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Francisco Blanco Salcedo

Biografía

Blanco Salcedo, Francisco. Capillas (Palencia), 1.I.1512 – Santiago de Compostela (La Coruña), 26.IV.1581. Obispo de Orense y Málaga, arzobispo de Santiago de Compostela.

Nació en Capillas, pueblo perteneciente a la diócesis y reino de León, en enero de 1512. Sus padres, Alfonso Blanco de Salcedo y María Caballero, pertenecían a la nobleza y profesaban una profunda fe cristiana que procuraron inculcarle desde niño.

En su localidad natal recibió la educación básica para después marcharse a Salamanca a completar sus estudios de filosofía y teología. En 1538 se encuentra como alumno en el Colegio Mayor de Santa Cruz en Valladolid, donde sería ordenado sacerdote y empezaría a ejercer en la diócesis de León. Pasó luego un tiempo como maestro de Teología en Valladolid, desempeñando la cátedra de Vísperas en su prestigiosa universidad. En 1554 oposita y obtiene las canonjías magistrales, primero de Oviedo y posteriormente de Palencia, siendo llamado, gracias a sus dotes intelectuales y su sólida formación religiosa, como teólogo profesor al servicio del príncipe Felipe. Ya coronado como Felipe II, el Monarca le propuso al papa Paulo IV para la sede de Orense y una vez confirmada la provisión en Roma, Blanco Salcedo inició su obispado el 5 de agosto de 1556.

En esta ciudad el nuevo obispo se dedicó a hacer importantes obras en la catedral, subvencionó obras de caridad y fundó y dotó con grandes rentas el Hospital de San Roque.

En 1561, gracias a sus cualidades como teólogo y orador, fue designando para participar en el Concilio de Trento. Llegó con el grupo español el 19 de noviembre y permaneció allí hasta la clausura de la asamblea. Pallavicini lo cita en su Historia del Concilio destacando de él su inteligencia e integridad. Blanco intervino en las sesiones con brillantez, defendiendo el llamado “derecho divino” de los obispos y el de la residencia. Abogó además decididamente por la reforma de la Iglesia y se pronunció lúcidamente en algunas de las cuestiones más importantes que se discutieron en las reuniones.

El obispo Blanco regresó a España en 1563 y dos años más tarde Felipe II lo propuso para el obispado de Málaga. Confirmada la propuesta por Pío IV, Blanco hizo su entrada en la ciudad el 26 de septiembre de 1565. Una vez realizada la correspondiente visita pastoral para conocer los pueblos de su diócesis, el nuevo obispo contribuyó con sus rentas a diversas fundaciones en la ciudad tales como el Hospital de Convalecientes o la erección de la ermita de San José. Tuvo que hacer frente además a la sublevación de los moriscos, que se atrincheraron en el Peñón de Frigiliana y cuya rendición se produjo tras una sangrienta batalla el 11 de julio de 1569.

Uno de los hechos más destacados que tuvo lugar durante su gobierno fue el establecimiento del Colegio de la Compañía de Jesús en Málaga. El nuevo centro, que se inauguró en 1573 gracias a las donaciones del obispo, estaba destinado a la educación de niños y de jóvenes. El colegio empezó con clases de Gramática, dotadas por Francisco Blanco, y en 1579 comenzaron las de Latín y Retórica.

Otro hecho importante del gobierno de Blanco al frente de la diócesis malagueña fue la convocatoria de un sínodo diocesano, siguiendo las directrices marcadas en Trento y con objeto de tratar asuntos concernientes al clero y a la comunidad de fieles.

El sínodo se celebró el 11 de noviembre de 1572 y sus constituciones fueron publicadas en Granada un año más tarde. En las reuniones que se celebraron se actualizaron las constituciones decretadas por el anterior obispo Manrique, regulando el uso de diversos sacramentos y de los oficios eclesiásticos. Se trató de corregir los abusos que se habían introducido en la diócesis y para ello se reguló la vida y honestidad de los clérigos y se establecieron los diezmos y primicias de la Iglesia. También se elaboró una tabla de delitos y penas y se regularon las sentencias de los jueces.

En 1574 Felipe II propuso a Blanco como arzobispo de Santiago de Compostela al papa Gregorio XIII. Éste confirmó su nombramiento en junio de ese mismo año y el 2 de septiembre de 1574 hizo su entrada en la ciudad el nuevo arzobispo. Una vez se hizo cargo de la sede convocó un sínodo en el cual se redactaron unas nuevas constituciones. Acordes con el espíritu tridentino del prelado, en ellas se regulaba sobre varios asuntos eclesiásticos, pero especialmente sobre la cuestión de la residencia de los párrocos, de forma que no pudieran ausentarse por un largo espacio de tiempo de las parroquias a las que estaban destinados.

En 1576 Blanco fundó el Hospital de San Roque para socorrer a los enfermos de peste, que en ese año azotaba la ciudad. También promovió, al igual que había hecho en Málaga, la construcción de un colegio de la Compañía de Jesús. La donación que les hizo para su fundación fue espléndida; entregó al padre provincial de la Compañía unos inmuebles que poseía en la ciudad, libros y 21.000 ducados de renta. El colegio fue finalmente inaugurado por él el 3 de agosto de 1579 y nombró a este colegio heredero suyo junto con el hospital que había fundado y las iglesias pobres del arzobispado.

El arzobispo, ya con una avanzada edad, escribió pidiendo ser dispensado de sus obligaciones tanto al Rey como al Papa, que no admitieron su renuncia y le animaron a seguir con sus tareas al frente de la diócesis.

En 1581 sus enfermedades se agravaron y falleció el 26 de abril de ese mismo año. Fue sepultado, tal y como pidió, en la iglesia de la Compañía de Jesús, donde se le erigió un mausoleo.

 

Obras de ~: Constituciones Synodales del Obispado de Málaga, Granada, Impresas en casa de Hugo de Mena, 1573; Suma de la doctrina christiana para que los curas y rectores la enseñen a sus feligreses los domingos y fiestas, 1577 (2.ª ed. publicada en 1587 en Valladolid); Memorial para que los curas y rectores estén advertidos de algunos yerros y descuidos que suelen acontecer en el oir confesiones; Constituciones Synodales del Arçobispado de Sanctiago, Madrid, 1579; Advertencias y mandatos de D. Francisco Blanco arzobispo de Santiago para que los curas y rectores de su arzobispado exerciten mexor sus oficios; Discurso del choro y Oficio Divino, 1608.

 

Bibl.: C. Medina Conde, Descripción de la Santa Iglesia Catedral de Málaga, desde el 1487 de su erección, hasta el presente de 1785, Málaga, Imprenta del Correo de Andalucía, 1878, pág. 31; C. Gutiérrez, Españoles en Trento, Valladolid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Instituto Jerónimo Zurita, Sección de Historia Moderna “Simancas”, 1951, págs. 383-394; “Blanco, Francisco”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de la Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, CSIC, Instituto Enrique Flórez, 1972, págs. 265-266; L. Guede, R. Gómez Marín, Historia de Málaga (desde su restauración hasta hoy): vicarías, parroquias, seminarios, sínodos, obispos, Málaga, Imprenta Hermanos Rodríguez, 1983, pág. 72; F. Mondéjar Cumpián, Obispos de la Iglesia de Málaga, Córdoba, Publicaciones Obra Social y Cultural CajaSur, 1998, págs. 185-199.

 

María Velázquez de Castro