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Luis Hurtado de Toledo

Biografía

Hurtado de Toledo, Luis. Toledo, c. 1523 – 15.III.1590. Historiador y literato.

Hijo de Juan Sánchez de San Pedro, de Murcia, y de Leonor de la Fuente Hurtado, nació Luis Hurtado en Toledo muy probablemente en 1523, en el seno de una familia de comerciantes de origen converso. Tuvo como hermanos a Jerónimo, Guillermo, Magdalena y Bernardo; este último vivía en Murcia, ciudad con la que el clérigo Hurtado tuvo importante relación.

El propio escritor da noticias de su vida en su obra manuscrita El teatro pastoril en la ribera del Tajo edificado. Según el propio Hurtado, desde niño se ejercitó en las armas y escaramuzó con el emperador Carlos V en la propia vega toledana, y con él pasó a Mauritania en una jornada argeliana desastrosa, que tuvo lugar en 1541. Después se dedicó al oficio de sus padres: el comercio, para poco más tarde hacerse clérigo. Ya en febrero de 1544 era rector y cura propio de la toledana iglesia de San Vicente, cargo del que se enorgulleció toda la vida y en el que murió en 1590. Testó un poco antes, en 1588, y se enterró en su propia iglesia.

Tuvo una importante relación con la familia de Diego de Vargas, el secretario para asuntos de Italia del rey Felipe II, que poseía un gran palacio en la vega toledana. Hurtado fue preceptor de sus dos hijos, Isabel y Luis de Vargas, famoso mecenas y poeta, relacionado con Lope, Cervantes y Góngora, entre otros. Hurtado formó a Luis de Vargas en la literatura, pero no compartía con él ni con sus famosos amigos el mismo ideario poético, pues el Romancero nuevo que tales poetas hicieron circular se distanciaba mucho del tipo de poesía del viejo rector de San Vicente.

Por su labor como escritor, el corregidor toledano Juan Gutiérrez Tello le encargó que respondiese al interrogatorio que Felipe II ordenó a todos los pueblos, villas y ciudades del reino en 1575. Hurtado contestó en 1576 con un famoso Memorial de algunas cosas memorables que tiene la imperial ciudad de Toledo, que se ha convertido en una referencia histórica imprescindible para entender el siglo XVI de la ciudad.

La pasión de Hurtado fue la escritura de libros de todo tipo y el cultivo de la poesía. Debía de trabajar con algún impresor toledano, como Juan Ferrer, para quien culminó algunas obras que habían quedado incompletas; tal es el caso de trabajos como la Comedia de Preteo y Tibaldo (1553), iniciada por el comendador Perálvarez de Ayllón, o las Cortes de la Muerte (1557), de Miguel de Carvajal; colaboró también con otros impresores para los que tradujo obras, como el famoso Palmerín de Inglaterra (1547-1548), del portugués Fernando de Moraes, o las Metamorphoses (1578), de Ovidio.

Hurtado continuó también, a su manera, buen número de romances viejos que contrahacía o glosaba, según su numen poético. Pero, tal vez, por lo que más destacó fue por la composición de obras, en prosa o en verso, en las que predominaba la presencia de la alegoría. Tanto la Égloga Silvana (1553), como las Cortes de casto amor y Cortes de la muerte (1557), o las obras incluidas en Las trescientas (1582) representan ese gusto por la conceptualización alegórica del amor, muchas veces vertida a lo divino. En diversas ocasiones enmascaró Hurtado sucesos de su propia vida con el ropaje de la alegoría y el nombre arcádico de Lusardo.

No ha gozado de muy buena fama entre los estudiosos de la literatura. Sin ir más lejos, Eugenio Asensio escribía de él a propósito del escaso éxito literario de “la alegoría del hospital para dolencias morales o sentimentales”, que se repetía desde la Edad Media, y a la que Luis Hurtado daba entrada en el Hospital de galanes enamorados, Hospital de damas de amor heridas y Hospital de necios.

Mucho mejor crédito le había merecido a Menéndez Pelayo, cuando juzgaba si le correspondería o no la paternidad del Palmerín de Inglaterra, quizá el asunto que más le ha dado a conocer y que se ha resucitado recientemente. Es innegable que Hurtado tuvo que ver con gran parte de la mejor literatura de la segunda mitad del siglo XVI. De hecho, en el Teatro pastoril que se ha citado, se menciona el tipo de obras de que se ocupa: “Libros historiales de hazañas de pastores y de griegas y fabulosas invenciones, versos y cantilenas que entre otros pastores celebrando la hermosura de algunas pastoras recitava”.

Hurtado fue autor también de un buen número de poemas laudatorios en los preliminares de los libros que editaba o que publicaban sus amigos.

 

Obras de ~: Glosas de varios romances, s. f.; Palmerín de Inglaterra, Toledo, Fernando de Santa Catalina, 1547-1548; Comedia de Preteo y Tibaldo del comendador Perálvarez de Ayllón, Toledo, Juan Ferrer, 1553; “Égloga Silviana”, en Epistolario o Proceso de cartas de amor, Alcalá de Henares, Juan de Mey Flandro, 1553; Cortes de casto amor y cortes de la muerte, Toledo, Juan Ferrer, 1557 (contiene además: Hospital de galanes enamorados, Hospital de damas de amor heridas, Espejo de gentileza para damas y galanes cortesanos, Tres epístolas en tercetos); Lo que a pasado en el cerco de Oran i Mazalquiuir desde que el Rei de Argel le cercò hasta su retirada por la armada de su Majestad el año de 1563, Toledo, Francisco de Guzmán, 1563 (desapar.); Memorial de algunas cosas memorables que tiene la imperial ciudad de Toledo, ms. de 1576; Las metamorphoses o Transformaciones del excelente poeta Ovidio [...] buelto en castellano, Toledo, Francisco de Guzmán, 1578; Las trecientas de Luis Hurtado, poeta castellano, ms. de 1582 (contiene las obras: Teatro pastoril, Templo de amor, Hospital de necios, Escuela de avisados, Sponsalia de amor y sabiduría); Historia de San Joseph en octavas, Toledo, Pedro Rodríguez, 1589 (desapar.).

 

Bibl.: A. Neira de Mosquera, “Poesías inéditas de Luis Hurtado”, en Semanario Pintoresco Español (Madrid), 1853, págs. 221-222, 230-231, 235-236 y 247-248; A. Bonilla y San Martín (ed.), Comedia Tibalda, de Perálvarez de Ayllón y Luis Hurtado de Toledo, Barcelona-Madrid, Bibliotheca Hispánica, 1903; Á. Vegue y Goldoni, “Apuntaciones para la biografía del escritor Luis Hurtado de Toledo”, en Revista de Segunda Enseñanza, IV (1926), págs. 265-268; A. Rodríguez Moñino, “El poeta Luis Hurtado de Toledo (1510- c. 1598)”, en Relieves de erudición (Del Amadís a Goya), Valencia, Castalia, 1959, págs. 145-203; M. E. Greco, Luis Hurtado de Toledo: A Bibliographical-Critical Study and an Edition of his “Trecientas en Defensa de illustres mugeres”, tesis doctoral, Berkeley, 1977; A. Blanco Sánchez, Entre Fray Luis y Quevedo: en busca de Francisco de la Torre, Salamanca, Atlas, 1982; S. López Poza, “Las Trecientas de Luys Hurtado, manuscrito de la Biblioteca de la Universidad de Santiago”, en Salina, 7 (1993), págs. 49-55; L. M. Esteban Martín, “Las dos ediciones de la Tragedia Policiana y la actuación de Luis Hurtado de Toledo”, en Celestinesca, 23 (1999), págs. 125-137; V. Nider y R. Valdés (eds.), Hospital de neçios, de Luis Hurtado de Toledo, Viareggio-Luca, Mauro Baroni Editore, 2000; B. Canosa Hermida, Estudios sobre Sponsalia de Amor y Sabiduría, de Luis Hurtado de Toledo, ed. electrónica en la página: http://paranaseo.uv.es, consulta de 2001; A. Madroñal, “Entre Luis Hurtado y don Luis de Vargas: El teatro pastoril en la ribera del Tajo edificado, un inédito libro de pastores” (en prensa).

 

Abraham Madroñal

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