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Ramón Casas Carbó

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Biografía

Casas Carbó, Ramón. Barcelona, 4.I.1866 – 29.II.1932. Pintor.

Ramón Casas era hijo de Ramón Casas Gatell, comerciante que había conseguido enriquecerse durante una permanencia de veintiséis años en la isla de Cuba, y de Elisa Carbó Ferrer, perteneciente a una acomodada familia barcelonesa propietaria de una fábrica textil en Sant Benet de Bages. Desde muy joven, Ramón Casas encontró todas las facilidades para poder aprender las técnicas pictóricas, actividad artística en la que se inició a través de interesantes retratos realizados a sus familiares.

Después de una corta estancia en la Escuela Carreras, del barrio barcelonés de San Gervasio, los padres aceptaron que el joven artista abandonara los estudios para iniciar su carrera pictórica en el taller de Joan Vicens (1820-1886), célebre pintor y retratista que gozaba de un considerable prestigio. En octubre de 1881, la revista L’Avenç publicó por primera vez uno de sus dibujos que se titulaba Records d’altre temps y tenía como tema un rincón del claustro de Sant Benet.

Ramón Casas no aceptaba seguir reglas establecidas que frenaran o limitaran la expresión de su genio, por lo que no es extraño que a finales de octubre de 1881 se dirigiera a París, dando comienzo así a una relación con la capital francesa que se prolongaría a lo largo de toda su vida. El joven pintor se inscribió en el taller de Carolus Duran, ferviente admirador de Velázquez, y ya en 1883 su predisposición personal, su curiosidad y su talento fueron reconocidos cuando el jurado del Salon des Champs-Élysées aceptó su Autorretrato.

En octubre de 1883, Casas viajó a Granada, donde pasó unos meses acompañado por el pintor Laureà Barrau. En marzo de 1884, finalizada su estancia en Andalucía, regresó a París. A finales de noviembre se encuentra en Barcelona acompañado de uno de sus amigos franceses, el pintor Maurice Lobre. En enero de 1885 los dos amigos viajaron a Madrid, lo que supuso para ambos artistas la posibilidad de conocer directamente la pintura de Velázquez.

Casas pasó una larga temporada en Barcelona. El año de la Exposición Universal de Barcelona, 1888, supuso un momento crucial para su evolución artística. En febrero de 1889, dos retratos presentados en la Sala Parés ponen de manifiesto la amistad que había entre Ramón Casas y Santiago Rusiñol: Casas pintó a Rusiñol y Rusiñol pintó a Casas. Poco más tarde, en junio, los dos artistas realizaron un viaje en carro por Cataluña.

En 1890 se inauguró la Primera Exposición Rusiñol- Casas-Clarasó. En 1891, Casas se estableció junto a Rusiñol en un piso del barrio de Montmartre de París, lugar que se convirtió en escenario habitual de sus cuadros, principalmente el Moulin de la Galette. Sus obras se mostraron en diversos salones parisinos y en la Exposición Universal de Berlín.

A finales de septiembre de 1891, acompañado por otro destacado pintor, Eliseu Meifrèn, Casas pasó unas semanas en Sitges con la intención de plasmar en sus cuadros la luz del lugar, cogiendo principalmente como escenario los patios típicos de las casas y paisajes a pleno sol. Las obras que pintó en Sitges y sus alrededores se presentaron en la Segunda Exposición Rusiñol-Casas-Clarasó, organizada en octubre de 1891 en la Sala Parés de Barcelona. Se trata de cuadros en los que la influencia de la Escuela Luminista se hace más que patente: Marina, Migdia a Sitges, En un patio, Camino del Vinyet y Camino antiguo de Vilanova.

En agosto de 1892, con motivo de la Primera Exposición de Bellas Artes de Sitges, Casas presentó un conjunto de obras pintadas en la misma línea, donde la luz continuaba siendo el primer objetivo a captar.

En esta exposición, que fue considerada como la Primera Fiesta Modernista, Casas aportó obras como: Patio del Vinyet I, Patio del Vinyet II, Camino del Vinyet, Efecto de sol, Estudio, Camino soleado, Un muro y Efecto de Gris.

A partir de 1893, Ramón Casas continuó experimentando con diferentes temas y nuevas soluciones formales y compositivas. El 10 de febrero de 1893 se inauguró la Tercera Exposición Rusiñol-Casas-Clarasó.

A principios de 1893 participó en los Salons des Beaux Arts de París y en la Exposición Universal de Chicago. Durante este año, Casas decidió instalarse definitivamente en Barcelona, sin dejar de viajar a París los meses que estaban abiertos los salones.

Con su nueva situación personal, la temática de sus obras sufre un giro. Los paisajes y ambientes parisinos dejan paso a una temática distinta como son los bellos y sensuales desnudos de mujeres. Estas obras evolucionaron de un tipo de mujer joven e ingenua a unos cuerpos que denotaban el conocimiento, el deseo y la tentación. Para estas últimas se inspiró en las formas de Rodin.

Ramón Casas, como cualquier otro ciudadano catalán, vivía inmerso en los problemas sociopolíticos que conmovían la tranquilidad de aquella época. Por todo ello no es de extrañar que Casas pintara la ejecución de una sentencia de muerte, Garrote vil (1894), Embarque de tropas a Cuba (1896) o Salida de la procesión de Santa María del Mar (1898), obras que consolidaban su prestigio como pintor de temas de historia contemporánea.

Durante aquellos años, Casas intensificó su interés por las “chulas”. En la exposición que organizó el Círculo Artístico en marzo en la Sala Parés, presentó obras de esta temática. En 1896 mostró en la Sala Parés dos retratos de figuras femeninas vestidas con mantón de Manila y un pañuelo en la cabeza. Además, en el Salon du Champ de Mars de París presentó A los toros (1896), con una elegante “chula” que consiguió llamar la atención de los aficionados.

El 12 de junio de 1897 se inauguró, en la calle de Montsió de Barcelona, el local llamado Els Quatre Gats. La idea surgió de Miquel Utrillo, que viendo a Pere Romeu sin trabajo, pensó que éste poseía las condiciones necesarias para llevar a cabo la misma función que desarrollaba Rodolphe Salis en Le Chat Noir de París. La ayuda económica para el proyecto procedió del banquero Manuel Girona, del comerciante Martínez Ardéniz y del propio Casas. Els Quatre Gats se convirtió en un centro cultural donde se organizaban exposiciones y veladas literarias, encuentros artístico-musicales y espectáculos de sombras chinas y marionetas. Para anunciar los actos y dar a conocer la cervecería se utilizaron carteles dibujados por Casas. A estos carteles seguirían los destinados a promocionar el Anís del Mono o el cava Codorniu, obras con las que Casas consiguió un lugar preeminente y consolidado en el campo de los carteles.

En 1899 salió la revista Pèl i Ploma, en la que Casas publicó dibujos y óleos con la voluntad por parte de Utrillo y Casas de ampliar y enriquecer el panorama artístico barcelonés. La última publicación patrocinada por Casas fue la revista Forma, que apareció a finales de febrero de 1904 y que dejó de editarse en diciembre de 1907.

A los treinta y tres años, Ramón Casas sintió la necesidad de plantearse una obra que demostrara su capacidad para enfrentarse a problemas pictóricos de difícil solución. Por esta razón decidió pintar una composición de gran formato: La carga (1899). Laobra se expuso por primera vez en el Salon des Beaux Arts de 1903, con el título de Barcelona 1902, haciendo referencia así a las insurrecciones y conflictos sociales que se produjeron aquel año en la ciudad.

A principios de marzo de 1900, Casas volvió a pasar una larga temporada en París, donde permaneció hasta finales de octubre del mismo año. El ambiente parisino le motivó, e hizo que plasmara su esencia en las páginas de Pèl i Ploma. El mes de octubre, el pintor realizó un viaje a Londres acompañado por Miquel Utrillo.

En este período no se sintió atraído por el ambiente bohemio; el motivo central de sus composiciones fueron las figuras femeninas modernas, jóvenes y elegantes, que lo llevaron poco después a decorar el salón de los fumadores del Círculo del Liceo, magnífico conjunto pictórico finalizado en junio de 1902.

En enero de 1904, Casas pasó una larga temporada en Madrid, período que aprovechó para copiar cuadros del Museo del Prado. Durante aquel tiempo pintó el retrato de Alfonso XIII, así como realizó una serie de retratos al carbón de destacados personajes de la sociedad y cultura españolas, como Benito Pérez Galdós, Àngel Guimerà, Enric Morera, Chicharro, Muñoz Derain. Aquel año consiguió la primera medalla en la Exposición Nacional de Madrid de 1904, con La carga.

Es en 1905 cuando Casas empieza a pintar una nueva serie de figuras femeninas envueltas en mantones de Manila o cubiertas por “toreras”. En comparación con las “chulas” de 1896-1898, estas mujeres ofrecen un aspecto más artificial y pintoresco, debido a los elementos añadidos por el pintor (sombreros, mantones, lazos o joyas). Durante aquel año, Casas presentó el retrato de Alfonso XIII en el Salon des Beaux Arts de París y en la exposición organizada en el patio del Ministerio de Madrid, junto a sesenta retratos de la sociedad madrileña.

A la edad de cuarenta años, Casas conoció a Julia Peraire Ricarte, de dieciocho años, y sin preocuparle en absoluto la oposición de su familia, la convirtió en su modelo, en su compañera y, en 1922, en su esposa.

Ya desde el inicio de la relación Julia se convirtió en la figura principal de la mayoría de sus carteles y retratos.

Casas encontró, en la belleza y la frescura de su compañera, el gran aliciente de sus obras, llegando a realizar bellos retratos de mujer, llenos de fuerza y sensualidad. Fruto de la inspiración que la modelo le sugería son obras como La Sargantain (1907) o Retrato de Julia (1908).

En 1908, Ramón Casas realizó otro retrato de Alfonso XIII, pero esta vez lo presentó como gran maestro del Toisón de Oro. Ofreció a la Junta de Museos su colección de retratos de personalidades catalanas.

A finales de octubre, Casas viajó a los Estados Unidos invitado por el millonario americano Charles Deering, al que había conocido en 1903. Aquella estancia se alargará seis meses que le valieron para visitar Nueva York, Washington, Pasadena, Los Ángeles, Miami y Cuba. El 20 de abril de 1909, Casas regresó a Europa; primero pasó unos días en París y después volvió a Barcelona.

Pocos meses después de su regreso a la Ciudad Condal, Casas recibió la visita de Charles Deering quien, con la idea de visitar diversas poblaciones catalanas, viajó en coche desde París. Una de sus primeras visitas fue Sitges. Deering quedó tan enamorado de la población que decidió construirse una residencia para poder pasar allí algunas temporadas de descanso.

Con esta finalidad, y seguramente influenciado por el Cau Ferrat de Rusiñol, el industrial americano decidió comprar varias casas de pescadores y el antiguo hospital de San Juan para transformarlos en su residencia, conjunto arquitectónico que se conoce con el nombre de Maricel.

Entre 1910 y 1914, acompañado por su amigo Deering, Ramón Casas realizó diversas estancias por ciudades europeas. A finales de octubre de 1910 visitaron París. En julio de 1911 se encuentran en Holanda, donde se interesaron por la obra de Frans Hals, y en septiembre del mismo año viajaron a Italia. En verano de 1912, Casas viajó a Madrid junto con un grupo de amigos, entre los que se encontraba Deering, con la intención de comprar muebles para el Maricel.

En 1914, tras una estancia de Deering en América, los amigos se reencontraron en Biarritz, desde donde emprenderían un viaje a Sevilla y a Madrid.

A finales de 1910, Casas inició una segunda versión de su obra La carga, pieza destinada a la colección privada de Deering y para la que el artista elige la plaza de Vic como escenario de la acción.

Sin dejar de retratar a Julia, el pintor escogió una nueva modelo, una joven morena de grandes ojos oscuros, prototipo de la mujer española, conocida como Carmencita. Las obras que esta modelo inspiró, Verano (1912), Mujer con mantón y sombrero cordobés (1912-1914) y Carmencita (1914), entre otras, muestran las preferencias artísticas de aquellos. Casas juega con los recursos de los flecos, los abanicos y los mantones; escoge armonías que consideraba seguras, pohaberlas cultivado en años anteriores, y unas gamas cromáticas inspiradas en los trajes de los toreros.

El día 10 de noviembre de 1912 murió Elisa Carbó, madre de Ramón Casas, que le dejó de herencia el monasterio de Sant Benet de Bages. Un año más tarde inició los trabajos de restauración de aquel interesante conjunto arquitectónico, lugar lleno de encanto cuyo claustro e interiores se convertirán, a partir de aquel momento, en escenarios habituales para la obra de Casas. En la Exposición Conmemorativa del 25 Aniversario de la primera exposición conjunta Rusiñol-Casas-Clarasó, en 1915, se presentaron obras realizadas aquellos años.

Otra noticia interesante se produce en el mes de marzo de 1917, cuando un gran número de artistas catalanes solicitaron al Ayuntamiento de Barcelona la organización de una exposición de creadores franceses.

El día de la clausura de la muestra, y en señal de reconocimiento por parte de Francia, Casas fue nombrado miembro de la Legión de Honor francesa.

Otro de los lugares que mereció la atención pictórica de Casas fue el castillo de Tamarit, que había sido adquirido por Deering. Casas fue el encargado de convertirlo en una residencia habitable. De su estancia en Tamarit surgen un buen número de paisajes que serán presentados en diversas exposiciones.

Durante aquellos años, y hasta el final de su vida, tanto la producción de retratos como su participación en certámenes y exposiciones resultaron ser muy fructíferas.

En 1921, Rusiñol, Casas y Clarasó volvieron a exponer juntos y decidieron que lo harían cada año.

Y así fue, hasta que aquella tradición terminó con la muerte de Rusiñol en 1931.

Demostrando una vez más su amistad con Charles Deering, en 1923 Casas viajó a Miami para visitar a su amigo, que estaba enfermo y muy cansado. Repitió aquella visita un año más tarde, esta vez acompañado por su mujer. El viaje duró dos meses, de marzo a mayo, y la pareja viajó a Miami, Boston y Chicago.

Al igual que ya había hecho muchos años antes en sus viajes de juventud, Ramón Casas aprovechó la estancia en tierras americanas para realizar retratos de amigos de Deering, el cual moriría en 1927.

El 14 de junio de 1930 se inauguró, en el salón de la Reina Regente del Palacio de Bellas Artes, una exposición- homenaje a Ramón Casas, organizada por el Real Círculo Artístico. En aquella muestra se pudo ver una importante selección de obras en las que se representaban las distintas etapas de la producción del artista, incluidos diversos retratos al carbón. Ramón Casas ya estaba enfermo. Su salud no mejoró, y a las ocho de la tarde del 29 de febrero de 1932, llegó a su fin la vida del gran pintor. Ramón Casas Carbó moría en Barcelona, ciudad en la que sería enterrado a las once de la mañana del día 2 de marzo. Con la muerte de Casas desaparecía un artista plenamente reconocido y admirado que contribuyó a dar una categoría universal a la pintura española.

 

Obras de ~: Autorretrato, 1883; Marina; Migdia a Sitges; En un patio; Camino del Vinyet; Camino antiguo de Vilanova; Patio del Vinyet I; Patio del Vinyet II; Camino del Vinyet, Efecto de sol, Estudio; Camino soleado; Un muro; Efecto de Gris; Garrote vil, 1894; Embarque de tropas a Cuba, 1896; Salida de la procesión de Santa María del Mar, 1898; A los Toros, 1896; La carga, 1899; La Sargantain, 1907; Retrato de Julia, 1908; Verano, 1912; Mujer con mantón y sombrero cordobés, 1912-1914; Carmencita, 1914.

 

Bibl.: M. Utrillo, La obra de Casas, Barcelona, Forma, 1904; J. M. Jordà, Ramón Casas. Pintor, Barcelona, Llibreria Catalonia, 1931; J. M. Jordà, Ramón Casas, Barcelona, Butlletí dels Museus d’Art de Barcelona, 1932; J. F. Rafols, El arte modernista en Barcelona, Barcelona, Llibreria Dalmau, 1943; Ramón Casas, dibujante, Barcelona, Omega, 1949; Ramón Casas, pintor, Barcelona, Omega, 1949; A. del Castillo, Ramón Casas, catálogo de exposición, Barcelona, Junta de Museos de Barcelona, Palacio de la Virreina, 1958; A. S. de Larragoiti, El pintor Ramón Casas, Barcelona, Ramos, Alfonso y Moitia, 1959; A. Artis, Retrats de Ramón Casas, Barcelona, Polígrafa, 1970; F. Fontbona, Casas, Barcelona, Nou Art Thor, Col·lecció Gent Nostra, 1979; VV. AA., Ramón Casas, Barcelona, Exposición Palau de la Virreina, 1982; I. Coll, Ramón Casas. Els retrats al carbó, Barcelona, D’Art, 1984; A. Alcolea, Ramón Casas, Sabadell, Ausa, 1990; I. Coll La tauromaquia en la obra de Ramón Casas, Madrid, Tauromaquia, 1991; C. Mendoza, Ramón Casas, Retrats al Carbó, Sabadell (Barcelona), Ausa, 1995, I. Coll, Ramón Casas, una vida dedicada a l’art, Barcelona, El Centaure Groc, 1999; VV. AA., Ramón Casas, el pintor del Modernismo, Barcelona, MNAC, Fundación Mapfre Vida, 2001; I. Coll, Ramón Casas, Murcia, De la Cierva, 2003.

 

Isabel Coll Mirabent

 

 

 

 

 

 

 

 

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