Ramírez, Luis. ?, s. xvi – Brasil, s. xvi. Expedicionario y cronista.
La Carta de Luis Ramírez a su padre es una de las primeras y más importantes narraciones, tanto por su valor literario como histórico y antropológico, sobre el Brasil y parte del Río de la Plata. Fue escrita en 1528 por Luis Ramírez, miembro de la tripulación que llevó Sebastián Caboto en su armada. Sebastián Caboto, hijo del famoso Giovanni Caboto, pasó a ser el piloto mayor de Indias y le fue encomendado por la Corona española un viaje hasta la Especiería que acabó en el Río de la Plata (1526-1530). Sebastián Caboto no fue el único o el primero en dejarse llevar por la “codicia” que despertaban las increíbles historias que llegaban a España, como la de la expedición de Juan de Solís (1515-1516), algunos de cuyos supervivientes llegaron hablando de haberse encontrado con el “rey blanco” y con “sierras de plata” a lo largo de la expedición que les llevó hasta la frontera del mismísimo imperio inca. En el año de 1526 la armada llegó al Río de la Plata con la misión de realizar el mismo recorrido alrededor del mundo que habían hecho anteriormente Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. Sin embargo, al llegar a la isla Santa Catalina, situada frente a las costas del Brasil, se perdió una de las naves principales y Sebastián Caboto se encontró con otros sobrevivientes de la expedición de Solís que habían permanecido entre los indios desde 1516 y que durante ese tiempo habían explorado el interior del continente llegando hasta las faldas de los Andes. Estos españoles relataron a Caboto la existencia de una región en donde abundaba el oro y la plata y a la que era posible llegar remontando los ríos Paraná y Paraguay. Deslumbrado por sus relatos, Sebastián Caboto desistió de la importante misión que le había encomendado la corona española y decidió unilateralmente explorar la región del Río de la Plata. En cuanto a testimonio etnográfico y antropológico, la Carta de Luis Ramírez posee un gran valor por ofrecer información de primera mano sobre los habitantes de las tribus de toda esa zona, particularmente los Tupis-guaraníes (“guarenís”). Al igual que ocurre con otras crónicas de la época, es preciso dejar un amplio margen de credulidad sobre la información que ofrece el autor, ya que no se sabe a ciencia cierta dónde empieza y dónde acaba la imaginación y la veracidad de sus aseveraciones. Es precisamente la imaginación y el carácter ficticio de algunos pasajes de la Carta lo que da a esta obra dimensión literaria. La “leyenda del rey blanco”, hombres con patas de avestruz que cansan a los venados, tesoros que nunca son encontrados a causa de las magistrales mentiras y excusas que Luis Ramírez presenta, son precursoras a otras crónicas y recuerdan las “noticias” que Alvar Núñez Cabeza de Vaca (1488-1557) contará de sus andanzas por el Norte y el Sur del continente americano. El testimonio de estos autores, extraordinarios atletas de selvas y desiertos, será el germen de lo “real maravilloso”, un “realismo mágico” que tuvo su génesis en la Biblia.
Obras de ~: Carta de Luis Ramírez a su padre, ms. en Biblioteca del Real Monasterio de El Escorial, leg. V. II. 4, fols. 115r.-122v. (en Revista del Instituto Histórico y Geográphico do Brazil, trascrip. de F. A. Varnhagen, t. 15, Serie 3, n. 5, Trimestre 1 (1852), págs. 14-41).
Bibl.: D. García, “Carta de Diego García”, en Revista del Instituto Histórico y Geográphico do Brazil, trascrip. de F. A. Varnhagen, t. 15, Serie 3, n. 5, Trimestre 1 (1852), págs. 6-14; E. Madero. Historia del Puerto de Buenos Aires, Buenos Aires, Imprenta de la Nación, 1902; J. T. Medina, El veneciano Sebastián Caboto al servicio de España, 2 vols. Santiago de Chile, Imprenta y Encuadernación Universitaria, 1908; F. J. Campos Fernández de Sevilla, Catálogo del Fondo Manuscrito Americano de la Real Biblioteca de el Escorial, San Lorenzo, Ediciones Escurialenses, 1993.
Juan Francisco Maura