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Antón Recio Castaños

Biografía

Recio Castaños, Antón. Huelva, s. XVI – La Habana (Cuba), II.1575. Militar, conquistador, alcalde ordinario, tesorero, diputado.

Antón Recio Castaños fue uno de los primeros colonizadores de la Isla de Cuba y fundador de una familia cubana que por varios siglos estuvo vinculada a la producción de azúcar. En la primera mitad del siglo xvi los hermanos Antón y Martín Recio Castaños se establecieron en La Habana, un poblado de chozas en la costa norte de Cuba que los amerindios de la región llamaban Avana o Javana, que quiere decir en la lengua indígena gran llanura. Un nieto de Martín Recio Castaños, Jacinto Recio y Sotolongo, en la primera mitad del siglo XVII, pasó a la villa de Santa María de Puerto Príncipe (Camagüey, Cuba) y dio origen a una dilatada sucesión. El otro hermano, Antón Recio Castaños, fue procurador general en La Habana en 1556, regidor del Ayuntamiento en 1569. Era uno de los vecinos más importantes y más antiguos de la villa y llegó además a ser depositario general, diputado, alcalde ordinario y tesorero de la Santa Hermandad.

Sirvió con gran valentía contra los corsarios franceses que atacaron la Isla y su fortuna se calculaba en 20.000 ducados, pues poseía solares en la Plaza de Armas y esclavos africanos y ganado, varios hatos de vacas en distintos lugares que, por cierto, molestaban mucho a los amerindios de Guanabacoa. La región de Guanabacoa, situada al este de la bahía de La Habana, cuando los españoles llegaron a Cuba estaba bajo la jurisdicción de un cacique amerindio con cuya hija, Cacanga, Antón Recio Castaños vivió amancebado y con la cual tuvo dos hijos: María y Juan Recio.

Su hijo con la amerindia, Juan Recio, fue legitimado por Real provisión de 16 de noviembre de 1567 “para que pudiera tener, gozar y heredar todos y cualesquiera bienes que le fueran dejados en cualquier manera y gozar de las honras, gracias, mercedes y libertades que gozan los que son de legítimo matrimonio”.

Además en un lugar denominado Guaicanamar que es hoy Regla, en la bahía habanera, al lado opuesto de la entrada del puerto, en tierras que originalmente estaban bajo la jurisdicción del cacique de Guanabacoa, el padre de Cacanga, Antón Recio Castaños fundó en la segunda mitad del siglo XVI la primera fábrica de azúcar de producción algo importante de La Habana, ya que fue la primera en utilizar bueyes en vez de brazos y caballos.

Antón Recio Castaños casó con una española, Catalina Hernández, con la cual no tuvo sucesión. Pero, el 11 de julio de 1570, Antón Recio Castaños y Catalina Hernández, su legítima mujer, otorgaron escritura de mayorazgo ante el escribano del Cabildo habanero, Francisco Pérez Borroto, por la cual vincularon y fundaron el primer mayorazgo de Cuba —quizá el primero del Nuevo Mundo— a favor de Juan Recio, el hijo fuera de matrimonio de Antón Recio Castaños “tenido siendo soltero y con mujer soltera”. Este mayorazgo fue aprobado por Real Cédula de 2 de noviembre de 1570, siendo condición esencial para disfrutarlo anteponer el apellido Recio a cualquier otro, lo cual continuaron haciendo varios descendientes de Antón Recio Castaños aún después de abolidos los mayorazgos y que son en el siglo XXI los Recio de Morales, en los que recayó el título de marqués de la Real Proclamación, otorgado originalmente en 1763 a Gonzalo Recio de Oquendo y Hoces VII, poseedor del mayorazgo de su Casa.

Este primer mayorazgo creado en Cuba era cuantioso, pues a su muerte en 1675, Antón Recio Castaños dejó catorce haciendas de ganado y cuarenta y siete esclavos, además de otras propiedades, entre ellas, aquella primera fábrica de azúcar que se fundó en Cuba. El mayorazgo había pasado a Gonzalo Recio de Oquendo Hoces, I marqués de la Real Proclamación, porque era nieto de Antonio Recio de Oquendo y Catalina Velázquez de Cuéllar, que era descendiente de un hermano de Diego Velázquez de Cuéllar, fundador de La Habana y primer gobernador de Cuba. La otra descendencia directa de Antón Recio Castaños y de la hija del cacique de Guanabacoa es a través de su bisnieta Petronila Recio del Corral, que casó con Melchor Pérez Barroto y Sotolongo. Los descendientes de los Recio de Oquendo y Velázquez de Cuéllar y los descendientes de los Pérez Barroto y Recio, fueron el núcleo que desarrolló una madeja de parentescos por sangre y matrimonios que enlazan a Antón Recio Castaños y a la princesa Cacanga con la producción cubana de azúcar que formaron lo que el historiador Manuel Moreno Fraginals llamó sacarocracia y cuyos miembros fueron muy prominentes en la sociedad, economía y política cubanas hasta la sexta década del siglo XX.

 

Fuentes y bibl.: Academia de la Historia de Cuba, Colección de Documentos, vol. 7, t. 2 [Informe dirigido a Su Majestad por el Capitán Gabriel de Luján, Gobernador de la Isla de Cuba 31 de Marzo de 1853].

M. Moreno Fraginals, El ingenio, La Habana, 1982; I. Wright, Historia documentada de San Cristóbal de la Habana en el siglo XVI, La Habana, Imprenta El Siglo XX, 1927; F. Santa Cruz y Mallen, conde de San Juan de Jaruco y de Santa Cruz de Mopox, Historia de las familias cubanas, t. III, La Habana, Hércules, 1942, págs. 358-360; R. Arango, La sacarocracia, Miami, Ego Group, 2006.

 

Rubén Arango Santaballa