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Beato José Joaquín Esnaola Urteaga

Biografía

Esnaola Urteaga, José Joaquín. Idiazábal (Guipúzcoa), 8.II.1898 – Leganés (Madrid), 24.VII.1936. Religioso agustino (OSA), mártir, beato.

Hijo de Luis y de Dorotea, fue bautizado el mismo día de su nacimiento en la iglesia parroquial de San Miguel. Estudió latín y humanidades en su pueblo natal con un sacerdote de la parroquia. El hecho de que en el monasterio de los padres agustinos de El Escorial hubiera varios religiosos de su mismo pueblo, alguno pariente suyo, le hizo decidirse a entrar en el noviciado de este monasterio, donde profesó el 15 de octubre de 1914. En 1920, cursados los estudios de filosofía y teología en el mismo real sitio, antes de finalizar la carrera eclesiástica lo trasladaron al colegio Alfonso XII, anexo al mismo monasterio, como inspector de los alumnos. Residiendo en este colegio, fue ordenado diácono en 1921 y sacerdote el 15 de abril de 1922. Permaneció en el mismo colegio dedicado a la educación y enseñanza de los alumnos internos hasta el 16 de septiembre de 1932 en que fue destinado a la escuela apostólica de Nuestra Señora de la Consolación de Guernica para trabajar con los seminaristas estudiantes de latín y humanidades. Al trasladarse esta escuela apostólica a Leganés (Madrid) en febrero de 1934, él siguió la misma suerte. En Guernica asumió como tarea principal la enseñanza de música a los jóvenes seminaristas y la dirección del coro del seminario. En Leganés fue nombrado administrador del convento en 1935.

Con los acontecimientos de mediados de julio de 1936, el convento de Leganés fue asaltado el día 20, los religiosos dispersados al día siguiente, y varios de ellos ejecutados en los días posteriores. El padre José Esnaola marchó a Madrid, refugiándose el día 22 en casa de una paisana suya, Ana Arregui Silva, súbdita argentina. Al día siguiente, 23 de julio, él, como administrador del convento, se creyó en el deber de cumplir con la justicia, volviendo a Leganés a pagar unas deudas que tenía la comunidad. Ana Arregui le recomendó que no saliese, por lo peligroso de la situación. Su respuesta fue clara: “No se preocupe, voy bien preparado y tranquilo. Sea lo que Dios quiera”. Reconocido como religioso, lo detuvieron en Carabanchel en el tranvía que le conducía a Leganés. Pasó la noche del 23 al 24 de julio en una escuela que hacía de checa.

El 24 de julio, los milicianos le condujeron a Leganés, donde recogió varios objetos personales. Quienes le llevaban le decían que ya no iba a necesitar nada de eso. Ese mismo día, al anochecer, le sacaron en dirección a Carabanchel y lo mataron a las afueras de Leganés, en el lugar llamado “Prado del Arroyo de Butarque”, “al pie del terraplén de la carretera, allí donde el tranvía se separa de la carretera y a unos 100 metros antes del cruce de ésta con el ferrocarril”. Tenía treinta y ocho años de edad.

Otro padre agustino, Antonio María Arriaga Anduiza —Busturia (Vizcaya), 15 de diciembre de 1903 – Madrid, 30 de agosto de 1936—, también fue asesinado en Madrid lejos de su comunidad. Hijo de Serapio y de Remigia, lo bautizaron el 19 del mismo mes en la iglesia parroquial de Santa María. Cursó los estudios de bachillerato, como alumno interno, en el colegio de Nuestra Señora de la Consolación, de los Agustinos de Guernica. Hizo el noviciado en el monasterio de El Escorial y en el monasterio de Santiago de Uclés (Cuenca), donde profesó el 17 de noviembre de 1920 y cursó cuatro años de filosofía. Emitió los votos solemnes el 16 de octubre de 1924, ya de vuelta al monasterio de El Escorial. Comenzados los estudios de teología, sólo pudo terminar el curso tercero, debido a una parálisis progresiva que le imposibilitó continuar y ser ordenado sacerdote. Residió algunos meses en Guernica y en la casa enfermería de Barcelona con el fin de recuperar la salud. Todos los cuidados médicos y el cambio de lugar fueron insuficientes para parar el curso de la enfermedad, que se acentuaba a medida que pasaban los días, por lo cual volvió a El Escorial.

Cuando sucedieron los acontecimientos del 18 de julio de 1936 se encontraba en el monasterio. Fue detenido con toda la comunidad el 6 de agosto. Aunque se le ofreció poder quedarse hospitalizado en San Lorenzo de El Escorial, prefirió seguir la misma suerte de los demás. Trasladado con todos los religiosos a Madrid, sufrió un fuerte ataque de epilepsia en la Dirección General de Seguridad, por lo que le llevaron al Hospital General como enfermo preso. Le colocaron en un departamento sin acceso al exterior. Tuvo la suerte de coincidir con el hermano Alonso Rodríguez, de las Escuelas Cristianas. Él es quien ha transmitido lo siguiente: “Era de bastante buen aspecto y, como no podía valerse ni siquiera para comer, era objeto de las mayores befas y escarnios por parte de las mismas milicianas y enfermeras. [...] No tuvo más refugio, frente a esto, que mi compañía, una vez que él se percató de que yo también era religioso, y así, en cuanto podíamos nos reuníamos de noche y juntos hacíamos nuestros rezos, habiendo observado siempre en él un gran fondo de piedad y religiosidad. [...] Recuerdo cómo el día de San Agustín tuvimos una conversación en torno al Santo. [...] Pero dos días después de San Agustín lo sacaron con otros cuatro y lo llevaron a [la finca llamada del] Tomelloso con gran jolgorio por parte de las milicianas y enfermeras que le iban acompañando con constantes bromas. [...] Y yo mismo vi a unas de esas enfermeras, cuando regresaron al día siguiente, cómo ponderaba los arrestos y valor de este siervo de Dios en el trance de la muerte, y cómo ella decía que alentaba a los demás para que estuvieran a bien con Dios, y que, intrépido, gritaba vivas a Cristo Rey”. Fue asesinado, a los treinta y dos años, el 30 de agosto de 1936.

Ambos religiosos agustinos han sido beatificados en Roma el 28 de octubre de 2007.

 

Bibl.: M. González Velasco, OSA, Postulación Agustinos, “Mártires Agustinos de España. Beatificación de nuestros mártires en Roma, 28 de octubre de 2007”, en Participación. Boletín Informativo, 136 (septiembre de 2007), págs. 1-9; “Mártires de la provincia Agustiniana matritense”, en Boletín Informativo, XX, 158 (junio de 2007), págs. 303-306; “98 mártires Agustinos”, en L.E.A. La Escuela Agustiniana, 87 (abril-junio de 2007); P. Bellini, I martiri Agostiniani del secolo XX in Spagna, Roma, Provincia Agostiniana d’Italia, 2007; M.ª E. González Rodríguez (ed.), Quiénes son y de dónde vienen. 498 mártires del siglo XX en España, Madrid, Conferencia Episcopal Española, Edice, 2007, págs. 186, 182 y 183; Hablar hoy de martirio y de santidad, Madrid, Conferencia Episcopal Española, Edice, 2007, págs. 145-206; Confer, 28 de octubre de 2007. Beatificación de 462 Religiosos y Religiosas Mártires de España, “Vosotros sois la luz del mundo”, Folletos Con Él. Testimonio y Testigos, n.º 282 (octubre de 2007); E. I. Bardón, “Rugió la tormenta, pasó el vendaval”, en La Ciudad de Dios (Real Monasterio de El Escorial), vol. CCXX, n.º 3 (septiembre-diciembre de 2007), págs. 647-675; T. Viñas Román, “La Ciudad de Dios y sus mártires”, en La Ciudad de Dios, vol. CCXX, n.º 3 (septiembre-diciembre de 2007), págs. 547-590.

 

María Encarnación González Rodríguez

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