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Francisco Duró López

Biografía

Duró López, Francisco. Galicia, 1780 – s. XIX. Teniente coronel graduado de Infantería, capitán de Artillería, Cruz laureada de San Fernando.

Nació en Galicia en 1780. Ingresó en el Ejército en 1797 en Artillería, interviniendo en la defensa de Cádiz ante el ataque de los ingleses. En 1800 es ascendido a cabo 2.º, en 1803 a cabo 1.º y a sargento en 1804. En la Guerra de la Independencia, formando parte del Ejército de La Mancha, intervino en varias batallas, destacando en la de Almonacid y Ocaña, así como en la defensa de Cádiz. Asciende en 1809 a sargento 1.º y en 1811, al ascender a subteniente, es destinado al 5.º Regimiento de Artillería en Mallorca.

En 1814 alcanzó el empleo de teniente, un año después embarca para América con las tropas que van a combatir contra los independentistas.

Estuvo en la rendición de la isla Margarita y en 1816 se trasladó a Chile, destinado al puerto Talcahuano, hasta 1818 que se retiró a Lima. Se embarcó en Arequipa pasando a la Artillería del Cuerpo de Reserva, donde combatió en varias acciones contra los insurrectos. En 1822 es ascendido a capitán graduado de Infantería y tres años más tarde a teniente coronel de la misma Arma. Siguió en el Cuerpo de Artillería y con destino en la Brigada de Artillería de la Plaza del Callao.

Abandonado todo el Perú a los insurrectos el mariscal de campo Rodil, se refugia en la plaza del Callao, desconociendo la firma después de la batalla de Ayacucho, es asediado por los independentistas, desde el 9 de diciembre de 1824 hasta el 22 de enero de 1826.

Se encontraba la plaza desmantelada y poco provista, no sólo de municiones de boca y guerra precisas para un largo sitio en un clima insalubre, sino de la regular dotación de fuerza, unos tres mil hombres solamente, sin esperanzas de auxilio, pues habían desaparecido del Perú los restos del Ejército realista y de la escuadra insurrecta.

A pesar de todo ello, resistieron durante catorce meses el asedio de los rebeldes por mar y tierra, hasta que, acabados los víveres, agotada hasta la carne de caballo y animales inmundos marítimos y terrestres, después de aguantar más de veinte mil balas gruesas de cañón, trescientas bombas e innumerables proyectiles de metralla, y reducida la guarnición por las privaciones, la peste y el fuego enemigo a sólo quinientos veinte veteranos y trescientos cincuenta milicianos, casi todos enfermos de escorbuto, sin aptitud para ningún servicio, fue forzoso poner término a la defensa aceptando proposiciones honrosas de los rebeldes y salvándose el honor.

Se le concedió por Real Cédula de 27 de mayo de 1831, la Cruz de San Fernando de 2.ª clase, laureada.

Al regresar a la Península es ascendido en 1829 a ayudante mayor y destinado, en 1836, como capitán de Artillería de las Brigadas fijas Veteranas a Pamplona, donde acabó su vida militar. Estaba en posesión de la Cruz de la Orden de San Hermenegildo.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, Exps. personales.

E. Guiu Martí, El año militar español. Colección de episodios, hechos y glorias de la historia militar de España, Barcelona, 1877; J. Vigón, Historia de la Artillería Española, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1947; E. García-Menacho y Osset, Efemérides Artilleras, Segovia, Patronato del Alcázar de Segovia, 1990; J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando, Infantería, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.

 

Eduardo García-Menacho y Osset