Rebull i Torroja, Joan. Reus (Tarragona), 27.I.1899 – Barcelona, 27.II.1981. Escultor y dibujante.
Hijo de familia humilde, cuando contaba diez años entró a trabajar en el taller del imaginero de Reus Pau Figueras. Con once años obtiene una copa en un concurso provincial de aprendices, con una copia en barro de La tentación de San Antonio, de Rafael Atché.
En 1913 se traslada a vivir a Barcelona, donde asiste, unos meses, a la Escuela de Artes y Oficios, complementando su formación con su trabajo en el taller de fundición de Gabriel Bechini. En octubre de 1916 celebra su primera exposición en el Centro de Cultura de Reus, centro en el que vuelve a exponer al año siguiente.
La buena acogida que tienen sus obras se refuerza con el apoyo de Evarist Fàbregas, con cuyo mecenazgo puede proseguir sus estudios y montar taller en Barcelona. En la capital catalana se relaciona con otros jóvenes artistas. En febrero de 1921 obtiene una bolsa de estudios concedida por el Círculo Artístico, que le permite una estancia en Londres de un mes y otra de dos en París, donde puede conocer directamente el arte antiguo, que influirá en su obra. Miembro del grupo Els Evolucionistes, fundado en 1918, participa con ellos en la Exposición de Primavera de 1923, en la que obtiene el Premio del Ayuntamiento de Barcelona. Tres años más tarde expone individualmente en el Círculo de Bellas Artes de la capital de España, con el patrocinio del diario Heraldo de Madrid.
Para entonces, el vigoroso realismo que ha caracterizado su escultura desde los comienzos revelará el interés por la estatuaria de la Roma clásica, aunque alguna de las figuras tenga la carnal rotundidad de Busto de mujer (1921), en piedra, que adquiriría el Museo de Arte Moderno de Barcelona. A esta época corresponden varios relieves en marfil, y colabora con otros artistas y artesanos, como el mueblista Antoni Badrinas. Entrada la segunda mitad de esta década, se abre en su obra una línea en la que será decisiva la huella del antiguo Egipto. En ella logra las más altas realizaciones del conjunto de su producción, entre las que destacan especialmente Retrato de mi hijo Jordi (1927) y Cabeza de cántaro (1934), ambos en los originales en barro crudo.
Entre 1926 y 1930 reside en Francia con su esposa, Anna Rodríguez i Torrent, y sus hijos, instalados en Deuil, cerca de Enghien. Expone en el Salon des Artistes Indépendants, mantiene relación con creadores de París y entabla amistad con Picasso. En la primavera de 1929, en el curso de una de las visitas que hace a Cataluña en este período da una “conferenciaacción” en el centro de Cultura de Reus, que nos lo presenta como vanguardista. Se trata de uno de los frutos de un momento muy concreto en el que siente, al parecer, atracción por un arte experimental, y que en 1930 le llevará a ejecutar unos curiosos dibujos casi abstractos, en los que se ven figuras, aisladas o en grupos, como vaciadas o en negativo. Sin embargo, abandona pronto este camino y en manifestaciones posteriores se enfrentará abiertamente a la vanguardia.
Curiosamente, y muestra de su diversidad de líneas en ciertos momentos es que, junto a formas compactas y de gran rotundidad, practica en ocasiones otras delgadas y alargadas, con superficies fluidas, un tanto gotizantes.
En 1930, a su regreso de París, se instala primero en Villanueva y la Geltrú, y participa en las principales manifestaciones artísticas celebradas en Barcelona. Su dedicación es ahora también política, como miembro de Estat Català, y en las elecciones al Parlamento catalán de 1931 obtiene acta de diputado por el distrito de Villanueva y la Geltrú. Instalado desde 1932 de nuevo en Barcelona, al año siguiente es elegido miembro de la Acadèmia de Belles Arts de Sant Jordi, de Barcelona, y el mes de diciembre de dicho año expone en el Museo de Arte Moderno de Madrid, junto con el también escultor Enric Casanovas. Su escultura continúa con la gran creatividad manifestada en la década anterior. Se atiene a un mayor realismo y, aunque los ojos puedan seguir teniendo las únicas notas de color de las figuras y éstas mantengan cierto hieratismo, no nos recuerdan ya las del antiguo Egipto. Es ejemplar en este sentido La Gitanilla (1933), con la que logra el Premi Campeny de la Generalitat y que es adquirida, en su versión definitiva en piedra, por el Museo de Arte Moderno barcelonés. Es digna de ser destacada Maria Rosa (1935), en piedra policromada, que se conserva en el Museo del Monasterio de Montserrat.
En 1938 viaja a París, para realizar un relieve para la fachada del Pabellón Español de la Exposición Internacional de Nueva York, pero la evolución de la Guerra Civil le impide llevarla a cabo y le hace desistir de volver a España. En París se relaciona con escritores y artistas españoles exiliados y con antiguos y nuevos amigos franceses, y se afianza su amistad con Picasso, quien le encarga un retrato de su hija Maya. En 1945 realiza por encargo de la Chambre Syndicale de la Couture de París ciento setenta maniquíes y otras figuras para el Théâtre de la Mode, que es llevado el mismo año a Londres, y al siguiente a Nueva York. El éxito obtenido con este trabajo le reporta el encargo de un grupo escultórico sobre la boda de la princesa Isabel de Inglaterra, para la Cámara Oficial de Comercio de Londres.
En 1943 murió su esposa, y en 1946 contrae nuevo matrimonio con la barcelonesa Concepció Farré i Garí. Dos años más tarde regresa del exilio y se instala de nuevo en Barcelona. En 1949 realiza el sepulcro del abad del Monasterio de Montserrat, Antoni Maria Marcet. Puede decirse que a su regreso le resulta en todo favorable. Por la cantidad y calidad de los encargos, y por la excelente acogida de la crítica, y signo de este reconocimiento es la obtención del Gran Premio de Escultura en la I Bienal Hispanoamericana de Arte, celebrada en Madrid en 1951. En Cataluña lleva a cabo unos grandes relieves para la nueva fachada del Monasterio de Montserrat, inaugurada en 1960, y junto a exposiciones, como la celebrada en la Sala a Parés, de Barcelona, en dicho año, realiza otras obras que cobraban una significación catalanista, como la estela funeraria para la tumba del poeta Carles Riba.
Su escultura ha ido oscilando entre el realismo de diversos retratos, cierto claro neoclasicismo que tiene sus raíces en el Noucentisme y el simbolismo o la alegoría de numerosos monumentos públicos. Sus retratos suelen tener algo o mucho del hieratismo que caracteriza el conjunto de su obra, sin que pierda ni la fidelidad al efigiado ni la sensación de vida que los anime. El estilo clásico está representado principalmente por buena parte de sus desnudos de mujer, en pie, acostados o sentados, de los que existen numerosísimas versiones. Algunas de estas figuras tienen carácter monumental, como Ceres (1960, en mármol); La Ben Plantada (1960, piedra), y Venus de Sagaró (1969, mármol). Ejemplos de monumentos públicos que tienen carácter simbólico o alegórico especialmente destacables son La Pastorcita (1951) y el grupo de la fuente monumental titulado Triptolem (1968), ambos para unas plazas de Reus.
Su producción fue, desde su regreso del exilio, extraordinariamente abundante y, además de los tipos de escultura citada hay que citar sus numerosas imágenes religiosas, sus trabajos de orfebrería y sus dibujos, muchos de ellos con intención y valor de creación autónoma, como algunos de sus autorretratos, así como algunas pintura al óleo. El 22 de enero de 1981, la Generalitat de Cataluña le concedió la Medalla de Oro y el 27 del mes siguiente moría en Barcelona.
Está enterrado en el cementerio de Reus y, de acuerdo con la voluntad que había expresado, sobre su tumba se erige un grupo escultórico en bronce de 1976 titulado Tres gitanillos, que representa a él y dos amigos suyos de infancia.
Obras de ~: Autorretrato, 1919; Busto de mujer, 1921; Retrato de mi hijo Jordi, 1927; La gitanilla, 1933; Cabeza de botijo, 1934; Maria Rosa, 1935; Mujer acostada, c. 1942; Desnudo de mujer, c. 1944; Sepulcro del abad Antoni Maria Marcet, 1949; La Pastorcilla, 1951; Diana, 1960; Triptolem (fuente monumental, Reus), 1968.
Bibl.: R. Benet, Joan Rebull, Barcelona, Edicions La Mà Trencada, 1931; J. Selva i Vives, L’escultor Rebull, Reus, Edicions Rosa de Reus, 1960; J. M. Capdevila, Rebull, Barcelona, Edicions Ara, 1966; VV. AA., Rebull, catálogo de exposición, Barcelona, Ajuntament, Serveis de Cultura, 1982; F. Miralles, Història de l’art català. Vol. VII, L’època de les avantguardes, 1917-1970, Barcelona, Edicions 62, 1983; J. Corredor-Matheos, L’Escultura de Joan Rebull, Barcelona, Àmbit Serveis Editorials, 1991; VV. AA., Joan Rebull, escultor, 1899-1981, catálogo de exposición, Barcelona, Fundació “La Caixa”, 1999; Joan Rebull, catálogo de exposición, Mollet del Vallés, Fundación Municipal Joan Abelló, 2000; Joan Rebull años 20 y 30, catálogo de exposición, Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 2003.
José Corredor-Matheos