López Mezquita, José María. Granada, 23.IV.1883 – Madrid, 6.XII.1954. Pintor.
José María López Mezquita está considerado como uno de los mejores retratistas de la pintura española de principios del siglo xx. Su maestría en este género le consagró entre los más importantes pintores de la época. Teniendo como referente a la pintura española del Siglo de Oro, su estilo, detallado y realista, supuso una renovación de la pintura decimonónica española. Miembro de la Hispanic Society of America de Nueva York y académico de San Fernando, su magisterio e influencia marcó las pautas de la pintura oficial de las primeras décadas del siglo xx.
López Mezquita fue un artista precoz, un joven prodigio que ascendió rápidamente. Cuando sólo contaba con nueve años, recibió en Granada las primeras lecciones de Dibujo de la mano del insigne maestro José Larrocha. A los trece, y por el fallecimiento de su padre, cambió de residencia a Madrid, donde asistió a las clases de la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado, y completó su aprendizaje en el taller de Cecilio Pla. En el Museo del Prado conoció la pintura española del Siglo de Oro que tanto habría de influirle a lo largo de toda su carrera, ya que exploró diferentes registros pictóricos, emulando a grandes genios como Goya en obras como Retrato de maja o Velázquez en La menina de 1918.
Todos los veranos regresaba a Granada, donde salía a pintar al campo con su amigo, el también artista José María Rodríguez Acosta, a quien retrató en 1902. Con tan sólo dieciocho años, José María López Mezquita fue galardonado en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1901 con una Medalla de Oro por el lienzo Cuerda de presos. La noticia causó gran sensación y la prensa dedicó grandes elogios al estilo del todavía aún joven desconocido. La obra, de temática social, recogía una escena donde varios reclusos, escoltados por miembros de la Guardia Civil, caminaban por una calle de Madrid ante la presencia de un grupo de ciudadanos burgueses. Detrás de los presos, una mujer gitana con un niño en los brazos imploraba compasión. La obra, que se conserva en la colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, es una de las más destacadas de su trayectoria artística. En ella combina una visión naturalista y el interés etnográfico, con un discurso crítico y moral más o menos explícito. Dentro de esta corriente se inscribirán otras obras del artista, como El velatorio de 1910. Sin embargo, López Mezquita envió al certamen nacional, junto con Cuerda de presos, otros dos lienzos de muy diferente signo: Granadina y Reposo, también conocida como La siesta (Museu Nacional d’Art de Catalunya de Barcelona), que manifestaron un interés por el luminismo, ampliamente compartido en la plástica española del momento. Otros artistas presentes en el certamen fueron Beruete, Gonzalo Bilbao, Moreno Carbonero, Rusiñol, su maestro Cecilio Pla, los hermanos Zubiaurre o Joaquín Mir. La Medalla de Oro, máxima distinción, recayó sobre el valenciano Joaquín Sorolla.
Ante el gran éxito de López Mezquita, la infanta Isabel de Borbón no dudó en concederle una pensión para viajar al extranjero. Entre 1902 y 1905, el artista recorrió Bélgica, Holanda, Inglaterra y Francia. Durante estos viajes y, concretamente en su estancia en Londres, el pintor se relacionó con el retratista norteamericano John Singer Sargent, con el que mantuvo una larga amistad y una gran afinidad estética.
En París residió cuatro años y participó en los diferentes salones de la ciudad. En el Salón Nacional de 1903, el jurado francés premió con una Tercera Medalla la obra Reposo. Un año más tarde, colgó en el Salón de Otoño el Retrato de la madre del pintor, que envió también a la Nacional de Múnich, y el Retrato de Alice Munford. Durante ésta época ejecutó igualmente paisajes de gran valor, entre ellos, Patio de los Arrayanes y El Embovedado, ambos de 1904, o Patio de la Reja de hacia 1905.
De regreso a Granada en 1905, su pintura se inclinó hacia una temática más casticista, centrándose sobre todo en lo regional, el paisaje y el retrato, como lo demuestran los lienzos de 1906 La juerga (hoy en el Museo de Lieja) y Mis amigos, cuadro este último por el que fue galardonado con una Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Múnich de 1909. Otros reconocimientos internacionales que le llegaron a partir de 1910 fueron una Medalla de Oro en la Exposición de Buenos Aires por el cuadro Mi amigo Don Segundo, de clara inspiración velazqueña, y una Medalla de Oro en Bruselas por La juerga.
Durante sus años en el extranjero López Mezquita no dejó de concurrir ni uno sólo a las Exposiciones Nacionales celebradas en Madrid. En la de 1903 expuso: Mis amigos, Una monja, Retrato de Seco de Lucena, Su tío, José Larrocha, Una señorita, y los paisajes: El patio de Lindaraja, Vista del Albaicín y Otoño en la Alhambra. En 1908 colgó también el Retrato de Pablo Loizaga, La madre del pintor, Retrato de la señora de Bermejillo, Retrato de pintor Francisco Posada, El artista y su modelo y Entre clérigos. Finalmente, en la Exposición Nacional de 1910 llegó la gran recompensa: una Medalla de Oro por La familia Bermejillo, retrato de estilo naturalista de uno de sus mecenas. El lienzo fue enviado junto con otra obra de carácter social y etnográfico titulada El velatorio. En ella de nuevo trató un tema social a medio camino entre la visión naturalista y el discurso crítico. La obra conectó estilísticamente con las propuestas de Ignacio Zuloaga, por su sentido de españolismo y de tragedia al mismo tiempo. Un lienzo de inspiración popular en el que el realismo contenido reflejaba una página intensa de la España más primitiva. Por aquel entonces, José María López Mezquita contrajo matrimonio en Granada con Fernanda Morales Díaz.
De 1912 es una de sus obras más famosas: Día de fiesta, un magnífico cuadro que representa una escena popular de interior en la que aparecen un grupo de muchachas sentadas en una cocina acompañadas por una vieja situada más al fondo. En la Exposición Nacional de ese año envió otras cuatro obras: De sobremesa, Carolinita, La tía Sabina y Calle Ávila, en una edición en la que la Medalla de Oro recayó sobre su amigo José María Rodríguez Acosta. Para la siguiente de 1915 volvió a concurrir López Mezquita con un cuadro inspirado en Ávila, Aldeanas de Ávila, junto con La Infanta Doña Isabel de Borbón y la marquesa de Nájera, Retrato de la señora de Eizaguirre, Retrato de la señorita Carmen Bermejillo, La mujer del pintor con mantilla negra, Retrato del escritor Ramón Pérez de Ayala, Retrato del crítico José Francés, El torero Machaquito, Jóvenes segovianas, Tipos segovianos, Araceli y Estudio de naturaleza muerta. La extensión de obra, quince cuadros, se debió a que la Nacional ese año dedicó una sala entera a los pintores que habían recibido en ediciones pasadas, un premio de honor. En esta ocasión López Mezquita quedó en segunda posición para optar al gran galardón. Dos acontecimientos cerraron este año: el nacimientos de su único hijo, Julio, y una Medalla de Plata, quedando la de Oro desierta, en la Exposición Internacional de San Francisco, que se completaría, un año más tarde, con el Premio de Honor en la Exposición Internacional de Panamá.
En 1916 José María López Mezquita se incorporó activamente en el círculo artístico oficial al ser nombrado secretario de la Exposición Nacional y vocal de la junta ejecutiva. Proliferaron los encargos de retratos entre los que destacaron los de los artistas José Clará, José Pinazo o José María Rodríguez Acosta, el del guitarrista Llovet y El torero Juan Belmonte. A partir de 1924 comenzó su magisterio en su estudio de la calle Ayala, contando entre sus alumnos con el granadino Soria Aedo. Por fin, en el mes de octubre fue elegido académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, a la que donó, en su ingreso, el lienzo Andaluza. Un año más tarde de este reconocimiento, el artista vio coronado su prestigio al celebrar una exposición formada por cuarenta y tres obras en las galerías Reinhardt de Nueva York, con el auspicio del rey Alfonso XIII. Está exposición viajó a continuación a Chicago (Galería Anderson) y Boston (Galería Robert C. Vose) y su Retrato del general Primo de Rivera fue reproducido en las páginas del New York Times el 14 de marzo de 1926. Finalizó el año con su nombramiento como miembro correspondiente de la Hispanic Society of America de Nueva York. Lo fue también de la Academia de Bellas Artes de Lisboa, de la Real de Amberes y de la Academia de las Artes y Letras de Cuba.
El viaje a Estados Unidos de 1926 resultó de gran trascendencia para el autor. Aparte de la gran cantidad de encargos recibidos por parte de la alta sociedad americana, el fundador y director de la Hispanic Society de Nueva York, Mr. Archer Milton Huntington, le encargó su propio retrato y el de su esposa, y, lo que es más importante, recibió la misión de continuar la labor de Sorolla en la institución, con el encargo de completar la serie de figuras ilustres de la política y de la cultura de España. A éste se le sumó la propuesta de dar comienzo a una nueva serie compuesta por los retratos de personajes ilustres hispanoamericanos y, como tercer encargo, López Mezquita se comprometió a la realización de una colección de cuadros con los tipos, costumbres y paisajes de las provincias de Granada, Málaga, Alicante, Valencia, Ávila y Murcia, para una sala de la institución.
Los encargos de la Hispanic Society de Nueva York hicieron que López Mezquita se convirtiera en un artista viajero. Tras la realización de la serie de hombres ilustres españoles, en la que empezó por los literatos y eruditos Cotarelo, Palacio Valdés y Cejador, se sucedieron una serie de viajes por toda Sudamérica, empezando en 1927 en Brasil y finalizando en Venezuela en julio de 1928. De regreso a España, retomó la serie, retratando a los Hermanos Álvarez Quintero, a Concha Espina, Gómez Moreno y Falla. Entre 1929 y 1932, emprendió diferentes viajes a las provincias españolas asignadas, retratando sus tipos y costumbres, y terminando así los encargos de la institución. En España, habilitó dos nuevos estudios, uno en pleno palmeral de Elche, donde pintaba durante los inviernos, y otro en Ávila, próximo a la iglesia de San Martín, entre las antiguas murallas y el convento de la Encarnación.
Los encargos en Estados Unidos se sucedieron durante la década de 1930. Así, fue el caso del encargo en 1934, de un conjunto de retratos de los ingenieros y jefes de los astilleros para el Museo de la Marina de New-Port-News en Virginia. De vuelta a España, López Mezquita fue uno de los firmantes de la Declaración sobre el proceso contra don Manuel Azaña y dos años más tarde, en 1936, del Manifiesto de la Unión Universal por la Paz. Finalmente, el 18 de julio le sorprendió el estallido de la Guerra Civil Española en Madrid. El pintor, su esposa y su hijo se trasladaron a Valencia, donde pintó el retrato de Manuel Azaña.
Dada la situación política en España, en otoño de 1937 la familia López Mezquita se trasladó a Nueva York, donde residió hasta que en 1944 viajó a La Habana. En la ciudad cubana continuó siendo uno de los retratistas más afamados de la alta sociedad, principalmente, de familias y empresarios cubanos. Desde allí, viajó a Santo Domingo, donde en 1946 ejecutó el retrato de su presidente Trujillo y familia. Un año antes sufrió el duro golpe de la pérdida de su esposa.
En 1947 decidió regresar a Nueva York, donde contrajo segundas nupcias con su nueva esposa, Elnora Gruber, con quien se autorretrató para la Hispanic Society, institución que adquirió, además, nuevas obras del artista: Cuquita y Tipos cubanos. De nuevo en la ciudad de los rascacielos, recibió un importante encargo de la institución que consistía en la realización de otra serie de valor etnográfico, pero, esta vez, sobre Portugal.
En 1948 López Mezquita recorrió el país luso pintando los tipos, costumbres y paisajes de Lisboa, Nazaré, Évora y Viana do Castelo. De esta época son cuadros tan emblemáticos como: Pescadores en duelo, Lobo de mar, Novia y Aldeana de Viana de Castelo. Entre 1950 y 1951 el pintor viajó a México, pero su delicado estado de salud le obligó a regresar. Una vez en España, en 1952, se instaló durante el verano en su estudio de Ávila y pintó nueve cuadros, entre ellos, los retratos del señor Abella y del pintor Alberti. El Círculo de Bellas Artes quiso reconocer toda su trayectoria artística y le otorgó, ese mismo año, el Gran Premio de Honor, motivo por el cual organizó una gran exposición retrospectiva de su trabajo. La muestra quedó inaugurada en el mes de octubre e incluyó una amplia selección de sus obras, desde las de la primera época, hasta El pertiguero de 1952.
En 1953 se instaló en el antiguo estudio de Muñoz Degrain y Gonzalo Bilbao de Madrid, que alternó con el de Ávila, pero una gran hemorragia de úlcera de duodeno puso en peligro su salud y frenó su actividad. Una vez recuperado, no dudó en regresar en el mes de diciembre a Nueva York, pero tuvo que interrumpir el viaje por un agravamiento de su enfermedad. El 6 de diciembre de 1954 José María López Mezquita falleció en su casa de Madrid.
Obras de ~: Cuerda de presos, 1901; Granadina, 1901; Reposo, también titulada La siesta, 1901; La inglesita; Retrato de la madre del pintor; Retrato de Alice Munford, 1903; Una monja, 1903; Seco de Lucena, c. 1903; Su tío, c. 1903; Retrato de Larrocha; Una señorita, 1903; El patio de Lindaraja; Vista del Albaicín; Otoño en la Alambra; Patio de los Arrayanes, 1904; El Embovedado, 1904; Patio de la Reja, c. 1905; La juerga, 1906; Mis amigos, 1906; Mi amigo Don Segundo, 1908; Pablo Loizaga; La madre del pintor; la señora de Bermejillo; Retrato del pintor Francisco Posada; El artista y su modelo; Entre clérigos; La familia Bermejillo, 1910; El velatorio, 1910; Día de fiesta, 1912; De sobremesa, 1912; Carolinita; La tía Sabina; Calle Ávila; Aldeanas de Ávila, 1915; La Infanta Doña Isabel de Borbón y la marquesa de Nájera, 1915; Retrato de la señora de Eizaguirre, 1915; Retrato de Carmen Bermejillo; La mujer del pintor con mantilla negra; Retrato del escritor Ramón Pérez de Ayala, 1915; Retrato de José Francés, 1915; El torero Machaquito; Jóvenes segovianas; Tipos segovianos; Araceli; Estudio de naturaleza muerta, 1915; Retrato de José Clará; Retrato de José Pinazo; Retrato de José María Rodríguez Acosta; Retrato del guitarrista Llovet, 1916; El torero Juan Belmonte, 1916; Retrato de maja; La menina, 1918; Andaluza, 1924; Retrato de los hermanos Álvarez Quintero, 1928; Retrato de Concha Espina, 1928; Retrato de Gómez Moreno, 1928; Retrato de Manuel de Falla, 1928; Cuquita, 1944; Tipos cubanos, 1944; Pescadores en duelo, 1948; Lobo de mar, 1948; Novia, 1948; Aldeana de Viana de Castelo, 1948; Retrato del señor Abella, 1952; Retrato del pintor Alberti, 1952; El pertiguero, 1952.
Bibl.: F. J. Pérez Rojas y J. Francés, José M. López Mezquita, Madrid, Estrella, 1919; A. N ogales y Márquez de Prado, López Mezquita: su personalidad en la pintura española, Madrid, 1954; J. Gallego, López Mezquita. 1883-1983, Madrid, Caja General de Ahorros de Granada, 1985; F. J. Pérez Rojas, López Mezquita: 1893-1954. Épocas e itinerarios de un pintor cosmopolita. De Granada a Nueva York, Madrid, Arco/ Libros, 2007.
Ana Berruguete del Ojo