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Fernando Egea González

Biografía

Egea González, Fernando. Fernando Granada. Santa Fe (Granada), 1907 – Madrid, 16.X.1965. Actor y director teatral, empresario taurino.

Perteneciente a una adinerada y numerosa familia que sufrió un grave revés patrimonial, tuvo que emplearse en una tienda de la ciudad granadina, hasta que fue a cumplir el servicio militar a África, llegando a combatir en un Tabor de Regulares. Después decidió marcharse de España, siendo acogido en Colombia por su hermano Juan de Dios, que estaba al frente del consulado español. Precisamente, en este país, inició su carrera teatral en la Compañía de Paco Fuentes, actuando de galán. En el teatro español ya hubo algunos antecedentes parecidos: el caso del aristócrata Fernando Díaz de Mendoza, quien tras ciertos problemas familiares optó por dedicarse al mundo escénico, y el de la cómica Loreto Prado, quien tras la ruina económica en su hogar, empezó ganándose la vida como actriz. Pero Fernando Granada se aventuró a dejar Bogotá y visitó varios países centroamericanos hasta desembocar en México, donde la fortuna artística y económica le fue más favorable. Estrenó en el Teatro Fábregas de la capital azteca la obra dramática El proceso de Mary Dugan, de Bayard Veiller, entre otras representaciones, hasta que decidió abandonar las lides escénicas para probar suerte en los negocios taurinos. Aunque, nuevamente retornó a los escenarios durante una estancia en La Habana.

En 1933 volvió a España, contratado por la compañía de Manuel Soto y después por la titular del Teatro Infanta Isabel, cuyo empresario era Arturo Serrano, casado con la actriz Isabel Garcés. En ella, Fernando Granada se destacó como un excelente galán. En 1934, conoció a la actriz sevillana Vicenta María Gascó Cortés, más conocida como Tina Gascó, que con veinte años trabajaba en el Teatro Benavente en la compañía de Isabel Garcés. Contrajeron matrimonio al año siguiente en la capilla de Actores de Madrid y de esta unión nació un hijo: Fernando Egea Gascó, que siguió la carrera artística de sus progenitores.

Durante ese año de 1935, además, tuvo lugar el debut cinematográfico de Fernando Granada con la película Don Quintín el amargao, dirigida por Luis Buñuel. Después gozó de un golpe de suerte, pues le tocó la lotería, pudiendo disponer de cierta cantidad de dinero para formar una compañía con su mujer, iniciándose con la obra Usted tiene ojos de mujer fatal, de Jarciel Poncela. El estallido de la Guerra Civil los sorprendió en La Coruña, actuando en el Teatro Rosalía de Castro, sufriendo alguna pérdida sus bagajes como consecuencia del cañoneo, pero allí continuaron su labor escénica hasta que paulatinamente se fue ampliando la zona nacional a lo largo de la contienda. De este modo, resultaron ser una de las compañías más activas durante este período de tiempo, pues de La Coruña pasaron a San Sebastián, ciudad llamada a ser núcleo de refugiados y centro de actividad periodística, teatral también; reflejo de lo que también fue Sevilla a través de Extremadura. Así, en la capital donostiarra estrenaron, el 18 de febrero de 1937, Mari-Dolor, una acción dramática en prosa fruto de la colaboración de José Vicente Puente y Jesús María de Arozamena, con ilustraciones musicales de Francisco Cotarelo; mientras que, en agosto de 1937, representaron en el Teatro Arriaga de Bilbao, la obra ¿Quién soy yo?, de Juan Ignacio Luca de Tena, con gran éxito de público y asistencia del autor, que hubo de salir a saludar, como había sucedido meses antes en el Teatro Principal de Burgos. En 1938 pasaron a Sevilla, en cuyo Teatro de San Fernando representaron La venganza de Don Mendo, que anunció el ABC de Sevilla como “el más clamoroso triunfo de los aplaudidos actores Tina Gascó y Fernando Granada”; aunque, junto con los dos titulares, formaron parte de la compañía otras grandes actrices, como Dolores Cortés, Laura Alcoriza y Joaquina Almarche, y actores como Julio Costa y Anselmo Fernández, incluso figuraron entre el grupo artístico toreros como Maravillas o el Estudiante, con los que Fernando Granada en algunas ocasiones recorrió la zona nacional para recaudar fondos para los combatientes, así como para intentar mantener el pensamiento de la gente alejado de la tragedia y dar apariencia de normalidad.

Al mismo tiempo, Benito Perojo quiso contar con el matrimonio para su película El barbero de Sevilla, que se estrenó en Bilbao, el 16 de abril de 1938, cinco días antes de que la compañía Gascó-Granada estrenase en el sevillano Teatro Cervantes la comedia sentimental El beso de la madrugada, de Benavente. Terminada la guerra, Fernando Granada, ya en solitario, volvió a colaborar en el cine para José María Castellví en un cortometraje titulado La linda Beatriz.

Tina Gascó y Fernando Granada comenzaron la década de 1940 logrando diversos éxitos en sucesivas comedias costumbristas de los hermanos Álvarez Quintero, como Los mosquitos, Gracia y justicia, Filigrana y Tuyo y mío, formando de este modo una de las parejas más populares, ya en todos los escenarios españoles. Interpretaron siempre alta comedia, sobre todo de Jacinto Benavente, tras la muerte de los hermanos Álvarez Quintero; la elegancia y simpatía del matrimonio quedaba evidenciada en sus actuaciones.

Después de que, en 1947, su mujer probara suerte nuevamente en el cine de la mano de Luis Marquina en Doña María la Brava, su tercera y última película, también Fernando Granada se decidió a aparecer en la gran pantalla. En 1949, a las órdenes también de Luis Marquina en su película Filigrana quedó emparejado con la estrella de la canción española Conchita Piquer. Fue la mejor de las interpretaciones de ambos en el cine. Al año siguiente rodó Vértigo, para Eusebio Fernández Ardavín, película con la que se despidió definitivamente de los estudios cinematográficos. Su vinculación como actor fue siempre más importante con el teatro, pues aunque se retiró de los escenarios en 1951, representando ¡Béseme usted!, una comedia de Tristán Bernard, prosiguió durante un decenio más dirigiendo la compañía teatral que siguió encabezando su esposa en el Teatro Victoria de Madrid. Paralelamente, construyó la plaza de toros de Denia y adquirió las de Alcoy, Villena y Teruel, recuperando otra vez su faceta de empresario taurino y apoderado de toreros.

En sus últimos años, sintió añoranza de sus tiempos de actor, y reapareció fugazmente en algunas funciones que obtuvieron el reconocimiento del público: El amor en microsurco, de Carlos Llopis y Juicio contra un sinvergüenza, de Alfonso Paso. Los críticos lo consideraron siempre mejor empresario que actor, pero el público lo distinguió siempre con admiración, pues no le negó su popularidad como galán de la escena española.

 

Obras de ~: Filmografía: Actor en: L. Buñuel (dir.), Don Quintín el amargao, 1935; B. Perojo (dir.), El barbero de Sevilla, 1938; J. M.ª C astellví (dir.), La linda Beatriz (cortometraje), 1939; L. Marquina (dir.), Filigrana, 1949; E. Fernández Ardavín (dir.), Vértigo, 1950.

 

Bibl.: Del Arco, “Mano a mano: Fernando Egea”, en La Vanguardia Española (Barcelona), 2 de abril de 1955, pág. 13; Cifra, “Fallece el actor Fernando Granada”, en ABC (Sevilla), 17 de octubre de 1965, pág. 95; VV. AA., Gran Enciclopedia de Madrid, Castilla-La Mancha, Madrid, Unalis, 1982, pág. 1398; J. M.ª Martínez Cachero, “Talía en la Guerra Civil: Sobre el teatro de la zona nacional”, en Studium Ovetense (Instituto Superior de Estudios Teológicos del Seminario Metropolitano de Oviedo), n.º 14 (1986), págs. 83-99; F. Vega, Quién es quién, Barcelona, CILEH, 1991, pág. 307; M. G ómez García, Diccionario Akal de Teatro, Madrid, Akal, 1997, pág. 275; V. G arcía Ruiz y G. Torres Nebrera, Historia y antología del teatro español de posguerra (1940-1975), vols. I-IV, Madrid, Fundamentos, 2004.

 

María Luisa Rovira y Jiménez de la Serna, condesa de los Andes

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