Folch de Cardona, Juan Ramón. Conde de Cardona (II). Cabeza de San Juan Bautista. ?, 3.I.1375 – Cardona (Barcelona), 11.III.1441. Noble, vizconde de Vilamur y almirante de Aragón (nombrado el 13 de abril de 1399).
Conocido como “Cabeza de San Juan Bautista”, y también como “Conde Gambacoberta” o “Gambacorta”.
Hijo de Hugo Folch II de Cardona y de su segunda esposa Beatriz de Luna, sucedió a su padre en los títulos nobiliarios a los veinticinco años de edad, aunque ostentaba el título de vizconde de Vilamur desde época juvenil por concesión paterna.
El mes de abril de 1391 se casó con Juana de Gandía (muerta en 1419), hija del conde Alfonso IV de Ribagorza, lo que le emparentaba con la Casa Real.
De este matrimonio nacieron el heredero, Juan Ramón Folch II de Cardona (1400-1471), Hugo de Cardona y Gandía (1405-1470), Juana de Cardona, Jaime de Cardona y Gandía (1405-1466), obispo de Vic (1445-1459) y presidente de la Generalidad de Cataluña (1443-1446).
En plena juventud, recibió el encargo real de acompañar al rey Martín I el Humano (1396) en su viaje desde Sicilia hasta Barcelona (1396). La ciudad de Barcelona y el Consejo de Ciento quedaron impresionados por la dignidad del futuro conde de Cardona, a quien fue confiado un lugar de honor en las ceremonias y festejos de entrada del nuevo Monarca en la Ciudad Condal. Viudo de Juana de Gandía, se planearon unas segundas nupcias con Cecilia de Urgel, hija de Pedro I de Urgel, pero que no llegaron a buen fin.
Contó con la plena confianza del rey Martín I el Humano, y por ello el Monarca le envió a Cerdeña, acompañando a su hijo, Martín el Joven de Sicilia (1409). Combatió junto al malogrado heredero de la Corona en la batalla de San Luri (1409), y presenció la muerte del primogénito, así como su entierro en Cagliari.
Tras la muerte de Martín I sin descendencia directa, tanto este conde de Cardona como su hermano Antonio se distinguieron por ser los cabecillas del grupo nobiliario favorable al candidato urgelista. El cronista aragonés Jerónimo Zurita recuerda que el conde de Cardona “se entendió que hacía todo su poder para excluir de la sucesión al Infante don Hernando [Fernando I de Trastámara]”, hasta el punto que pusieron en cuestión a algunos compromisarios de Caspe como Bardají, Bonifacio Ferrer y el obispo de Huesca, para impedir la elección del infante Fernando de Antequera, como nota de nuevo Zurita, al referirse a “tanta contradicción fuera de tiempo […] [los Cardona] con muchos cavalleros que todos eran de la afición y parcialidad del conde de Urgel”. De todas formas, el conde de Cardona fue uno de los primeros en aceptar y reconocer la legitimidad del fallo de Caspe, hasta el punto que, en representación del Parlamento de Cataluña, asistió a su promulgación y ayudó al nuevo Rey a combatir la sublevación del conde Jaime II de Urgel. El conde de Cardona fue uno de los grandes barones del Principado que estaban sentados junto al Monarca cuando se pronunció la solemne sentencia contra el derrotado conde de Urgel y se decidió la expropiación de sus bienes.
Sin embargo, Juan Ramón Folch I hizo intentos de aproximación hacia la casa de Urgel, al proponer el matrimonio de Cecilia de Urgel, hermana del conde “Desdichado” con su hijo primogénito, hecho que denota una alta humanidad y el reconocimiento de que la causa de Urgel todavía podía ser reivindicada.
Sin lugar a dudas, de todos los linajes catalanes, la familia Folch de Cardona fue la que prestó máximo apoyo y colaboración a la nueva dinastía real, los Trastámaras aragoneses, no sólo en las campañas exteriores, sino sobre todo en la política interior, y de forma muy especial en la actividad parlamentaria, enfrentándose en numerosas ocasiones a los Pallars, Rocabertí, Illa-Canet y a otros grandes linajes catalanes. Bajo el reinado de Alfonso V el Magnánimo, la colaboración de Juan Ramón Folch con los proyectos y los intereses de la Corona no fueron menores. En 1418 fue enviado por el Rey como embajador ante el Concilio de Constanza, pero los servicios más relevantes prestados a la Corona fueron los que competían a su condición de almirante. Como tal, en 1423 dirigió la escuadra que tenía que conducir al infante Pedro a Nápoles, con treinta naves y más de cuatro mil combatientes. Esta empresa fue decisiva para la recuperación de la ciudad por parte del Magnánimo. De hecho, la inscripción que figura en el sepulcro del II conde de Cardona, le recuerda como “Regis Alphonsi pene ab hostibus capiendi Neapoli liberatori”. A su regreso a Cataluña, Juan Ramón Folch saqueó el puerto de Marsella (19 de noviembre de 1432). Resultado de aquel saqueo lo constituye todavía la imagen gótica de la Virgen del Patrocinio, patrona de la villa de Cardona y venerada actualmente en la iglesia de San Miguel. Junto a ella, el conde consiguió como botín una parte de las cadenas que protegían el puerto marsellés; el resto fueron depositadas en la catedral de Valencia. El Monarca agradeció a Juan Ramón Folch los servicios prestados concediendo a su hijo y heredero, Juan Ramón Folch II, el título y patrimonio del condado de Prades.
Los últimos años de la vida del segundo conde de Cardona transcurrieron en su castillo, retirado de la vida política y de las intrigas cortesanas. En esta etapa, Juan Ramón Folch cuidó directamente de su patrimonio y protegió la villa condal de Cardona, y la dotó de numerosos privilegios y construcciones, como los famosos puentes de San Juan y del Diablo sobre el río Cardener.
El segundo conde de Cardona fue enterrado, como otros predecesores, en la galilea de la canónica de San Vicente del castillo de Cardona. Su bisnieto, el duque Luis Ramón Folch de Cardona, ordenó la construcción del magnífico mausoleo renacentista que hoy todavía se conserva en el crucero de la iglesia canonical.
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Primo Bertrán Roigé
