López Cepero y Ardila, Manuel. Jerez de la Frontera (Cádiz), 5.III.1778 – Sevilla, 19.IV.1858. Humanista, teólogo, político, académico de la Real Academia Española y de la Real Academia de las Buenas Letras de Sevilla.
Su infancia transcurrió en Jerez de la Frontera, donde sus padres, Gil López Cepero y Juana de Ardila, le inculcaron el amor por las artes y las letras, del que también participó su hermano Pedro. Parece que comenzó sus estudios en Jerez, en las escuelas del colegio de Santa Ana de los Mártires, que dirigían los jesuitas. En 1801 se graduó de bachiller en Teología y obtuvo la licenciatura en la Universidad de Sevilla, en 1802. Se doctoró ese mismo año. En 1807 obtuvo la licenciatura en Cánones también en la Universidad sevillana.
Compaginó la vida académica con la literaria, acudían a la tertulia de su casa sevillana personajes como Juan Nicasio Gallego, Félix Reinoso, Alberto Lista —sus amigos más íntimos—, José María Blanco White, Martínez de la Rosa o el conde de Toreno.
Cuando estalló la Guerra de la Independencia defendió la causa nacional, formó parte de la Junta Suprema y fue nombrado vicario general castrense a las órdenes del general Castaños. En 1812 dirigió A Sevilla Libre, periódico literario, político y religioso que se convirtió en uno de los órganos directivos del liberalismo español. Esto provocó su elección como diputado en las Cortes de Cádiz para los años 1813 y 1814.
En 1814, tras un proceso por cuestiones civiles y religiosas en el que intervino incluso la Inquisición, se ordenó su encierro en la cárcel de la Corona de Madrid, donde compartió celda con Juan Nicasio Gallego; posteriormente fue trasladado a la cartuja de Sevilla, donde estuvo recluido durante seis años. Dedicó su encierro a la observación de las abejas, lo que le permitió escribir sus posteriores Cartas Apiarias. Como los dibujos que acompañaban a sus notas fueron interpretados como ofensivos a la Corona, la pena se agravó más y lo enviaron a la cartuja de Cazalla de la Sierra. Tras la sublevación de Riego se le redujo la condena a la mitad. Una vez en libertad fue elegido diputado por Sevilla y por Cádiz y nombrado secretario de las Cortes, cargos que ocupó mientras duró el Trienio Liberal. En 1821 fue elegido académico supernumerario de la Real Academia Española.
En 1823 fue víctima de nuevo de los absolutistas y decidió retirarse a su casa de campo de Sierra Morena, en la que había reunido una pinacoteca selecta y en la que estaba su biblioteca. Pero su casa fue objeto del saqueo de las tropas absolutistas. Se refugió en Sevilla, pero fue de nuevo encarcelado. Una vez en libertad, decidió retirarse a Cazalla para dedicarse durante una década (1824-1834) a la contemplación de la naturaleza y a la literatura. En 1834 volvió a Jerez para ocuparse de la educación de sus sobrinos, hijos de su hermano.
La muerte de Fernando VII en 1833 provocó un cambio en la vida de López Cepero y llegó la época de los reconocimientos. Accedió a una canonjía en la catedral de Sevilla en 1834; fue nombrado ministro del Real Tribunal del Excusado, vocal de la Junta de Armamento y Defensa de Sevilla, organizó el Museo Provincial de Bellas Artes de Sevilla y se le concedió la encomienda de la Orden de Isabel la Católica. Se ocupó entonces con mucha eficacia de la recogida de bibliotecas, obras de arte, etc., de las extinguidas órdenes religiosas. Estrechó su amistad con Alberto Lista.
En 1844 fue nombrado deán de la catedral sevillana; en 1845 fue elegido senador vitalicio y accedió a la cátedra de Sagradas Escrituras en la Universidad de Sevilla, llegando a ser decano de la Facultad de Teología de dicha Universidad; en 1847 fue nombrado vicario capitular de la catedral. También en 1847, como consecuencia de la muerte de Martín Fernández de Navarrete, ocupó su plaza como numerario de la Real Academia Española (Sillón D).
En 1850 ocupó la presidencia de la Academia Sevillana de Buenas Letras; ya pertenecía a la de Bellas Artes de Sevilla.
En los últimos años de su vida destacó su influencia en la vida cultural sevillana. Su casa, donde exhibía su recuperada pinacoteca con cuadros de Velázquez, El Greco, Pacheco, Murillo, Zurbarán o Goya, se convirtió en un centro cultural a donde acudían importantes personajes.
Obras de ~: Exhortación que en la mañana del 25 de julio de 1813 hizo a sus feligreses el Dr. D. ~ antes de empezar las elecciones parroquiales, Sevilla, Hidalgo y Cía., 1813; Lecciones políticas para el uso de la juventud española, Sevilla, en la imprenta de D. José Hidalgo, 1813 (2.ª ed. con correcciones del autor, Madrid, en la imprenta de Villalpando, 1814); Declaración en el proceso de la causa de Estado, Madrid, Archivo Histórico Nacional, 1814; Catecismo religioso, moral y político, Madrid, Imprenta de García, 1821; Manuel López Cepero, diputado a Cortes a los españoles fascinados por las imposturas de D. Lorenzo Zamora, Sevilla, Aragón y Cía., 1821; Curación de la mangla o tiñuda en el olivo y todos los árboles, Sevilla, Imprenta de Hidalgo y Cía., 1835; Reclamación en favor del clero español contra el proyecto de ley electoral presentado a los estamentos, Sevilla, Imprenta de Hidalgo y Cía., 1836; Discurso improvisado en la Santa Iglesia Catedral de Sevilla el día 27 de junio de 1843 en acción de gracias por el alzamiento de la provincia e instalación de la Junta de Gobierno, Sevilla, Plaza del Silencio, 23, 1843; Sermón improvisado en la santa iglesia catedral de Sevilla, el 30 de julio de 1843, en acción de gracias por el alzamiento del sitio y victoria de Sevilla sobre el ejército de Espartero, Sevilla, Est. Tipográficos, 1843.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico del Senado, Expediente personal del Senador vitalicio D. Manuel López Cepero, legislatura 1845-1846, signatura HIS-0250-04.
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Covadonga de Quintana Bermúdez de la Puente