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Sebastián Gili Vives

Biografía

Gili Vives, Sebastián. Artá, Mallorca (Islas Baleares), 16.I.1811 – Palma de Mallorca (Islas Baleares), 11.IX.1894. Fundador de la Congregación de Agustinas Hermanas del Amparo.

Vio la luz primera en el seno de una familia de labradores, “honrada y cristiana”, de la que nacieron siete hijos, aunque solamente sobrevivieron cuatro. Desde muy joven sintió la llamada al sacerdocio. Cursó sus estudios primero en el colegio que los padres franciscanos regentaban en su pueblo, más tarde en la Universidad Luliana y en el seminario conciliar de Palma. En 1829 ganó una beca por oposición y en 1835 recibió la ordenación sacerdotal en el palacio episcopal de Ibiza, en una de las últimas ceremonias de consagración antes de que llegara la prohibición por parte del gobierno liberal; Mallorca era sede vacante. A partir de aquí, comenzó para él una nueva etapa de servicio a Dios y a los hombres, con el nombramiento de vicario en las parroquias de San Jaime y Santa Cruz, ambas en Palma. Asumió con responsabilidad sus servicios pastorales, que le confiaron el ministerio de la predicación y administración de los sacramentos, sin descuidar su labor pastoral como sacerdote. Fueron ocho años de ensayo pastoral, los primeros de su vida sacerdotal, los primeros contactos con los necesitados espiritual y materialmente, los primeros triunfos en el apostolado.

Al terminar su carrera sacerdotal, manifestó una clara vocación por los enfermos y necesitados. Vio con ojos de padre la infancia abandonada, a la que dedicó buena parte de su vida. Encontró los establecimientos de beneficencia en situación demencial y era de urgente necesidad llevar a cabo una serie de reformas encaminadas a dignificar la vida de los asilados.

En 1852, 1860 y 1865 se hizo cargo de la Inclusa, Hospital y Casa de Misericordia respectivamente y en 1868 a causa de la delicada situación social y política por el derrocamiento de la Monarquía y la instauración de la república, don Sebastián fue destituido de todos los cargos sin previo aviso. Había dado veinticuatro años de su vida, durante los cuales se sacrificó por los más desvalidos, siendo ejemplo admirable de promoción de las obras sociales y apóstol de las obras de misericordia. Uno de los grandes méritos de Sebastián en aquel siglo xix tan confuso y conflictivo, es el de haber sido un pionero de la cuestión social.

En 1859 llevó a cabo su obra maestra: la fundación de la Congregación de Agustinas Hermanas del Amparo, con el objeto de tender una mano al necesitado sin acepción de personas. De 1844 a 1868 participó activamente en el proceso de consolidación y vertebración de las instituciones de beneficencia de Mallorca. Particularmente se volvió un hombre puente entre la Iglesia y las instituciones públicas provinciales y dirigió, modernizó y proyectó unas instituciones asistenciales ya obsoletas. Aquello que le preocupaba era la formación, educación e integración de los huérfanos, la educación y la moralización de los pobres y dementes de la casa de misericordia y la atención digna a los enfermos del hospital. Esta preocupación, abocó en la fundación de las Agustinas del Amparo.

Contempló todos los acontecimientos, aun los más amargos y dolorosos desde el plano de la fe. Con espíritu de fe supo aceptar los duros golpes. La heroicidad de su fe y acrisolada virtud se pusieron de relieve en el momento de las calumnias, humillaciones y desprecios. Toda su vida fue una manifestación de fe sublime, viva y heroica que le hacía buscar en la verdad de Dios el supremo apoyo para su santificación y la de los demás.

Desde 1860 las hermanas del Amparo cuidaban además a los enfermos a domicilio. Uno de los documentos claves entre los escritos que salieron de su pluma son las Constituciones de 1866. Examinadas atentamente revelan su talento y destreza. A partir de 1868, vivió dedicado totalmente a la Congregación, comenzando su expansión por los pueblos de Mallorca e Ibiza. En 1875 se trasladó la casa madre, el noviciado y el colegio a la calle San Cayetano de Palma. Demostró su talante organizador en el ambiente educativo, previendo sus proyectos de futuro y recreando un clima de familia que facilitó el equilibrio psicológico de las niñas. No entendía las virtudes cristianas, si no estaban perfectamente ensambladas con las virtudes sociales.

Vacante el canonicato de gracia en 1883 y para premiar una vida llena de méritos, el obispo le concedió en 1883 la canonjía de gracia y aprovechando las posibilidades de su cargo de canónigo, promovió el culto al Sagrado Corazón regalando una imagen que se venera en la catedral de Palma.

El 11 de septiembre de 1894, rodeado de sus hijas, falleció en su casa de Palma. Dejaba 18 casas y 113 hermanas. En 1946 fueron trasladados sus restos desde el cementerio a la casa madre, donde reposan actualmente.

El 9 de junio de 1991 se abrió en Palma el proceso informativo de beatificación, clausurándose el 22 de noviembre de 1992. Se inició el proceso apostólico en Roma el 11 de enero de 1993 y el 20 de abril de 1994 la Congregación para las Causas de los Santos otorgó el Decreto de Validez y se comenzó a elaborar la Positio super vita et virtutibus. El 31 de diciembre de 1997 el consistorio de Palma le proclamó Hijo Adoptivo, dedicándole una calle.

En julio del 2008 la Congregación de Agustinas Hermanas del Amparo, de Derecho Pontificio desde el 24 de enero de 1978, está presente en España, Italia, Perú, Honduras y Costa Rica.

 

Bibl.: M. Gamundí Quetglás, Bosquejo histórico de la Congregación de Hermanas del Amparo Terciarias de San Agustín, Palma, Imprenta de los Sagrados Corazones, 1955; A. Gili Ferrer y T. Aparicio López, Sebastián Gili Vives. La lealtad con Dios al servicio de los hombres, Valladolid, Sever-Cuesta, 1976; C. Vilanova (OSA), Recuerdo y esperanza, Palma de Mallorca, Congregación de Agustinas Hermanas del Amparo, 1984; J. Jover Palmer, Las Agustinas, Hermanas del Amparo en Estellencs (1854-1958), Palma de Mallorca, Taller Grafic Eugeni, 1996; J. Roig Ferrer et al., Sebastián Gili Vives. Cuatro aproximaciones a su vida, obra y pensamiento, Palma de Mallorca, Gráficas Planisi, 2006; S. Antolín Bores, Signo de presencia de Cristo entre los pobres. Un reto para el siglo xxi, memoria de licenciatura defendida en Madrid el 16 de junio de 2006 en el Instituto Superior San Pío X, de la Universidad Pontificia de Salamanca (inéd.); C. Torres y A. Díaz, “Agustinas Hermanas del Amparo”, en Revista Agustiniana, vol. 48, n.º 145 (2007), págs. 127-134.

 

Soledad Antolín Bores y José Martín Brocos Fernández

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