Tras haber sido fusilado el padre de San Román en Umachiri, se presentó como voluntario ante Millar que avanza hacia el Sur, en 1821. Poco tiempo después regresó a Lima, donde era destinado al Batallón Número 5 y asiste el 28 de julio de 1821 a la jura de la independencia del Perú. Aunque hasta diciembre de 1824 la Expedición Libertadora del Perú no venció la última batalla de Ayacucho, y bajo el mando de Jaime A. Gallo –según Vargas– se firmaba la capitulación del departamento de Ayacucho, por el que las fuerzas realistas reconocían su derrota definitiva. A continuación, con la graduación de teniente con el mismo Batallón Numero 5 participaba con Santa Cruz en la marcha a Intermedios y avanzaba hasta Oruro con Gamarra, y después se retiró hasta Ilo, donde se embarcó. Posteriormente, participaba en la campaña de Ayacucho y más tarde era destinado con su Cuerpo al segundo sitio de Callao. Ascendió a sargento mayor y participó con Gamarra en la campaña de Bolivia y prosiguió con dirección al Norte, uniéndose al Ejército en Loja. Después le trasladaban al Batallón Ayacucho y fue hecho prisionero en la batalla de Portete, y al ser puesto en libertad, le ascendían a teniente coronel y le destinaban a Pichincha comisionado para apresar a Juan Manuel del Mar. Fiel a Gamarra “siguió las vicisitudes de este jefe”, por lo que le ascendieron a general. Poco tiempo después, mientras realizaba un reconocimiento del terreno en Sicuani, fue hecho prisionero, siendo trasladado a Bolivia, donde permaneció preso hasta la caída de la Confederación. Puesto en libertad se encontraba en Cusco al mando de un ejército –según Vargas– que se unía primero a Vicanco, aunque después se volvía en su contra. Seguidamente, se oponía a Vallivián, que había invadido Perú, a quien venció en Mecapaca, pero después se unía a Torrico, pero al ser derrotado en Agua Santa huía a Chile. Más tarde, se unía a Castilla para combatir a Vivanco y le ascendió a la graduación de mariscal, pero no debía estar muy confiado de su fidelidad, pues al ser elegido Castilla presidente del Consejo de Estado, en 1849, lo desterró a Chile. Unos años más tarde, en 1854, San Román se unía de nuevo a Castilla para luchar contra Echenique, pero debieron haber llegado a un pacto político interno, pues en esta ocasión, durante el segundo período de Castilla le designaba ministro de Guerra y jefe del Ejército peruano y, como tal, tomaba Arequipa, en 1856. Al finalizar este segundo período de poder de Castilla, San Román se propuso (se postuló) para el cargo de presidente del Consejo de Estado, en competencia con Juan Manuel del Mar, y muerto éste sin competidores el Congreso lo eligieron presidente “constitucional” (24 octubre 1861). El 3 de abril de 1863, moría en Chorrillos, desde donde se trasladaron sus restos mortales para ser enterrado en Lima. [...]