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Pedro Antonio de Salazar y Góngora

Biografía

Salazar y Góngora, Pedro Antonio de. Motril (Granada), 17.XII.1676 - Córdoba, 21.II.1742. Canónigo, deán, obispo de Córdoba.

Hijo de don Jerónimo de Salazar y doña Juana de Góngora, nació en Motril, donde su padre residía por entonces como regidor y administrador real del impuesto de millones. Siendo joven fue enviado a vivir con un primo de su padre, fray Pedro de Salazar. En su compañía llegó a Córdoba en 1687, al ser trasladado éste del obispado de Salamanca al de la ciudad andaluza, ejerciendo en un principio los cargos de gentilhombre y caudatario del nuevo obispo. Aquí comenzó realmente su carrera eclesiástica, ayudado no sólo de la condición de obispo de su tío, sino de las especiales prerrogativas del capelo cardenalicio, concedido a fray Pedro poco después del cambio de sede. Pronto obtuvo una prestamera en Pedroche y los beneficios de Castro, Espejo, Hinojosa y Belalcázar. Realizó sus estudios de Filosofía y Teología en el Convento de San Pablo, para posteriormente doctorarse en Cánones. En 1696 obtuvo un hábito de caballero de la Orden de Calatrava, a la que también perteneció su hermano don Leonardo de Salazar y Góngora, así como otros parientes suyos. El 17 de marzo de 1698 le fue conferida una canonjía en la Catedral de Córdoba. A ella se añadiría dos años más tarde la coadjutoría del deanato que disfrutaba don Gregorio de Salazar, hermano del cardenal, quien pasaría enfermo los cuatro años restantes hasta su fallecimiento. Así, el 29 de marzo de 1704, tomó posesión de dicha dignidad. En los años siguientes, se preocupó mucho en buscar remedio a la enfermedad que lo aquejaba desde joven y de la que finalmente moriría, consultando a afamados médicos españoles y llegando a viajar en busca de especialistas a Francia y a los Países Bajos en 1714.

Permanecería en el deanato durante treinta y cuatro años, hasta que, tras haber rechazado en enero de 1738 la mitra de Jaén, fue nombrado obispo de Córdoba tras la sede vacante originada por la muerte de don Tomás Rato y Otonelli un mes antes. El 10 de junio de ese mismo año tomaba posesión del obispado en su nombre el canónigo don Juan Gómez Bravo, siendo consagrado por el arzobispo de Sevilla don Luis de Salcedo y Azcona el día 29 de junio.

Como albacea del cardenal Salazar se encargó de finalizar sus proyectos: la capilla de Santa Teresa y el Hospital de Agudos de Córdoba, institución a la que dejó por heredera en su testamento. Durante su episcopado, mantuvo muy buenas relaciones con el cabildo catedralicio, que conocía bien como antiguo prebendado, mandó realizar obras de mejora en diferentes infraestructuras, como atarjeas y fuentes, o en el Seminario Conciliar de San Pelagio, para el que también elaboró en 1740 unas nuevas constituciones. Fundó la capilla de San Pedro en la antigua de San Lorenzo, donde fue enterrado a su muerte, la tarde del 21 de febrero de 1742.

 

Fuentes y bibl.: Archivo de la Catedral de Córdoba, Limpieza de Sangre, leg. 5.039, sin foliar; Archivo Histórico Nacional (AHN), Órdenes Militares: Expedientillos, n.º 11.527, sin foliar; AHN, Órdenes: Caballeros de Calatrava, exp. 2.333, sin foliar.

J. Gómez Bravo, Catálogo de los obispos de Córdoba y breve noticia histórica de su iglesia catedral y obispado, t. II, Córdoba, Oficina de D. Juan Rodríguez, 1778, págs. 741, 743, 785-793; R. Vázquez Lesmes, Córdoba y su cabildo catedralicio, Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1987, págs. 39-41, 95, 98-99, 118, 159, 227, 233, 245, 249, 257, 260-261, 273, 315, 331, 445; J. A. Molinero Merchán, La Mezquita-Catedral de Córdoba: símbolos de poder. Estudio Histórico-Artístico a través de sus Armerías, Córdoba, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba, 2005, págs. 485, 488-489, 494-498.

 

Antonio José Díaz Rodríguez