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Beatriz Bermúdez de Velasco

Biografía

Bermúdez de Velasco, Beatriz. España, s. xv – México, s. xvi. Conquistadora.

En un episodio de la conquista de México, narrado por Francisco Cervantes de Salazar, aparece una mujer que, espada en mano, insulta a los españoles para animarles a que hagan frente a los aztecas que ya les estaban obligando a batirse en retirada. El acontecimiento se enmarca en uno de los enfrentamientos ocurridos por la toma de la capital azteca, Tenochtitlán, y el nombre de esta mujer, “de noble linaje” como dice el documento, es el de Beatriz Bermúdez de Velasco.

Estando los mexicanos rodeados de españoles, tanto por el lago como por la tierra, vieron que no les quedaba otra salida, si se descartaba la rendición, que lanzarse a la desesperada contra sus enemigos.

Esto fue efectivamente lo que hicieron, y con tanto valor y fortuna que, matando e hiriendo a cuantos podían, consiguieron “afrentosamente volver las espaldas” a tres capitanías de españoles y de indios aliados que ya se batían en retirada hacia su real.

Es aquí cuando Beatriz Bermúdez, viendo el “lamentable” panorama que se ofrecía ante sus ojos, interviene de esta suerte: “Beatriz Bermúdez que entonces acababa de llegar de otro real, viendo así españoles como indios amigos todos revueltos, que venían huyendo, saliendo a ellos en medio de la calzada con una rodela de indios e una espada española e con una celada en la cabeza, armado el cuerpo con un escaupil, les dixo: ¡Vergüenza, vergüenza, españoles, empacho, empacho! ¿Qué es esto que vengáis huyendo de una gente tan vil, a quien tantas veces habéis vencido? Volved a ayudar a socorrer a vuestros compañeros que quedan peleando, haciendo lo que deben; y si no, por Dios os prometo de no dexar pasar a hombre de vosotros que no le mate; que los que de tan ruin gente vienen huyendo merecen que mueran a manos de una flaca mujer como yo” (211; lib. 5, cap. 169). Fue tal la vergüenza que sintieron los soldados españoles y el efecto de las palabras de Beatriz, que volvieron hacia los enemigos “ya victoriosos”, dando lugar a la batalla “más sangrienta y reñida que jamás hasta entonces se había visto”.

Cervantes de Salazar termina el mencionado suceso contando que ese día los españoles salieron victoriosos después de largo tiempo, pudiendo rescatar a los compañeros que se habían quedado rezagados: “[d] e donde se entenderá lo mucho que una mujer tan valerosa como ésta hizo y puede hacer con hombres que tienen más cuenta con la honra que con la vida, cuales entre todas las naciones suelen ser los españoles” (212; lib. 5, cap. 169).

 

Bibl.: A. M. Ortega Martínez, Mujeres Españolas en la Conquista de México, México, Vargas Rea, 1945; F. Cervantes de Salazar, Crónica de la Nueva España, Madrid, Atlas, 1971, 2 vols.; J. F. Maura, “La épica olvidada de la conquista de México: María de Estrada, Beatriz Bermúdez de Velasco y otras mujeres de armas tomar”, en Hispanófila, 118 (1996), págs. 65-74; Españolas de Ultramar, Valencia, Publicaciones de la Universitat de València, 2005 (Colección Parnaseo-Lemir).

 

Juan Francisco Maura