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Bartolomé González

Biografía

González, Bartolomé. Valladolid, c. 1564 – Madrid, c. 1628. Pintor.

Se desconoce la fecha exacta de nacimiento de Bartolomé González, pero se le considera natural de Valladolid. Según Palomino y Ceán, nació en 1564, pasó sus primeros años de vida en Valladolid y se formó con Patricio Cajés, pero, formalmente, la principal influencia artística que se detecta en su obra procede de los manieristas que, habiendo trabajado para Felipe II en El Escorial, seguían activos en la Corte de Felipe III, especialmente la de aquellos que se trasladaron junto al Rey cuando, entre los años 1600 y 1606, la Corte se estableció en Valladolid. Es seguro que Bartolomé González se formó en el ambiente artístico de los pintores cortesanos, pues su estilo como retratista adeuda mucho al de Sánchez Coello y al de Pantoja de la Cruz. Sobre esa primera formación dentro de la estética del manierismo tardío, debió de conocer el primer naturalismo a través de Orazio Borghiani, cuyo estilo caló poderosamente en la concepción de las formas monumentales de las figuras, en el tratamiento de volúmenes y claroscuro. El estilo de Borghiani influyó en gran medida en las pinturas religiosas de Bartolomé González. En realidad, Bartolomé González, como retratista regio, mantuvo la tradición de Antonio Moro, Sánchez Coello y Pantoja de la Cruz, aceptando algunas de las novedades introducidas por Rodrigo de Villandrando y Felipe Diriksen. Buena prueba de ello es el estudio de la evolución de las varias efigies que pintó de Felipe III y de su esposa Margarita de Austria, ambos de rostro nada atractivo, de los que hay buenos ejemplos en el Museo del Prado y en algunos monasterios que ellos fundaron y protegieron, como fueron las Descalzas Reales, la Encarnación, etc.

El encargo más importante que recibió Bartolomé González fue rehacer la galería de retratos de El Pardo, que había sido fundada por Carlos V, enriquecida por Felipe II y destruida en un incendio acaecido en 1604. Felipe III le mandó a él y a otros pintores rehacer la galería iconográfica copiando cuadros originales que se conservaban en otros Reales Sitios. Bartolomé González pintó once lienzos con los retratos de los hijos de los Reyes de cuerpo entero, la Princesa Isabel, Luis XIII de Francia, y el de Felipe II y Doña Ana. Muchos de estos retratos no eran sino copias de otros originales de las más diversas procedencias. El hecho de que fueran copias se advierte en una cierta rigidez y desgana en la ejecución. De la serie, perdida en su totalidad, sólo se conserva el retrato del infante Don Alonso, que fue propiedad del marqués de Valverde de la Sierra y figuró en la Exposición Nacional de Retratos. En 1606 diversos documentos sitúan a Bartolomé González trabajando en El Escorial y, posteriormente, en Burgos y Lerma.

A partir de 1608 pintó algunos de los más memorables retratos de los miembros de la Familia Real conocidos a través de documentos y descripciones. En 1612 había pintado la pareja de retratos de Felipe III y Margarita de Austria y el doble de los infantes Fernando y María, para que Rodrigo Calderón, marqués de Sieteiglesias, los llevase a la Corte flamenca gobernada por Isabel Clara Eugenia. A esa misma serie corresponden los retratos de cuerpo entero de los príncipes Felipe, María, Carlos, Fernando y Margarita, lienzos sueltos, de cuerpo entero, que se guardaron en el guardapolvos del Alcázar y de los que sólo se conserva el retrato de Fernando (colección particular), publicado por Sánchez Cantón, y el de la infanta Margarita, propiedad del Museo del Prado, depositado en el Museo de Pontevedra. Quizá uno de los primeros cuadros importantes es el retrato de la Reina Margarita de Austria con el perro Baylán, de tres cuartos, lujosamente vestida, firmado y fechado en 1609, que estaba en el Alcázar de Madrid en 1621 y que hoy se conserva en el Museo del Prado. Posteriormente, volvió a retratar a la Reina con el perro en un lienzo muy parecido al del Prado que se conserva en el monasterio de la Encarnación de Madrid y del que Van der Hamen hizo una copia con variantes que se conserva en el Instituto Valencia de Don Juan. Cuadro interesante es el retrato de Felipe III de pie, de hacia 1600, atribuido a Bartolomé González, propiedad del Museo del Prado, que procede del Museo de la Trinidad y está depositado en la embajada española en París desde 1882. También en el año 1612 pintó tres cuadros con los retratos de los hijos de Felipe III, Felipe y Ana, Carlos y María y Fernando, Margarita y Alonso, copias de los que había en el guardapolvos y de los que se conocen dos versiones, una enviada a Alemania en diciembre de 1612 para enriquecer la galería iconográfica del emperador Matías (en paradero desconocido) y otra en el Instituto Valencia de Don Juan, en cuyo tercer cuadro no se representa al infante Alonso. En 1615, Bartolomé González formó parte del séquito que acompañaba a Ana a la isla de los Faisanes (Irún) para su entrada en Francia. Cuando llegaron a Burgos pintó González, por encargo de Ana, un retrato en un naipe ovalado y, a partir de él, una santa Margarita en la que la cara de la santa era el retrato de la reina Margarita, su madre, muerta ya en aquellas fechas.

Para ser enviados a Polonia Bartolomé González pintó ocho lienzos remitidos en 1618 al rey Segismundo III (en paradero desconocido), con los retratos de los Reyes y sus hijos. Otro encargo muy destacable fue el de trece lienzos con retratos de príncipes y princesas pintados para la Corte de Gratz entre los que figuraban los suegros de Felipe III y once de sus catorce cuñados, sacados, en su mayor parte, a partir de naipes. De los trece cuadros, pertenecen nueve al Museo del Prado, depositados en diferentes destinos, lo que distorsiona el sentido seriado de galería iconográfica.

Los suegros de Felipe III el Archiduque Carlos de Austria duque de Stiria y María de Babiera, fueron depositados por el Prado en el Consejo de Estado. De los cuñados se conservan los retratos de Fernando II de Austria, depositado por el Prado en la Casa Museo Colón de las Palmas de Gran Canaria; Leopoldo, que fue obispo de Passau, depositado por el Prado en el Museo de Castellón de la Plana; Carlos con el halcón, obispo de Brigia; así como el retrato de María Cristerna, princesa de Transilvania; Leonor; Catalina Renata; Gregoria Maximiliana (que estuvo prometida a Felipe III) y María Magdalena, depositados por el Prado en la embajada de Lisboa. Todos los cuadros depositados en Lisboa fueron destruidos en 1975. Se ignoran los paraderos de los retratos de Maximiliano Ernesto, Ana y Constanza.

Fechado en 1626 se conserva otro retrato de la reina Isabel en el Museo de Cremona. También es de Bartolomé González el retrato de una dama en la Pinacoteca de Bolonia. Por encargo de Felipe III, pintó la pareja de retratos de los Duques de Uceda, que, antes de 1621, habían recibido diez retratos pintados por González y regalados por Felipe III en los que figuraban los Reyes, sus siete hijos y su nuera, todos ellos de cuerpo entero, alguno de los cuales repetía los modelos de las series anteriores. También pintó dos retratos funerarios con la Infanta Margarita amortajada y uno de la reina Margarita de Austria en su ataúd.

La fuente fundamental para el conocimiento de los retratos que pintó Bartolomé González, aparte de los cuadros conservados, son dos informes del Archivo del Palacio Real, fechados respectivamente en 1617 y en 1621, en los que el pintor solicitaba del Monarca el abono de ciertas cantidades de dinero que se le adeudaban por haber pintado noventa y siete retratos de diversos miembros de su familia, desde el 1 de enero de 1608 hasta la fecha en que se firmó el último informe. Desde el punto de vista estético, todos los retratos responden a unos mismos esquemas compositivos derivados, como se ha dicho, de Sánchez Coello y Pantoja de la Cruz, siendo, en la mayor parte de las ocasiones, copias de retratos oficiales para ser remitidas como regalo a Cortes extranjeras y, en no pocas ocasiones, encargos de agrandar cuadros preexistentes. En opinión del profesor Pérez Sánchez, es una obra extensa pero estereotipada, de calidad algo seca y rígida. En todo caso, son un magnífico testimonio de las efigies y del traje cortesano de la época, con sobresaliente atención a las joyas, encajes, botonaduras, cadenas, etc.

En 1617 solicitó y obtuvo el puesto de pintor del Rey, en la vacante de Fabricio Castello, que pretendieron también Félix Castello, hijo del difunto pintor, y Juan de Roelas, venciendo a ambos. Desde esa fecha le asignaron un sueldo anual de 72.000 maravedís. En 1621 pintó la pareja de retratos Felipe III y Margarita de Austria, conservados, respectivamente en el Palacio Real de Madrid y en el Museo del Prado. En el retrato de Felipe III, fechado en 1621, se advierte una cierta influencia de Tiziano al mostrar al Rey con la mano apoyada en el bufete sobre un casco. Otro retrato de Felipe III muy interesante es el depositado por el Prado en la embajada española en Londres, que muestra al Rey sentado en una silla rica, vestido con traje blanco de lujosa seda, en actitud poco afortunada. En 1626 se data el retrato de Isabel Clara Eugenia vestida de monja, conservado en el convento de la Encarnación de Madrid. Otro retrato interesante es el de Felipe IV niño del Palazzo Pitti de Florencia.

En sus cuadros de pintura religiosa se mostró como un pintor mucho más personal y avanzado, precoz intérprete de un cierto tenebrismo que aseguraba un conocimiento de la pintura de Caravaggio; los más singulares son la Virgen con el Niño y Ángeles músicos, pintado en 1613, propiedad del Prado, depositado en el convento de capuchinos de El Pardo, y su réplica, en el Museo Cerralbo (Madrid). Ambos son ejemplos de una ordenación rigurosa, en un espacio abstracto, bajo una luz fría y uniforme. En el Museo de Budapest se conserva un San Juan Bautista pintado hacia 1621, que deriva directamente de modelos de Caravaggio. En 1622 pintó un San Isidro para el convento de Santa Isabel de Madrid, que Sánchez Cantón daba ya por destruido en 1937. El Museo del Prado depositó en el Museo de Valladolid el cuadro Descanso en la huida a Egipto, firmado y fechado en 1627. Muy interesante es la Procesión del Beato Orozco, conservada en el Museo de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, por mostrar un ya muy acusado tenebrismo en el que la luz es un elemento expresivo, dotado de un realismo áspero en los rostros y de enérgico modelado. Otras obras de interés son la Virgen de la Leche de la colección March. Para el colegio del Rey en Alcalá de Henares pintó, en su capilla, un San Felipe crucificado flanqueado de los dos Santiagos, mayor y menor, hoy desaparecido. Pintó un ciclo iconográfico de la Pasión de Cristo para figurar en el claustro del convento de los recoletos de Madrid. En la sala de profundis del convento de San Francisco de Madrid pintó un Nacimiento de Cristo fechado en 1616 también perdido. Murió en Madrid, en 1627.

 

Obras de ~: Infante Alonso, colección particular, 1604; Margarita de Austria con el perro Baylán, Museo del Prado, 1609; Reina Margarita con su perro Baylán, convento de la Encarnación; Pareja de retratos de Felipe III y Margarita de Austria, 1612 (desapar.); Fernando y María, 1612 (desapar.); Felipe, 1612 (desapar.); María, 1612 (desapar.); Carlos, 1612 (desapar.); Fernando, colección particular, 1612; Margarita, Museo del Prado, depositado en el Museo de Pontevedra, 1612; Felipe y Ana, Instituto Valencia de Don Juan (Madrid), 1612; Carlos y María, Instituto Valencia de Don Juan, 1612; Fernando y Margarita, Instituto Valencia de Don Juan, 1612; Virgen con el Niño y ángeles músicos, Museo del Prado, depositado en el convento de El Pardo, 1613; Pareja de retratos de Carlos de Austria, duque de Stiria y María de Babiera, Museo del Prado, depositados en el Consejo de Estado; Pareja de retratos de Felipe III y Margarita, conservados en el Palacio Real de Madrid y Museo del Prado, 1621; San Juan Bautista, Museo de Budapest, 1621; El emperador Fernando II de Austria, Museo del Prado, depositado en la Casa-Museo Colón, Las Palmas de Gran Canaria; Leopoldo, Obispo de Passau, Museo del Prado, depositado en el Museo de Castellón de la Plana; Carlos con el halcón, obispo de Brigia (desapar.); María Cristerna (desapar.); Catalina Renata (desapar.); Gregoria Maximiliana (desapar.); Leonor (desapar.); María Magdalena (desapar.); Pareja de retratos Felipe III y Margarita de Austria, Museo del Prado; Isabel Clara Eugenia vestida de monja, 1626, convento de la Encarnación, Madrid; Reina Isabel, Museo de Cremona, 1626; Descanso en la huida a Egipto, Museo del Prado, depositado en el Museo de Valladolid, 1627; Duques de Uceda (desapar.); Infanta Margarita amortajada (desapar.); Reina Margarita de Austria en su ataúd (desapar.); Virgen con el Niño y ángeles, Museo Cerralbo; Virgen de la Leche, colección March; Retrato de Felipe III sedente, Museo del Prado, depositado en la embajada española en Londres; Retrato de Felipe IV niño, Palazzo Pitti, Florencia; Procesión del Beato Orozco, Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid; Crucifixión de san Felipe, colegio del Rey, Alcalá de Henares (desapar.); Ciclo de la Pasión de Cristo, claustro del convento de Recoletos, Madrid (desapar.); Nacimiento de Cristo, convento de San Francisco, Madrid (desapar.).

 

Bibl.: A. A. Palomino de Castro y Velasco, Museo Pictórico, 1715-1724; J. A. Ceán Bermúdez, Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España, t. II, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1800, págs. 206-207; E. Mauceri, “Ritratto di gentildonna di Bartolomeo Gonzalez”, en Bollettino d’Arte (agosto de 1934); J. Moreno Villa y F. J. Sánchez Cantón, “Noventa y siete retratos de la familia de Felipe III por Bartolomé González”, en Archivo Español de Arte y Arqueología (1937), págs. 127-157; A. E. Pérez Sánchez, Museo del Prado. Catálogo de las pinturas, Madrid, Mateu Cromo, 1985, pág. 261; VV. AA., Museo del Prado. Inventario General de Pinturas. I. La Colección Real, Madrid, Espasa Calpe, 1990, págs. 562, 566-567, 575, 630- 632, 637, 639, 642, 740 y 756; Museo del Prado. Inventario general de pinturas. II Museo de la Trinidad, Madrid, Espasa Calpe, 1991, pág. 199; A. E. Pérez Sánchez, Pintura barroca en España. 1600-1750, Madrid, Cátedra, 1996, págs. 78-79 y 110; L. Varela Merino, “La muerte de Villandrando ¿Fortuna de Velázquez?”, en Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte (Madrid, Universidad Autónoma), n.º XI (1999), pág. 204; W. B. Jordan, Juan van der Hamen y León y la corte de Madrid, catálogo de exposición, Madrid, Patrimonio Nacional, 2005, págs. 123, 125, 137, 139, 217, 222-223, 301, 309 y 311; M. Orihuela y E. Cenalmor, “El Prado disperso. Obras depositadas en Valladolid y Palencia”, en Boletín del Museo del Prado, n.º 42 (2006), pág. 114.

 

Herbert González Zymla