Ayuda

Jaume Oliveras i Brossa

Biografía

Oliveras i Brossa, Jaume. La Garriga (Barcelona), 13.I.1877 – Barcelona, 6.IX.1957. Excursionista, pirineísta.

Tercero de los diez hijos de una familia modesta, ingresó a los quince años en el Seminario de Barcelona y fue ordenado sacerdote en 1903.

Oliveras formó parte, con Juli Soler i Santaló y Emili Juncadella i Vidal, de la primera generación de pirineístas catalanes, en cuyo amplio historial montañero destacan algunas ascensiones singulares, como la apertura de la vía de los descalzos al Aneto o la escalada del Encantat Gran y del Petit. Antes de iniciar sus escaladas pirenaicas había realizado excursiones más modestas, aunque alguna tan dura como la que hizo el 5 de agosto de 1904 entre la cumbre del Matagalls, en el macizo del Montseny, y el Monasterio de Montserrat, recorriendo en una sola jornada más de 80 kilómetros con un desnivel acumulado de casi 6000 metros, que constituye el antecedente de la popular marcha “Matagalls-Montserrat” de resistencia por montaña que organiza anualmente el Club Excursionista de Gràcia de Barcelona, en memoria suya.

Pero, el 24 de julio de 1906, Oliveras y su colega Antoni Arenas partieron de Benasque dispuestos a ascender al Aneto. Al llegar al glaciar de Coronas percibieron que su calzado era inadecuado sobre el hielo, por lo que decidieron subir por un contrafuerte rocoso hasta el pico del Medio, desde donde bajaron al collado de Coronas para continuar por la arista, con el fin de evitar el glaciar, hasta la cumbre del Aneto, un itinerario que nunca se había hecho hasta entonces y que permite obviar la nieve. Hasta mediados del siglo xx, continuaría subiendo este pico hasta una treintena de veces por diversas vías.

En agosto de 1910 Oliveras se encontraba en el lago de San Mauricio, al pie de Los Encantados, con el propósito de subir a su pico occidental, cuando en el cercano pueblo de Espot le comentaron que pocos días antes unos franceses se jactaban de haberlo conseguido, el sacerdote aseguró que, si alguien había subido, él también podía hacerlo. Y así fue como, después de pasar por situaciones muy comprometidas, él y su compañero Joan Abella llegaron a la cumbre cargados con una voluminosa máquina fotográfica, las correspondientes placas de cristal y una cuerda que no habían utilizado, pero que les resultó muy útil en el descenso. En 1911 escaló el pico oriental o Encantat Petit acompañado de tres consocios del Centre Excursionista de Cataluña, entidad a la que se había afiliado el año anterior, quienes en vista de lo dificultoso de la ascensión renunciaron al intento. Oliveras prosiguió solo, enfrentándose a la verticalidad de la roca y buscando los pasos más factibles, en una escalada mucho más difícil que la del pico occidental. Había conseguido la primera ascensión nacional, la primera en solitario y la primera absoluta por la cara nordeste, ya que abrió una vía nueva y, lo que es más meritorio, sin guía.

La popularidad de Mosén Oliveras, bien conocido en el mundillo excursionista por la osadía de sus ascensiones, trascendió a la sociedad de la época como consecuencia de un accidente que costó la vida, el 27 de julio de 1916, a Adolf Blass y al guía José Sayó, concesionario del refugio de la Renclusa a punto de ser inaugurado, fulminados por un rayo cuando iniciaban el descenso del Aneto, formando parte de una cordada que completaban Eduard Krüger y el propio Oliveras. El año 1918 en cumplimiento de una promesa que hizo a raíz del accidente, se trasladó a las misiones capuchinas de la Guayana venezolana y a partir de su regreso, en 1925, cada 5 de agosto, festividad de la Virgen de las Nieves, subía a la Renclusa, con el único paréntesis de la Guerra Civil, para oficiar una misa en sufragio de sus dos compañeros fallecidos. Así lo hizo hasta la edad de setenta y siete años, edad a la que falleció.

Oliveras es, pues, la figura más representativa del excursionismo puro. No le movió ninguna especulación científica ni artística ni literaria, sino un principio elemental de amor y admiración hacia los Pirineos. Pero no creó escuela y con su persona se inicia y se cierra un estilo montañero en que lo que cuenta no es la técnica sino la intuición y la valentía.

 

Obras de ~: “Dugues ascensions als Encantats”, en Butlletí del Centre Excursionista de Catalunya (BCEC) (Barcelona), n.º 210 (julio de 1912), págs 193-209, y n.º 211 (agosto de 1912), págs. 225-244; “Una volta a l’entorn del Mont-Perdut, BCEC (Barcelona), n.º 279-280 (abril-mayo de 1918), págs. 77-98; Els llamps de la Maleïda, Barcelona, Lluís Gili, 1918; “De Montseny a Montserrat en una jornada”, Butlletí del Grup Excursionista Juventud Catalana (Barcelona), n.º 22 (mayo-junio de 1929), págs. 87-90; “El Aneto por su arista NO y descenso por la cresta de Llosás”, Montaña (Centro Excursionista de Cataluña, Barcelona), n.º 47 (enero-febrero de 1957), págs. 221-225.

 

Bibl.: A. Jolis, “Jaime Oliveras Brossa. El Aneto ha perdido otro de sus hombres”, en Montaña (Centro Excursionista de Cataluña, Barcelona), n.º 51 (septiembre-octubre de 1957), págs. 365-371; J. Iglésies, Mossèn Jaume Oliveres. Lhome preservat dels llamps a lAneto, Barcelona, Rafael Dalmau Editor, 1962; J. Barberà, Excursionistes recordats, Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 1996, págs. 52-53; J. J. Zorrilla, Enciclopedia de la montaña, Madrid, Ediciones Desnivel, 2000, págs. 422-423; J. Ferrández, Diccionari de lexcursionisme català, Barcelona, Enciclopèdia Catalana, 2001, págs. 181-182; J. Cervera, Clergues excursionistes, Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 2004, págs. 27-35; J. M. Cuenca, “Agosarat, ambiciós, aventurer: Jaume Oliveras i Brossa”, en Vèrtex (Federació d’Entitats Excursionistes de Catalunya, Barcelona), n.º 215 (noviembre-diciembre de 2007), págs. 62-64.

 

Carles Albesa i Riba

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía