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Juan Huarte de San Juan

Biografía

Huarte de San Juan, Juan. San Juan Pie de Puerto (Francia), c. 1529 – Baeza (Jaén), 1588. Médico y filósofo.

Varios estudiosos, entre otros J. M. Guardia, Rodrigo Sanz y Mauricio de Iriarte, han ido facilitando, desde finales del siglo xix, datos sobre la vida del doctor Juan Huarte de San Juan, como firmó éste su única obra, publicada en 1575, el Examen de ingenios, libro que le hizo famoso en toda Europa antes de que cayese su nombre en olvido durante un tiempo.

Nació Juan Huarte poco antes de 1530 —¿1529?— en San Juan Pie de Puerto, lugar en la Baja Navarra, por donde pasa el camino de Santiago, subiendo hacia el puerto de Roncesvalles. En 1530, Carlos I desguarneció esta merindad de la Baja Navarra, pues la juzgaba difícil de defender, por lo que pasó a ser uno de los últimos territorios que quedaron en manos de la familia Albret. Fernando el Católico se había apoderado del resto del reino al casarse en segundas nupcias con Germana de Foix, heredera de la casa principesca rival. Al convertirse al calvinismo, Juana III de Albret dificultó a su hijo Enrique, príncipe de Bearn y rey de Navarra en 1562, el camino hacia la otra Corona, la de Francia, a la que podía pretender como hijo de Antonio de Borbón. Por fidelidad a la fe católica, la familia de Huarte se marchó, con otros, de San Juan del Pie de Puerto para asentarse en Baeza, cuando Juan tenía poca edad, puesto que él mismo dice que aprendió a hablar en castellano. Américo Castro supuso que los Huarte eran judaizantes y Julio Caro Baroja añadió que ese apellido vasco —“Uraerta”, que significa “entre dos aguas”— era frecuente entre los nuevos cristianos que no recibían buena acogida en la Navarra peninsular. Pero, en este caso, ¿qué motivos tendrían esos supuestos judaizantes para huir de un reino calvinista y refugiarse en otro católico? Juan Huarte estudió Humanidades y Filosofía en la Universidad de Baeza, fundada por san Juan de Ávila (1500-1569), prelado erasmista beatificado mucho antes de su tardía canonización, en 1970, durante el pontificado de Pablo VI. San Juan de Ávila fue el director espiritual de san Juan de Dios, cuando éste vivió la experiencia mística a resultas de la cual fue encerrado y maltratado como loco en el hospital de Granada, fundado por los Reyes Católicos.

Con el nombre de Juan de San Juan de Baeza, figura en los registros de la Universidad de Alcalá de Henares, donde estudió Medicina entre 1552 y 1558. Consiguió el grado de bachiller en 1555 y la licenciatura y el doctorado en 1559. Durante el curso 1569-1570 aparece como catedrático en la Universidad de Huesca un “doctor San Juan”. De tratarse de este personaje, hubiese tenido allí una actividad docente. Asimismo, se han mencionado supuestos viajes de Huarte por España, uno de ellos a Granada, pero sólo está documentada con certeza su vida familiar y profesional en Baeza o sus cercanías: el matrimonio en Linares con Águeda de Velasco —también de una familia de emigrantes de San Juan del Pie del Puerto, y con quien tuvo seis hijos— y el nombramiento en 1572 por el concejo de Baeza, como médico de la ciudad.

En 1575 publicó un libro: Examen de ingenios para las sciencias donde se muestra la differencia de las habilidades que hay en los hombres y el genero de letras que a cada uno corresponde en particular. Es obra donde el que leyere con attencion hallara la manera de su ingenio y savra escoger la sciencia en que mas a de aprender: y si por vêtura la uviere ya professado, entendera si atino a la que pedia su habilidad natural. Compuesta por el Doctor Juan Huarte de sant Juan, natural de San Iuan del pie del puerto. La obra tuvo un éxito clamoroso, no sólo en España, sino en toda Europa, y en pocos años se tradujo al latín, al francés, al italiano, al inglés y al holandés. Cuando murió su autor en 1588, ya se habían publicado cinco ediciones en español y otras tantas de las traducciones francesas e italianas (la alemana fue más tardía). Pero una denuncia del doctor Petrel, de la Universidad de Baeza y comisario del Santo Oficio, hizo inscribir el Examen de ingenios, a pesar de la previa aprobación dada por fray Lorenzo de Villavicencio, en el Índice de los libros prohibidos y luego en el Expurgatorio. Juan Huarte preparó la edición expurgada pero sólo la publicaría en 1594 —o sea, seis años después de su muerte— su hijo Luis Duarte. Paradójicamente, la inscripción del Examen en el Índice Expurgatorio español acrecentó aún más el interés por esa obra de los pensadores humanistas del resto de Europa. En Francia, Charles Vion d’Alidray, traductor de los dos textos, príncipe y expurgado, publicó en 1645 una edición —la decimosexta de las francesas—, comparándolos. En Alemania, Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781) no sólo tradujo tardíamente —como ya hemos dicho— el Examen al alemán, en 1752, sino que dedicó a la obra de Huarte su tesis de doctorado en Filosofía en la Universidad de Wittenberg.

Por otra parte, no es de sorprender que el redescubrimiento del interés científico y filosófico del Examen de ingenios se iniciara en París, a principios del siglo xix, cuando partidarios y adversarios de la frenología disputaron acerca del carácter innato de las ideas en el ser humano determinado por la morfología del cerebro. ¿Qué visión antropológica propone Juan Huarte en su Examen de ingenios? En su libro —redactado en lengua vulgar, lo que debió de aumentar el recelo del Santo Oficio— empieza examinando las relaciones entre el cuerpo y el alma conforme a la más estricta fisiología hipocrático-galénica, que había aprendido de sus maestros en la Universidad de Alcalá. Lo que determina la “naturaleza” del hombre es el equilibrio que mantienen las cuatro cualidades fundamentales con dos parejas de opuestos —húmedo/ seco y caliente/frío— entre los cuatro humores del cuerpo procedentes de los cuatro elementos cosmogónicos fundamentales: fuego, tierra, agua y aire. Para Huarte, estos factores, combinándose, van a determinar en cada ser humano un ingenio particular. Introduce así, nada menos que la noción de la singularidad de la psique humana. Piensa determinar cuál es el ingenio necesario para el estudio de tal o cual ciencia y cuáles son las aptitudes innatas para adquirirlo; resulta, por lo contrario, totalmente inútil aprender una ciencia para la que no disponemos del ingenio correspondiente. Estudia cuatro profesiones, las de teólogo, jurista, médico y militar, para determinar cuáles han de ser las aptitudes necesarias para ejercer cada una de ellas. Pero, por ejemplo, en la opinión de Huarte, el ingenio necesario para entender de medicina teórica no es el mismo que el de la medicina práctica, por lo que es imposible ser competente en las dos. Si los médicos han aceptado este juicio, no ha ocurrido lo mismo con los teólogos, al menos con aquellos sobre los que Huarte opina de manera parecida.

Las principales referencias teóricas de Huarte son de Hipócrates, Aires, lugares, regímenes, de Aristóteles, el Problema XXX, y de Galeno, el Quod animi mores temperamenta sequantur. Cita también a muchos otros autores antiguos o modernos, así como las Santas Escrituras, utilizándolos como autoridades científicas.

Las partes cuya expurgación exigió el Santo Oficio fueron referidas a lo que atañe al carácter orgánico de la razón; la comparación, como seres naturales regidos por su temperamento, de los animales con los seres humanos. Sólo faltaría dar un paso para concluir que los primeros también tienen un alma; la integridad del capítulo VII, discusión metafísica sobre la inmortalidad del alma que, en opinión de Huarte, la filosofía natural no puede demostrar, por lo que en este punto hay que remitirse sólo a los argumentos de la fe; la demostración de la imposibilidad de los milagros; la descripción del ingenio de Cristo. Huarte examina, en efecto, varios ingenios ejemplares: los del rey David, de san Pablo, de Felipe II y del propio Cristo; la reflexión sobre el determinismo moral que, al hacer depender la virtud y el vicio del temperamento, niega el libre albedrío; y, por último, el juicio según el cual, desde el momento de su encarnación, el espíritu se ha sometido a las leyes del mundo físico. Dios no puede eximirse de obedecer a las leyes que Él mismo ha fijado para la Naturaleza.

Como se puede apreciar, estas proposiciones eran en 1575 atrevidísimas, a pesar de que Huarte no dejó de afirmar su catolicismo, no siendo para él contradictorio lo que dice del hombre como médico, que lo estudia desde el punto de vista de la filosofía de la naturaleza, con la visión ontológica del ser humano, que ofrece la teología revelada. Sin embargo, cuando los estudiosos modernos vuelvan a interesarse por el Examen de ingenios, unos se centrarán en su contenido religioso, considerando a su autor, si no como un hereje, al menos como un heterodoxo o un erasmista, y los otros en su importante contribución al nacimiento que se produjo entonces en España de la medicina filosófica, precursora de la medicina científica.

José Miguel Guardia, con su Essai sur l’ouvrage de J. Huarte: Examen des aptitudes diverses pour les sciences, prolongado por su artículo de la Revue Philosophique sobre Huarte en la serie de los “Philosophes espagnols”, sitúa la obra claramente en la historia de la filosofía española. Guardia conocía sin duda la traducción comparada de Charles Vion d’Alibray. Es de notar que hasta que en 1930 publicara Rodrigo Sanz su edición crítica y la comparada, la primera en español, con una ortografía modernizada de las dos ediciones —la príncipe de 1575 y la expurgada de 1594— con un valiosísimo prólogo, la mayoría de los comentaristas no tenían conocimiento del conjunto de la obra. Las ediciones críticas de finales del siglo xx reproducen el texto de la de Sanz, con la misma ortografía, añadiendo los datos aportados posteriormente por Mauricio de Iriarte. Éste insiste en la contribución de Huarte a la historia de la psicología diferencial, así como lo hace José Mallart para la de la orientación profesional y social. Pero, sin duda, por haber presentado primero su tesis en Alemania, el padre Iriarte es también el primero en haber mostrado el increíble impacto del Examen en el pensamiento filosófico de toda Europa, especialmente en Francia. V. Peset Llorca sitúa a Huarte dentro de la historia de la psicología médica entre otras dos figuras de la psicología médica del Renacimiento español, Sabuco de Nantes y Juan Luis Vives, que han contribuido al nacimiento de esta ciencia nueva. Gabriel Perouse ha estudiado la influencia del Examen des esprits sobre los autores franceses de los siglos xvi y xvii, época en que la mayoría de ellos, escolares, médicos o filósofos, conocían la obra de Huarte y compartían sus ideas. Para Jackie Pigeaud, el problema filosófico central que se plantea es el de la libertad individual incompatible con el fatalismo de los temperamentos.

Para Gregorio Marañón, lo más admirable de la obra de Huarte es su descripción de las diferencias biomorfológicas y psicosexuales entre el varón y la mujer, cuando no se sospechaba la actividad endocrina de las gónadas. Luis S. Granjel ve en el Examen uno de los libros ejemplares escritos por los médicos filósofos españoles que, modificando los paradigmas, han provocado una revolución en la historia de la medicina.

Marc Fumaroli enfoca el Examen desde un punto de vista algo inesperado, el de la elocuencia, el ars bene dicendi. Resultaría de una sorprendente alianza entre el agustinianismo y la modernidad humanista contra la opinión ciceroniana de cómo se construye el discurso.

Lo que admiran los psiquiatras actuales es el hecho de que, por primera vez, se haya ideado de qué manera se produce el pensamiento en la organización cerebral, aunque ahora nos parezca anticuada la propuesta de Huarte. Como reza el epigrama que Guy Patin dedica al Examen de ingenios: “Mens etenim mentem noscere sola potest” (“Sólo el espíritu puede conocer el espíritu”).

 

Obras de ~: Examen de ingenios para las sciencias donde se muestra la differencia de las habilidades que hay en los hombres y el genero de letras que a cada uno corresponde en particular. Es obra donde el que leyere con attencion hallara la manera de su ingenio y savra escoger la sciencia en que mas a de aprender: y si por vêtura la uviere ya professado, entendera si atino a la que pedia su habilidad natural. Compuesta por el Doctor Juan Huarte de sant Juan, natural de San Iuan del pie del puerto. Va dirigida a la Magestad del Rey don Philippe nuestro señor Cuyo ingenio se declara excêplificando las reglas y preceptos desta doctrina. Con privilegio Real de Castilla y de Aragon. Con licêcia impresso en Baeça, en casa de Iuan Baptista de Montoya. 1575; Examen de ingenios para las sciencias en el qual el lector hallara la manera de su ingenio, para escoger la sciencia en que mas a de aprovechar. Y la diferencia de habilidades que ay en los hombres: y el genero de letras y arte que a cada uno responde en particular. Compuesto por el Doctor Iuâ Huarte de sant Iuan. Agora nuevamente enmendado por el mismo Autor y añadidas muchas cosas curiosas y provechosas. Impresso en Baeça. En casa de Iuâ Baptista de Montoya. Año de 1594. Trad.: Anacrise ou parfait jugement et examen des esprits propres et naiz aux sciences [...] composé en espagnol par J. Huart natif de Saint Jean du pied de Port et mis en françois par Gabriel Chappuis, Lyon, Francois Didier, 1580 (eds.: Examen des esprits pour les sciences traduit par Ch. Vion d’Alibray, Paris, I. Le Bouc, 1645; Examen de ingenios para las ciencias, edición comparada de la príncipe, Baeza, 1575, y sub. príncipe, Baeza, 1594, prólogo, sumario, notas y preparación por Rodrigo Sanz, Madrid, Imprenta La Rafa, 1930; Examen de ingenios para las ciencias, edición de Guillermo Seres, Madrid, Cátedra, Letras Hispánicas, 1989; Examen de ingenios para las ciencias, edición de Felisa Fresco Otero, Madrid, Espasa Calpe, col. Austral, 1991).

 

Bibl.: G. Jourdain, Examen de l’examen des esprits, Paris, Michel Joly, 1631; J. M. Guardia, Essai sur l’ouvrage de J. Huarte: Examen des aptitudes diverses pour les sciences, Paris, Auguste Durand, 1855; “Philosophes espagnols: Huarte”, en Revue Philosophique, XXX (1890), págs. 248-294; G. Perouse, L’examen des esprits du docteur Juan Huarte de San Juan. Sa diffusion et son influence en France aux xviie et xviiie siècles, Paris, Les Belles Lettres, 1920; M. de Iriarte, El doctor Huarte de San Juan y su examen de ingenios: contribución a la historia de la psicología diferencial, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1948 (3.ª ed.); J. Mallart, “Huarte y las modernas corrientes de orientación profesional y social”, en Estudios de Historia Social de España, II, Madrid, 1952, págs. 133-151; V. Peset Llorca, “Tres figuras de la Psicología médica del Renacimiento español (Vives, Huarte, Sabuco de Nantes)”, en J. B. Ullesperger, La Historia de la Psicología y de la Psiquiatría en España, Madrid, Alhambra, 1954, págs. 166-178; A. Castro, La realidad histórica de España, México, 1954; J. Caro Baroja, Los judíos en la España Moderna y Contemporánea, vol. III, Madrid, Arion, 1961; G. Marañón, “Examen actual de un examen antiguo” (1933), en Obras completas, III Conferencias, Madrid, 1967, págs. 265-282; E. Torre, Ideas lingüísticas y literarias del doctor Huarte de San Juan, pról. de Vidal Lamíquiz, Sevilla, Universidad, Servicio de Publicaciones, 1977; J. Pigeaud, “Fatalisme des tempéraments et liberté individuelle dans l’Examen des esprits”, en Littérature, médecine et société, I (1979), págs. 115-158; E. Torre, Sobre lengua y literatura en el pensamiento científico español de la segunda mitad del siglo xvi: las aportaciones de G. Pereira, J. Huarte de San Juan y F. Sánchez El Escéptico, Sevilla, Universidad, Servicio de Publicaciones, 1984; M. Fumaroli, L’âge de l’éloquence, Paris, Albin Michel, 1994 (2.ª ed.); J. Garrabé, “Juan Huarte y el pensamiento humanista europeo”, en VV. AA., V Congreso de la European Association for History of Psychiatry, Madrid, 2002; “L’examen des esprits de Juan Huarte (de San Juan)”, en L’Evolution psychiatrique, 68, 1 (2003), págs. 7-16.

 

Jean Garrabé de Lara