Villar, Pablo Domingo del. Cartagena (Murcia), s. t. s. XVIII – Cádiz, 25.VII.1811. Arquitecto, ingeniero de marina, político.
Se inició profesionalmente como aprendiz junto a su padre Domingo del Villar en la carena de Barcos del Arsenal de Cartagena, en 1765. Diez años más tarde, en 1775, como carpintero de ribera participó en la construcción de la escuadra española que luchó en el sitio de Argel y, posteriormente, durante un lustro, realizó tareas de corte de madera en los montes de Cataluña. Regresó a Cartagena y trabajó en la Maestranza, y por sus conocimientos teóricos y prácticos de carpintería de grandes construcciones le destinaron a Montevideo, donde llegó en 1786, en calidad de contramaestre de construcción y comisionado de ingeniero para reemplazar a Pallares. Tres años más tarde, en 1789, el capitán de navío Antonio Basurto diría de Villar que “profesa una inclinación sobresaliente al ramo de la construcción” y posteriormente el comandante de Bajeles en Río de la Plata José Orozco y Herrera afirmaba que Villar se había destacado “también en la Arquitectura como lo acreditó en el Plano de la Linterna de la Isla de Flores y [el] Proyecto para [el] Almacén General de este Puerto” de Montevideo (cfr. Osvaldo). En Argentina se pensaba hasta el último tercio del siglo XX que el plano del faro de la Isla de Flores era del ingeniero militar Bernardo Lecocq, que aparentemente realiza el diseño en abril de 1791, pero como señala Osvaldo se desconocía la participación de Villar en dicha obra. En 1794, Villar regresó a Cartagena, pero a continuación era destinado a Trípoli y Berbería, donde permaneció durante cuatro años. Al final de este tiempo volvió a España, donde desarrolló un importante y variado trabajo, que comprendía desde el corte de maderas en Abanilla (Murcia), realización de fortificaciones en Orihuela (Alicante), circunvalación del río Segura a su paso por Murcia para evitar las inundaciones de la huerta, trabajos “probablemente [de] canales hidráulicos” en Tarazona (Zaragoza) y Justilla, tareas de carena y armamento de buques en Cartagena y otras distintas labores en diferentes lugares de España. Aunque el trabajo más importante realizado por Villar, según el criterio de Osvaldo y Gutiérrez, fue la ejecución de planos y dirección de obras de la Fortificación de la ciudad de Murcia, en calidad de ingeniero de marina. En América, durante su permanencia de nueve años (1786 a 1794), destacó en el faro de la isla de Flores y los almacenes del puerto en Montevideo. Sin embargo, su carrera profesional se vio interrumpida inesperadamente por los acontecimientos políticos habidos en España en la época, pues estando en Cartagena con el status político de síndico personero le planteó al Ayuntamiento la necesidad de la participación popular en la política, pero, al no aceptar su propuesta, una semana más tarde se originó una protesta popular, que utilizó la Junta de Gobierno como excusa para apresarlo y someterle a un consejo de guerra que le condenó a ser encarcelado en el navío Santa Ana, atracado en el puerto de Cartagena. El hijo de Villar demandó clemencia para que le bajasen a tierra para que pudiese recuperarse de su enfermedad, pero hasta abril de 1810 no fue trasladado al Hospital Real de Cádiz, donde quedó internado. Un año más tarde, en mayo de 1811 el Consejo de Regencia le puso en libertad, libre de culpa “para que restablecido siga su mérito”, pero el perdón llegó tarde pues Pablo Domingo del Villar moría antes en el hospital de Cádiz el 25 de julio de 1811.
Bibl.: R. Gutiérrez, “Los marinos y la arquitectura del Río de la Plata”, en Documentos de Arquitectura Nacional y Americana, 3 (1977), pág. 74; VV. AA., Nuevo Diccionario Biográfico Argentino (1750-1930), Buenos Aires, Argentina, Editorial Elche, 1985.
Miguel Héctor Fernández-Carrión
