Garrido, Miguel. Madrid, 1745 – 1807. Actor.
Conocido en su tiempo como Príncipe de los Graciosos, Garrido fue el último de los grandes cómicos que asumió este papel en el siglo xviii. Nacido en Madrid en 1745, tuvo comienzos difíciles, y estuvo trabajando en Sevilla hasta que en 1773 se incorporó a la compañía de Martínez en la Corte. De este momento, queda el testimonio de una obra de Ramón de la Cruz, La recepción de los nuevos, en donde se hace referencia a su mala experiencia en la capital andaluza y a su oronda figura, ya que Garrido parece haber sido del tipo de los graciosos gordos, como Juan Rana: “[soy como las] tinajas de Madrid, / chicas y con mucha panza”. Desde 1773 residió en la Corte.
Casado con Manuela Rodríguez, llevó, de acuerdo con lo que afirman los comisarios de comedias, una vida “muy arreglada”. En alguna ocasión llegó a hacer el primer galán, pero su dedicación principal fue la de gracioso y cantante cómico, papeles en donde tuvo como pareja a las tonadilleras más brillantes de su época, como La Raboso, Nicolasa Palomera, Polonia Rochel y, sobre todo, La Caramba. Son numerosos los sainetes escritos para él por Ramón de la Cruz y otros poetas cómicos, como El reto de Martínez y Garrido, sainete de 1774; Garrido celoso, de Ramón de la Cruz (1784), o Garrido ingenio, de Sebastián Vázquez, de 1774. Incluso varios sainetes escritos para graciosos anteriores, como Miguel de Ayala, cambiaron su nombre para convertirse en sainetes de Garrido.
Su salud, no obstante, debió de resentirse con el continuo trabajo y el esfuerzo de cantar tonadillas, como les sucedió a otros cómicos. En 1785 estrenó la tonadilla de Pablo Esteve Garrido enfermo y su testamento.
En 1791 pidió la jubilación por problemas de salud. Alegaba que estaba viejo y cansado, que había perdido facultades y gran parte de los dientes, por lo que no se sentía capaz de actuar con propiedad.
El juez protector, sin embargo, no le permitió jubilarse “a causa del aplauso que aún le otorgaba el público”. Se retiró definitivamente de la escena en 1804 y murió en 1807 en su casa de la calle de San José, siendo enterrado en la capilla de la cofradía de Nuestra Señora de la Novena, de la madrileña iglesia de San Sebastián.
Bibl.: E. Cotarelo y Mori, Don Ramón de la Cruz y sus obras. Ensayo biográfico y bibliográfico, Madrid, José Perales y Martínez, 1899; R. Domínguez Díez, “La tonadilla dieciochesca y sus intérpretes: tonadilleras y graciosos”, en Cuatro siglos de teatro en Madrid, Madrid, Consorcio Madrid Capital Europea de la Cultura, 1992, págs. 201-211; R. Andioc y M. Coulon, Cartelera teatral madrileña del siglo xviii (1708- 1808), Toulouse, Presses du Mirail, 1996; M. Angulo Egea, “El gracioso en el teatro en el siglo xviii”, en La construcción de un personaje: el gracioso, Madrid, Fundamentos-RESAD, 2005, págs. 383-412; J. Huerta Calvo, E. Peral Vega y H. Urzáiz Tortajada, Teatro español [de la A a la Z], Madrid, Espasa Calpe, 2005.
Fernando Doménech Rico