivir a Valencia con Luis, el único hijo soltero que le quedaba. Muy caritativa, ayudaba de forma especial a los pobres. En 1936, expuso su vida al acoger en su casa a religiosas perseguidas. Iba a las checas a llevar alimentos a personas recluidas e intentaba que pudieran salir de la cárcel, pero fue denunciada por la sirvienta que tenía en su casa. Al ser detenida con las personas que tenía refugiadas en su casa, los milicianos hicieron levantar al hijo Luis, que era minusválido psíquicamente y estaba enfermo, y lo metieron en una camioneta junto a su madre. Lo fusilaron poco antes que a ella en el Picadero de Paterna el 23 de septiembre de 1936. También fue asesinada en el mismo momento su hermana religiosa Carmelita de la Caridad y su hijastra María Josefa, a quien quería mucho. Durante el trayecto fueron todos rezando y dando gracias a Dios, porque con su muerte coronaba una vida de entrega total a Cristo y a la Iglesia. Sofía contaba sesenta años de edad. Sus restos mortales se veneran en la Capilla del Santísimo Sacramento de la parroquia de San Nicolás de Valencia.

Otras mujeres de Acción Católica también murieron en Valencia: Luisa María Frías Cañizares —Valencia, 20.VI.1896 – Paterna, 6.XII.1936—. De joven viajó a Lourdes, a Roma y a los Santos Lugares. Llegada a mayor edad, se dedicó al estudio, cursando en Valencia el bachillerato y más tarde, en la Universidad, consiguió la licenciatura en Filosofía y Letras, Sección Historia. Se entregó de lleno a trabajar en las organizaciones católicas, fundando, juntamente con María Lázaro las Universitarias Católicas de Acción Católica. El mismo espíritu le empujó a frecuentar la Universidad después de terminada la carrera, desempeñando el cargo de Catedrática Auxiliar en la Facultad de Filosofía y Letras. Fue una mujer ejemplar y manifestó siempre su fe católica, que defendió con gran entereza. Pasaba largas horas retirada en su habitación, entregada a la oración. Era también conocida por su caridad para con los pobres y por sus ayudas a los enfermos. Pertenecía a la parroquia de Santo Tomás Apóstol en la que trabajó como Mujer de Acción Católica. No fue extraño que persona tan cualificada y de tan conocida vida cristiana fuera perseguida. La detuvieron el 24 de noviembre y fue conducida al Centro Anárquico donde la maltrataron. Después ingresó en la checa del Seminario, hasta el 5 de diciembre. Sus compañeros de prisión la llamaban “el ángel que a todos socorría”. En la madrugada del 5 al 6 de diciembre fue trasladada a Paterna. Supo ser valiente, animosa, sin ocultar un solo momento su condición de cristiana, por lo que fue gravemente ultrajada. Antes de morir la torturaron sacándole los ojos y cortándole la lengua, porque gritaba con valentía: “¡Viva Cristo Rey!”. Fue asesinada el día 6 de diciembre de 1936, a los cuarenta años de edad, en el Picadero de Paterna, tras haber perdonado a sus verdugos. Sus restos mortales se veneran en la Capilla del Santísimo Sacramento de la parroquia de Santo Tomás Apóstol de Valencia.

Herminia Martínez Amigó —Puzol (Valencia), 31.VII.1887 – Gilet (Valencia), 27.IX.1936—. En 1916 contrajo matrimonio con Vicente Martínez Ferrer. Fue miembro de la Pía Unión de los Sagrados Corazones y de las Hijas de María. Se distinguió por su caridad y por sus muchas obras de misericordia. Su acomodada posición social le permitió ser generosa en las limosnas y en visitar y recoger a enfermos, sin tener en cuenta sus ideas políticas. Llegó a vender parte de sus bienes para ayudar a los necesitados. Cedía con frecuencia su casa para hacer el bien, sobre todo a las madres jóvenes, a las que sufragaba los gastos de médicos y medicinas. Fundó una sociedad para enfermos pobres. Su vida de piedad fue muy intensa y significativa entre los convecinos y participó activamente en las tareas parroquiales de apostolado y catequesis. Detenida por ser de la Iglesia, fue fusilada, junto con su marido en Gilet (Valencia), el 27 de septiembre de 1936. Murió animando a sus compañeros y perdonando a sus verdugos. Contaba cuarenta y nueve años de edad. Sus restos se veneran en la Capilla del Santísimo Sacramento de la parroquia de los Santos Juanes de Puzol. La Corporación Municipal de Puzol, nombró Hija ilustre de la localidad.

María Luisa Montesinos Orduña, Valencia —3.III.1901 – Picasent, 28.I.1937—. Perteneció a la Acción Católica, en la que trabajó toda su vida, ocupando varios cargos directivos en su parroquia. Su máximo interés fue el cultivo de la piedad con una conducta esmeradísima en obras de caridad en favor de los pobres y necesitados. Habiendo sido denunciada por una sirvienta por católica, fue detenida el 28 de enero de 1937 en su propio domicilio junto con su padre viudo, su tía de setenta y dos años, hermana de su madre, su hermana Isabel de treinta y cinco años y los dos hermanos solteros, es decir toda la familia. En la carretera de Valencia a Játiva, cerca de Picasent fue asesinada con todos los suyos. Tenía treinta y seis años. Sus restos mortales se veneran en la Capilla del Santísimo Sacramento de la iglesia parroquial de Planes.

Josefina Moscardó Montalvá —Alcira (Valencia), 10.IV.1880 – Alzira, 22.IX.1936—. Muy entregada al servicio de la Iglesia y al apostolado, era de carácter sencillo, amable y siempre dispuesta a hacer el bien. Perteneció a la V. Orden Tercera del Carmen y a otras asociaciones piadosas. Preocupada por las misiones, fue socia activa de la Obra de la Propagación de la Fe, encargándose de recoger limosnas y de llevarlas personalmente al Secretariado Diocesano de Misiones. Detenida junto a una hermana, fue ejemplar, consolando y animando a los demás prisioneros y poniendo de relieve la gloria que era morir por Jesucristo. Dijo a su hermana: “A mí me matarán y yo moriré gritando ¡Viva Cristo Rey!”. Fue asesinada en el Alcira, a los cincuenta y seis años, el 22 de septiembre de 1936.

María del Olvido Noguera Albelda —Carcagente (Valencia), 30.XII.1903 – Benifairó de Valldigna, 30.XI.1936—. Entregada de lleno a las tareas apostólicas parroquiales, perteneció a todas las asociaciones locales propias de las jóvenes y en todas ellas actuó con generosidad, contribuyendo a darles mayor vitalidad. Detenida por su testimonio de fe, fue violada con brutal violencia ante su hermano Isidro, atado a un árbol para que no pudiera impedir el delito. La remataron con arma de fuego después de haber ultrajado salvajemente su cuerpo, si bien ella todavía tuvo aliento para gritar hasta el final: “¡Viva Cristo Rey!”. Tenía treinta y dos años. También fue asesinado su hermano junto a ella. Era el 30 de noviembre de 1936. Ambos fueron enterrados en el Cementerio de Benifairó de Valldigna, donde aún siguen sus venerables reliquias.

María de la Purificación Vidal Pastor —Alcira (Valencia), 14.IX.1892 – Alcira, 22.IX.1936—. Dio clases en la Escuela de Obreras y conferencias de propaganda católica como miembro muy activo de la rama de Mujeres de Acción Católica. Perteneció a numerosas asociaciones parroquiales y se distinguió por su encendido amor a Jesús Sacramentado y a la Iglesia. No temía a la muerte y decía: “Si he de morir por Dios, mi sangre lave los pecados de todos”. Junto con sus dos hermanas Antonia, de sesenta y siete años, y Emilia, de cuarenta y dos, estuvo detenida en las Escuelas Pías de Alzira y el 21 de septiembre de 1936, antes de asesinarla, la enterraron viva, mientras gritaba: “¡Viva Cristo Rey!”. Fue fusilada el día 22 junto con sus hermanas en la carretera de Corbera, pero en término municipal de Alcira. Tenía cuarenta y cuatro años.

María del Carmen Viel Ferrando —Sueca (Valencia), 27.XI.1893 – Valencia, 5.XI.1936—. Trabajó intensamente en la fundación de la Acción Católica, Congregación de la Doctrina Cristiana y en la creación de un Colegio de Religiosas dedicado a la enseñanza de niños pobres. Preocupada por las cuestiones sociales, fue una de las fundadoras de la obra llamada “Intereses Católicos”, precursora de la Acción Católica, y trabajó en los sindicatos católicos como asesora de las trabajadoras, dando vida a un Sindicato Laboral de Corte y Confección.

A instancias de María Lázaro, Rosalía Roglá y Manuel Pérez Arnal, promotores del célebre Sindicato de la Aguja, se trasladó a Barcelona, para estudiar la Obra Social, punto culminante de sus deseos, y a la cual no regateó sacrificio alguno. Movida por el ejemplo de San Juan Bosco, se lanzó a la empresa de fundar una institución que se dedicase a la educación de las jóvenes obreras, escribiendo a la madre provincial de las Hijas de María Auxiliadora para que iniciaran en Sueca un colegio. A pesar de las dificultades de aquellos tiempos, estas religiosas pisaron tierra de Sueca, comenzando a trabajar en aquel campo tan necesitado de apoyo. Estallada la revolución, se trasladó a Valencia, donde fue denunciada por una mujer a quien ella había favorecido mucho. Detenida el 2 de noviembre de 1936, no perdió la serenidad un sólo momento. En la noche del 4 al 5 de noviembre entregó su vida a Dios en el Saler, lugar en el que fueron asesinados muchos otros. Tenía cuarenta y dos años. Sus restos descansan en la Capilla del Santísimo Sacramento de la parroquia de Nuestra Señora de Sales, de Sueca. El Ayuntamiento de la ciudad decidió en 1957 rotular una calle con el nombre de la mártir. Todas estas mujeres de Acción Católica fueron beatificadas por el papa Juan Pablo II, en Roma, el 11 de marzo de 2001.

 

Bibl.: V. Cárcel Orti y R. Fita Revert, Mártires Valencianos del Siglo xx, Valencia, Edicep, 1998; Boletín Oficial del Arzobispado de Valencia. Número extraordinario. Beatificación de los Mártires. 11 de marzo de 2001, Época IV-vol. 14 (2001), n.º 3240; Delegación Diocesana para las Causas de los Santos, Sofía Ximénez Ximénez, Valencia, 2001; M.ª E. González Rodríguez, Los primeros 479 santos y beatos mártires del siglo XX en España. Quiénes son y de dónde vienen, Madrid, Ed. EDICE, 2008, págs. 392-402.

 

María Encarnación González Rodríguez

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