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Narciso Martínez-Vallejo Izquierdo

Biografía

Martínez-Vallejo Izquierdo, Narciso. Rueda de la Sierra (Guadalajara), 29.X.1830 – Madrid, 19.IV.1886. Obispo, senador y diputado.

En realidad se llamó Narciso Martínez-Vallejo Izquierdo, conocido como Narciso Martínez Izquierdo, nació en Rueda, pueblo perteneciente al señorío de Molina en la provincia de Guadalajara. Sus padres, labradores naturales de Rueda y Campillo, se llamaban Andrés Domingo Martínez-Vallejo Taberner y Ángela Izquierdo Sanz.

Hasta los dieciséis años, permaneció en Campillo en casa de sus tíos Hipólito Izquierdo y Mariano Sanz, este último sacerdote, quien dirigió sus estudios.

En 1850 se matriculó en Latín y Humanidades en Molina, donde realizó los tres cursos. Dadas sus cualidades, fue admitido como colegial en el seminario de San Bartolomé, de Sigüenza. En 1856 se trasladó a la Universidad de Madrid para continuar sus estudios por haberse suspendido en los seminarios la enseñanza de la Filosofía. Después de pasar a Toledo y de obtener allí la licencia en esta disciplina, en 1866 lograba los grados de bachiller y licenciado en Derecho Canónico y el de doctor en Teología. Inmediatamente pasó a ocupar las cátedras de Griego, Religión y Dogmática en el seminario de Sigüenza, así como el cargo de bibliotecario.

Perdida la oposición para canónigo en Sigüenza, marchó a Granada, donde con apenas treinta y siete años de edad ganó, sobre todo, el afecto del arzobispo Monzón, quien le nombró vicerrector del seminario y arcediano de la catedral.

Por su parte, Pío IX, el 28 de junio de 1868, convocaba oficialmente a Concilio Ecuménico, el Vaticano I, a todos los obispos para el 8 de diciembre de 1869. Protestado por el Gobierno español, en boca de Martos, ministro de Estado, y negándoles el pasaporte a los prelados españoles, éstos, sin embargo, acudieron al Concilio, en número de cuarenta y cuatro, en el San Quintín, barco fletado después por el propio Gobierno. Durante la obligada ausencia de su arzobispo Monzón en Granada, Martínez Izquierdo tuvo que sufrir acometidas muy violentas por parte de los revolucionarios, ya por su cargo de secretario de la Junta de Reparación de Templos, ya por el de secretario también del Gobierno Eclesiástico de la Diócesis de Granada.

Las Constituyentes de 1869 iban a proclamar la libertad de cultos. La Asociación de Católicos de toda España lanzó un manifiesto solicitando firmas contra ella. Tal movilización resultó eficaz, logrando reunir en tres meses más de tres millones de firmas.

Martínez Izquierdo se encontraba en Granada donde 483.415 habitantes, firmaron a favor de la unidad religiosa 77.659, es decir, el 16 por ciento, porcentaje parecido al de la media nacional, pues para un país de 16.794.790 habitantes, firmaban 2.837.144, es decir, el 18,8 por ciento. Mientras tanto, en Guadalajara, su provincia de origen, de 208.561 habitantes, firmaron 56.639, el 27,1 por ciento, un porcentaje muy parecido al de Salamanca con el 27,7 por ciento, diócesis que había de regir inmediatamente.

En efecto, fue el propio Pío IX quien le presentó para esta diócesis, preconizándole en el consistorio del 2 de enero de 1874, aunque no pudo ser consagrado hasta el año siguiente, dados los cambios políticos.

Entró en Salamanca el 7 de marzo de 1875, después de su consagración episcopal en enero de 1875 en la iglesia de la Encarnación de Madrid, para emprender inmediatamente la visita pastoral a toda la diócesis y promover las misiones populares generales. Uno de sus objetivos fue configurar las parroquias y las escuelas al uso de la primitiva Iglesia, a través de las Hijas de Jesús para las chicas y del Patronato de San José para los chicos, a cuyo origen se reunirá, más tarde, la venida de los salesianos a la ciudad, en la calle de la Compañía.

Mientras tanto, la discusión del artículo 11 sobre la tolerancia religiosa comenzó en el Senado el 2 de junio de 1876. El Gobierno de Cánovas del Castillo eligió como representante de la jerarquía eclesiástica para el Senado al obispo de Orihuela, Cubero, al de Ávila, Sánchez Carrascosa, y al de Salamanca, Martínez Izquierdo. Los dos primeros defendieron la tolerancia; Izquierdo, no. Habló el 14 de junio durante cuatro horas, en medio de un gran silencio y expectación. “Señores senadores, que mi propósito esta tarde es hablaros como obispo, si bien usando de la investidura de Senador; que no me avengo a esa idea de que aquí tomamos parte en estos debates en concepto de meros ciudadanos; que no me avengo a que esta cuestión pase como una cuestión puramente política”.

“A Dios y quedad con Dios”, les decía a los salmantinos el 26 de abril de 1885 en carta-pastoral de despedida por su nombramiento como primer obispo de Madrid-Alcalá, diócesis que tomaba posesión en septiembre de 1885, no sin haberse pasado un par de meses en el convento de Santo Tomás de Ávila de los dominicos, como preparación personal acompañado de la sabiduría de los frailes Cienfuegos y Mateo, primo de Práxedes Mateo Sagasta y del obispo de Ávila, Sancha y Herrás, que le sucedería a su muerte en la diócesis madrileña.

Al estrenar la diócesis, encontró amplio campo para ejercer sus dotes de gobierno y de organización, paralizadas un tanto por la muerte de Alfonso XII el 25 de noviembre de 1885 y teniendo que organizar los funerales del Rey con la presencia de diecinueve obispos y cinco arzobispos, de entre éstos al cardenal Ceferino González, de Toledo, Antolín Monescillo, de Valencia, y Benavides, de Zaragoza, quien administró al Monarca los últimos sacramentos.

El 18 de abril de 1886, primer domingo de Ramos, en la catedral de San Isidro Narciso descendía de su carruaje y empezaba a subir las escaleras; al poner el pie en la tercera, un sacerdote, abriéndose paso con serenidad, haciendo ademán de besarle el anillo le disparaba tres tiros de revólver. Martínez Izquierdo fallecía en la tarde del día 19.

Durante este tiempo pudo formar con diligencia el Cabildo catedralicio, abrir su palacio para seminario —el primero de Madrid—, preparar la reforma parroquial, socorrer personalmente a los coléricos en el barrio de la Guindalera en 1885, asentar los cimientos de la disciplina canónica. Está enterrado en la antigua catedral de San Isidro de la Villa y Corte, en la calle de Toledo.

 

Bibl.: L. de Echeverría, Da su vida. Ilmo. y Revdo. Sr. Don Narciso Martínez Izquierdo, Vitoria, 1949; A. García Figar, Vida del Excmo. e Ilustmo. Sr. Doctor Don Narciso Martínez Izquierdo. Obispo de Salamanca y primer obispo de Madrid- Alcalá. Terciario Dominico, Madrid, 1960; F. Rodríguez de Coro, “El primer obispo de Madrid-Alcalá en su circunstancia (1868-1886)”, en Cuadernos de Historia y Arte, 1 (1986), págs. 69-105.

 

Francisco Rodríguez de Coro, SDB

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