Juana. Señora de Paredes de Nava. ?, 1342 – ¿Paredes de Nava (Palencia)?, ú. t. s. XIV. Hija natural del rey castellano Alfonso XI y Leonor de Guzmán.
La única hija de Alfonso XI de Castilla y de Leonor de Guzmán nació —según la información que proporciona la documentación del Archivo de la Corona de Aragón— en 1342. Ocuparía el noveno lugar entre los descendientes de esta pareja.
En vida de sus padres, sólo se sabe de ella que, en 1348, fue ofrecida en matrimonio a algún miembro de la familia de la Casa de Aragón, episodio ilustrativo de las miras de sus progenitores que intentaban consolidar brillantemente su posición. Dicho enlace no llegó a prosperar, ni siquiera en la fase de propuesta, ya que se argumentó por parte aragonesa, entre otras razones, que era “borda y sería gran desonor de la casa suya e de aquellos qui han a venir”.
Una vez muertos sus padres, se haría cargo de ella su hermano mayor, don Enrique, conde de Trastámara, el cual la casaría, a la edad de doce años, con el noble gallego Fernando de Castro, emparentado con la Familia Real castellana. En esos momentos, este ricohombre formaba parte del bando nobiliario, que encabezaban Enrique de Trastámara y Juan Alfonso de Alburquerque, contra el monarca Pedro I de Castilla.
El cambio de partido efectuado por el de Castro para apoyar al Rey supuso la anulación de su matrimonio con Juana, bajo el pretexto de la no obtención de la dispensa necesaria por grado próximo de parentesco.
Posteriormente, Enrique II, cuando en 1366 se proclamó en Burgos rey de Castilla, donó a su hermana las importantes villas de Medina de Rioseco, Paredes de Nava y Tordehumos, merced que ampliaría más adelante, una vez consolidado en el trono castellano, con la concesión de las alcabalas de dichos lugares, más la entrega de la villa de Cuenca de Campos. De nuevo casaría Juana con el aragonés Felipe de Castro, señor de Castro y Peralta. Precisamente, en una de las villas castellanas de su esposa, en Paredes de Nava, encontraría trágicamente la muerte a manos de su población, que se alzó violentamente contra este noble, en un claro signo de oposición y levantamiento antiseñorial.
Juana tuvo una hija llamada Leonor, a la que cedió sus villas de Medina de Rioseco y Tordehumos para que con dichos bienes pudiera profesar en el monasterio de Santa Clara de Tordesillas. Es curioso que este convento —fundado por una de las hijas de Pedro I y María de Padilla— se ubicara en el palacio de estilo mudéjar que, en esa villa a orillas del Duero, Alfonso XI había hecho edificar para Leonor de Guzmán, después de obtener la resonante victoria de Tarifa, más conocida como la batalla del Salado de 1340. Si en vida la favorita del Rey había descansado en sus hermosas estancias, sus restos reposarían también en ellas, cuando fueron mandados trasladar allí, por su hijo Enrique y su esposa Juana Manuel.
Bibl.: F. Soldevilla, Matrimonios y amoríos de Alfonso XI, Madrid, 1879; A. Ballesteros Beretta, “Doña Leonor de Guzmán”, en España Moderna, CCXXXII (abril de 1908), págs. 67-76; J. B. Sitges, Las mujeres del rey don Pedro de Castilla, Madrid, Sucesores de Rivadeneira, 1910; E. Flórez, Memorias de las reinas católicas de España, Madrid, Editorial Aguilar, 1964, 2 vols.; F. de Moxó, “La política aragonesa de Alfonso XI y los hijos de Leonor de Guzmán”, en En la España Medieval, V (1968), vol. II, págs. 697-708; S. de Moxó, “La sociedad política castellana en la época de Alfonso XI”, en Cuadernos de Historia, VI (1975), págs. 187-326; D. Catalán (ed.), Gran Crónica de Alfonso XI, Madrid, Gredos, 1976, 2 vols.; E. González Crespo, Colección documental de Alfonso XI. Diplomas reales conservados en el AHN Sección de Clero. Pergaminos, Madrid, Universidad Complutense, 1985; E. González Crespo, “El afianzamiento económico y social de los hijos de Leonor de Guzmán, en Anuario de Estudios Medievales, 18 (1988), págs. 288-303; “El patrimonio dominical de Leonor de Guzmán”, en En la España Medieval, 14 (1991), págs. 201-219; L. V. Díaz Martín, Colección Documental de Pedro I de Castilla (1350-1369), Salamanca, Junta de Castilla y León, 1997-1999, 4 vols.
Esther González Crespo
