Quintia Flaccina. Quintia M(arci) f(ilia) Flaccina. Munigua (Villanueva del Río y Minas, Sevilla), ¿p. m. s. II ‒ f. s. II? Sacerdotisa del culto imperial en la Baetica.
Perteneció a una familia bien conocida de la elite de Munigua cuyo rastro comienza a verse en los primeros años del siglo II. Fue sacerdotisa del culto imperial en la Baetica por elección del concilium provinciae, la asamblea de representantes de todas las ciudades del territorio, y debió ejercer esa función durante un año como flaminica divarum Augustarum splendidissimae provinciae Baeticae, es decir, como responsable del culto de las emperatrices ya fallecidas y divinizadas.
Durante el ejercicio de su cargo, seguramente en la segunda mitad del siglo II, donó a su ciudad una estatua del Genius local en plata, haciendo coincidir este hecho con la construcción de una exedra y con la celebración de un banquete a sus expensas. A su muerte, su heredero Quintus Aelius Vernaclus le dedicó una estatua con pedestal en la que la difunta era asimilada con Ceres Augusta, es decir, una consecratio in forman deorum, y celebró otro banquete para los ciudadanos de Munigua.
Bibl.: J. del Hoyo, “A propósito de HAE 8-11, 1561 y 1562”, en VV. AA., Actas del VII Congreso Español de Estudios Clásicos. Madrid 1987, vol. III, Madrid, Sociedad Española de Estudios Clásicos, 1989, págs. 171-178; C. Castillo, “Los flamines provinciales de la Bética”, en Revue des Études Anciennes, 100 (1998), págs. 452-453, n.º 18; H. Gimeno, “La sociedad de Munigua a través de sus inscripciones”, en Epigrafía y sociedad en Hispania durante el Alto Imperio: estructuras y relaciones sociales, Madrid, Casa de Velázquez, 2003, págs. 183-184.
Juan Manuel Abascal Palazón
