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María de Guevara Manrique

Biografía

Guevara Manrique, María de. Condesa de Escalante (III), condesa de Tahalú (X). ?, p. m. s. xvii – 1683. Escritora.

Hija de Pedro de Guevara y de Francisca de Mendoza y Acevedo, sus hermanos José y Antonio murieron niños. Se casó tres veces; en primer lugar con García Bravo Osorio, marqués del Villar; en segundo lugar con Lorenzo de Guevara, y en tercer lugar con Andrés Velázquez de Velasco.

Gacetista audaz y crítica, redactó cartas y memoriales en los que expuso su particular visión de la situación de la Monarquía. Gustó del anonimato que utilizó en su obra y trasladó a su atuendo, pues en una ocasión, con motivo de la visita de Felipe IV y su Corte a las vascongadas para entregar a la infanta María Teresa a Luis XIV, lució una máscara para ocultar su rostro mientras paseaba en carruaje por las calles de Vitoria.

En 1654 redactó y publicó en Valladolid un memorial titulado Memorial. De la casa de Escalante y servicios della. En el mismo, que dirigió a Felipe IV, reclamó mercedes y derechos para su linaje, y mostró un especial interés en el conflicto luso-español que afectaba a las propiedades de su madre. Entre otras consideraciones, la condesa de Escalante reclamó a través de este escrito lo siguiente: el oficio de ballestero mayor para un miembro de su familia, la licencia para usar el privilegio de su casa para hacer cincuenta hijosdalgo y el pago de los 50.000 ducados de renta del mayorazgo de las tierras de su madre, ubicadas en la frontera entre España y Portugal. Sin embargo, es en su siguiente memorial cuando María de Guevara se atrevió a expresar sus opiniones sobre la guerrahispano- lusa y a aconsejar al Monarca sobre el costoso conflicto. En su Tratado de advertencias hechas por una mujer celosa del bien de su rey y corrida de parte de España (1663), la condesa de Escalante criticó a los portugueses a los que acusó de ser “espías dobles”, alentó al rey a apoyar militarmente a su hijo ilegítimo don Juan, expuso las estrategias a seguir por el ejército: “para ganar a Lisboa es necesario ir por mar y por tierra”, animó a todos aquellos soldados voluntarios que quisieren ir a la guerra ofreciéndose ella misma para acudir al combate: “que en esta ocasión quisiera ser una amazona”, y, finalmente, aguijoneó la conciencia del rey para que concediera mercedes y gracias a todos los ex combatientes y presos de la guerra de Portugal, así como a sus familiares. La condesa estaba profundamente implicada en esta causa, ya que su tercer marido, Andrés Velázquez de Velasco, había sido hecho prisionero por los portugueses en la batalla de Ameixial (1663).

Su obra más jugosa es, sin duda, Desengaños de la Corte y mujeres valerosas (1664). Escrito para que el príncipe don Carlos aprendiera a leer, este impreso anónimo actualmente reconocido como obra de la condesa de Escalante es un elegante alegato feminista de la época, que extiende su crítica social y política al ámbito de la Corte, sede de despilfarros e hipocresías.

Destacan en este texto sus ejemplos de mujeres de la historia consideradas heroínas: “la reina Dido se mató porque la burló un príncipe de Troya, lo mismo hizo Lucrecia. Ellas fueron grandísimas majaderas que mejor fuera matarlos a ellos que no matarse ellas. Mejor lo hizo la Cava, aunque nos costó tan caro a España”; así como el desengaño del matrimonio: “cría la madre a su hija con mucho regalo y delicadeza, de tal manera que un confite le hace mal, no quiere que le den ninguna pesadumbre, y entrégala después a un hombre que le da tantas”; y su reivindicación de tinte igualitarista: “Señores casados, estimad a vuestras mujeres, pues os las dio Dios por compañeras”.

Durante los primeros años de la regencia de Mariana de Austria, la condesa de Escalante se rindió a la causa “juanista”. Don Juan, el hijo bastardo del fallecido Felipe IV, se presentó ante nobleza y pueblo como la alternativa política a un gobierno de regencia dominado por la mala gestión de un valido jesuita y una reina poco experimentada. Una muestra de la implicación de María de Guevara en el apoyo a don Juan es la carta secreta que escribió al príncipe bastardo poco antes de que éste se dispusiera a embarcar hacia Flandes en julio de 1668. La condesa de Escalante hizo alusión en esta carta a un encuentro que don Juan y ella tuvieron en el Retiro y en el que éste indicó a María cómo debía escribir cartas secretas: “Acuérdese que la última vez que nos vimos en el retiro me mandó su alteza [don Juan] que cuando quisiese escribir algo fuere con limón y dos cruces [...] y ahora sólo suplico a su alteza me mande conociendo el afecto con que deseo servirle [...]” María firmó de la siguiente manera: “Humilde sierva de su alteza”, una frase que demuestra una vez más su vinculación política a don Juan.

Es relativamente fácil imaginar las dificultades a las que tuvo que enfrentarse la condesa de Escalante por sus escritos críticos. Su continuo vilipendio a la Corte y sus particulares apreciaciones sobre las costumbres de la nobleza cortesana, a la que consideraba malgastadora y facinerosa, le valieron el rechazo de ministros, cortesanos y embajadores. El conde de Pötting se hizo eco de la lengua viperina de la condesa, a la que catalogó en su diario de “dama que por sus años y bizarro humor se ha puesto en licençiosa profesión de mal-deçir de todos, del superior al más inferior”.

María de Guevara, viuda y sin hijos, falleció en 1683. Su mayor legado fueron sus obras, hoy de reconocido valor histórico.

 

Obras de ~: Memorial de la casa de Escalante y servicios de ella, Valladolid, 1654; Tratado de advertencias hechas por una mujer celosa del bien de su rey y corrida de parte de España, 1663 (en Biblioteca Nacional de España (BNE), ms. 12.270); Desengaños de la Corte y mujeres valerosas, Valladolid, Ex libris, ms. de la librería de San Benito el Real de Valladolid, 1664.

 

Fuentes y bibl.: Biblioteca Nacional de España, r/4496, ms. 18655/26 y vc/ 57/13; Archivo Histórico Nacional, sección nobleza, Osuna, c.2722, d.10.

M. Serrano y Sanz, Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas desde el año 1401 al 1833, Madrid, Sucesores de Ribadeneyra, 1903-1905, pág. 47; F. E. de Pötting, Diario del conde de Pötting (1663-1674), ed. de M. Nieto Nuño, Madrid, Ministerio de Asuntos Exteriores, Centro de Documentación y Publicaciones, 1990-1993, pág. 232; I. Barbeito Carneiro, Mujeres del Madrid barroco. Voces testimoniales, Madrid, Horas y horas, 1992, págs. 69-85; “María de Guevara, zoom politikon”, L. Charnon-Deutsch (ed.), Escritos sobre escritoras hispánicas en honor de Georgina Sabat-Rivers, Madrid, Castalia, 1992, págs. 62-78; E. Pérez Sedeño, “¿El poder de una ilusión? Ciencia, género y feminismo”, en M. T. López de la Vieja y de la Torre (coord.), Feminismo: del pasado al presente, Salamanca, Universidad, 2000; F. Bouza, “Papeles, batallas y público barroco. La guerra y la restauraçao portuguesas en la publicística española de 1640 a 1668”, en Textos de la Fundaçao das Casas de Fronteira e Alorna (2004), págs. 1-57 (en https://www. fronteira-alorna.com/Textos/papelesbatallas.htm); L. Oliván Santaliestra, Mariana de Austria en la encrucijada política del siglo xvii, tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, 2006, págs. 125-126 (inéd.); M. V. López-Cordón Cortezo, “De la escritura femenina y arbitrios políticos: la obra de doña María de Guevara”, en Cuadernos de Historia Contemporánea, vol. extraordinario (2007), págs. 151-164.

 

Laura Oliván Santaliestra