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Ruy Gutiérrez de Escalante

Biografía

Gutiérrez de Escalante, Ruy. Santander (Cantabria), u. t. s. XIV – c. 1436. Capitán de galera, vasallo del Rey, armador mayor del Rey en la Costa de la Mar.

Nacido en Santander, era el segundo hijo de Juan Gutiérrez de Escalante y de María Fernández de la Marca, que desempeñó la dirección del bando de los Escalante en Santander desde finales del siglo xiv hasta su muerte en la década de los treinta de la siguiente centuria. Ruy Gutiérrez de Escalante amplió enormemente el patrimonio rural de su linaje, traspasando la jurisdicción terrestre de Santander y sus posesiones se extendían a las comarcas cercanas del valle de Camargo, donde fue señor de los concejos de Vivero y Estaños. La extensión de sus propiedades fuera del término fue un proceso que provocó tensiones con la casa de La Vega. En concreto, en 1412, Leonor de la Vega reclamó los vasallos que había tomado Ruy Gutiérrez de Escalante, vasallo del rey e su armador mayor en la Costa de la Mar, en Estaños, Muriedas, Maliaño y La Marina. Dado que Ruy Gutiérrez de Escalante gozaba de la protección del infante Fernando, adujo en su defensa que lo había hecho con el fin de proteger el patrimonio regio.

En la última década del siglo xiv, con anterioridad a su ascenso como capitán de galeras, Ruy Gutiérrez de Escalante actuó como pirata en la costa Cantábrica abordando naves que hacían la ruta entre Portugal y Bayona. Su cursus honorum comenzó tras el nombramiento de Alfonso Enríquez como almirante de Castilla por Enrique III en 1405. Un lustro más tarde, en la Crónica de Juan II, Ruy Gutiérrez de Escalante ya aparece como capitán al mando de tres galeras y un número indeterminado de balleneres que las villas del norte aportaron a la flota del Estrecho, constituida por quince galeras, cinco leños, seis naos y veinte balleneres, bajo las órdenes del almirante Alfonso Enríquez, en el verano de 1410, cuyo objetivo era impedir las relaciones entre los reinos de Fez y Granada.

En 1414 formó parte de la comitiva —en calidad de corregidor de Vizcaya (Orella Unzue, 2006)— encargada de negociar en nombre de Castilla las paces con Inglaterra, publicándose la tregua en febrero de 1415.

En 1419, Ruy Gutiérrez de Escalante continuó dando su apoyo a la armada castellana, en concreto en el ataque que dirigió Fernán Pérez de Ayala a la tierra de Labourd, donde participó en el saqueo de Bayona y San Juan de Luz.

En 1429, tras la muerte de Alfonso Enríquez, su hijo Fadrique Enríquez fue nombrado almirante de Castilla y Ruy Gutiérrez de Escalante continuó desempeñando el cargo de armador mayor del Rey en la Costa de la Mar. Como tal actúa entre 1429 y 1430, en el enfrentamiento entre Aragón y Castilla.

El 7 de diciembre de 1429, Juan II ordenó al almirante Fadrique Enríquez la formación de una armada en Santander —donde contaba con la ayuda de su armador mayor y máximo dirigente político en la villa— integrada por venticuatro o venticinco galeras, unas treinta naos, algunas carracas y otras naves menores.

La formación de la armada evidentemente conllevaba complicaciones logísticas. En la misma fecha, Juan II envió dos cartas a Juan de Silva y a Diego de Vadillo, alcaides de las atarazanas de Santander y Sevilla, ordenándoles aparejar las naves y tenerlas preparadas a disposición del almirante. La formación de la armada originó varios problemas logísticos entre los cuales hay que destacar los retrasos en los pagos a los patrones de las naos, así como en los suministros de sus barcos. El día 7 de marzo, ante Pedro González de Ajo, escribano de la villa y ante Ruy Gutiérrez de Escalante, armador mayor de la costa de la mar y Martín López de Córdoba, contador, comparecieron veintidós patrones de las naos que estaban aprestándose y presentaron un escrito de protesta, que decía lo siguiente: “Señores Ruy Gutiérrez Descalante armador mayor de la costa de la mar por nuestro señor el Rey e Martyn López de Córdova su contador, los maestres e patrones que avemos de yr en el armada que nuestro señor el Rey agora manda fazer contra los Reys de Aragón e de Navarra, vos dezimos que bien sabedes en como vos avedes dado a algunos de nosotros çiertos maravedís para en cuenta del sueldo de nuestras naos e conpañas, e esto mesmo nos avedes librado çierto pan para en cuenta de lo que avemos de aver para yr en el dicho serviçio en Ferrrnand González Marín e en sus fazedores, e avedes mandado que tomen nuestras cartas de pago de nosotros, firmadas de Ferrnand Sánchez de Hurones, contador e escrivano de las armadas del dicho señor Rey e con la vuestra carta que nos dades e con la carta de pago firmada del dicho Ferrnand Sánchez de Hurones, contador e escrivano de las dichas armadas les será rreçebido el dicho pan en cuenta e así nos librades, e non enbargante que nos avemos ydo a las personas que tienen el pan por el dicho Ferrnand González con las dichas vuestras cartas e con las cartas de pago que nos le damos firmadas del dicho Ferrnand Sánchez, según que por vosotro es mandado, ellos non nos lo han querido nin quiren dar [...]”. Ruy Gutiérrez de Escalante les dio la razón: “Los dichos Ruy Gutiérrez e Martín López en rrespondiendo al rrequerimiento por los dichos patrones e maestres a ellos fecho dixieron que ellos tenían grand rrazón en lo que dizíen e que ellos fasta aquí avían conplido e fecho lo quel dicho señor Rey mandava por sus cartas en fecho del armada”.

Finalmente, los problemas fueron resueltos y se hicieron a la mar para reunirse con el almirante en SevillaA pesar de los logros alcanzados por Ruy Gutiérrez de Escalante en la política del reino, en los últimos años de su vida, en el ámbito local, tuvo que hacer frente a una división interna del bando que dirigía y que había monopolizado la vida política desde principios del siglo xv. En 1431 nacía otro bando en la Puebla de Abajo de Santander, liderado por un pariente suyo, Juan Gutiérrez de Escalante, que demandaba tener sus propios regidores en el Concejo. Con el fin de solventar el conflicto, los representantes de ambos bandos se reunieron en Amusco, en 1431, donde Pedro Manrique, adelantado mayor de León, pronunció una sentencia arbitral, que repartía el gobierno concejil entre las partes en disputa, solución que solventó los enfrentamientos banderizos por el control del gobierno concejil de Santander hasta la década de los ochenta de esa centuria.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Osuna, leg. 1791-3.

L. Suárez Fernández, Navegación y comercio en el Golfo de Vizcaya, Madrid, Escuela de Estudios Medievales, 1959; L. García de Salazar, Las bienandanzas e fortunas, vol. IV, Bilbao, 1969; G. Martínez Díez, Libro Becerro de las Behetrías, León, Centro de Estudios San Isidoro, 1981, 3 vols.; J. A. Solórzano Telechea, Colección diplomática del Archivo Municipal de Santander (1295-1504), Santander, Fundación Marcelino Botín, 1995; Santander en la Edad Media: patrimonio, parentesco y poder, Santander, Universidad de Cantabria, 2002; J. L. Orella Unzue, “Los vascos y sus relaciones mercantiles con Francia: Gascuña y Aquitania (siglos xv-xvi)”, en Itsas Memoria. Revista de Estudios Marítimos del País Vasco, 5 San Sebastián, Museo Naval (2006), págs. 567-601.

 

Jesús Ángel Solórzano Telechea

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