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Joaquín García Morato Castaño

Biografía

García Morato Castaño, Joaquín. Conde del Jarama (I). Melilla, 4.V.1904 – Griñón (Madrid), 4.IV.1939. Militar y aviador.

Hijo de José García Morato Cánovas, militar profesional de Infantería, y de María Castaño Miranda.

Ingresó en la Academia de Infantería, junto a su hermano mayor Antonio, el 8 de septiembre de 1920, y en ella permaneció hasta el fin de 1922, siendo nombrado alférez de Infantería con antigüedad del 6 de diciembre de 1922. A la salida de la academia fue destinado al Regimiento de Infantería Órdenes Militares n.º 77, en el que estuvo los nueve primeros meses de 1923.

En estos años ocurrieron en Marruecos hechos destacados, que se iniciaron con el Desastre de Annual y siguieron con la recuperación de gran parte del territorio perdido al oeste de Melilla, en el verano de 1921, y la orden del Gobierno de detener el avance en la línea Afrau, Tifarruin, Tizzi Assa, Tafersit, con la idea de negociar con Abd el Krim.

Este jefe rifeño puso en peligro dicha línea en mayo-junio de 1923 y después en agosto del mismo año. El 18 de septiembre de 1923 García Morato recibió orden telegráfica (confirmada por Diario Oficial, n.º 217) de incorporarse a Marruecos y así lo hizo el 28 de dicho mes en la Comandancia Militar de Melilla, en el campo de Tafersit, de donde pasó a las posiciones de Tizzi Assa alto y, después, a otros campamentos de la zona, en los que permaneció hasta finales de 1923 y durante el año 1924, según consta en su hoja de servicios.

La brillante actuación de la Aviación de Melilla entre 1921 y 1924 empezó a hacerse notoria en el verano y otoño de 1923, con la imposición de las primeras medallas militares individuales a cinco pilotos distinguidos el 24 de julio de 1923 y a otros cuatro el 24 de septiembre de 1923. En este ambiente de exaltación de los méritos aeronáuticos no es extraño que Morato se sintiera atraído por la aviación y que solicitara su admisión al curso de pilotos convocado en esa época, cuyas pruebas realizó en Cuatro Vientos (Madrid) en julio de 1924.

El 30 de noviembre de 1924 se le concedió la Medalla Militar de Marruecos, con el pasador Melilla, y el 5 de febrero de 1925 fue ascendido a teniente de Infantería, con antigüedad de 6 de diciembre de 1924. Siguió en África hasta el 9 de marzo de 1925, momento en el que, por exceso de plantilla, fue destinado a la Península, a la Plana Mayor del Regimiento de Lérida.

El 18 de agosto de 1924 había sido nombrado alumno de piloto de aeroplano, de forma que al día siguiente de su incorporación al Regimiento de Lérida fue destinado en comisión a la Escuela Civil de Aeronáutica de Albacete, plaza en la que se presentó el 1 de abril de 1925. Obtenido el título de piloto civil, expedido por la Federación Aeronáutica Internacional con fecha 6 de agosto de 1925, el 4 de septiembre se le destinó a Cuatro Vientos, para seguir el curso de transformación en aparato de guerra, donde se incorporó el día 5. En estos días, se produjo el desembarco en Alhucemas y el cambio de signo de la Guerra de Marruecos.

Morato, piloto militar desde el 31 de octubre de 1925, fue destinado a la Base Aérea de Sevilla, a la 1.ª Escuadrilla Breguet. El 1 de febrero de 1926 volvió a Melilla, a la Escuadrilla Bristol n.º 1, en la que también servía el teniente Carlos de Haya, quien luego sería cuñado suyo.

En marzo de 1926 se creó la Jefatura Superior de Aeronáutica y se formó la escala independiente del Servicio de Aviación, con grados propios. El teniente García Morato fue admitido de plantilla en dicho servicio, con la categoría de oficial aviador, clasificado en la situación A desde el 31 de octubre de 1925.

Morato permaneció en la zona oriental cinco meses, en Nador primero y en el aeródromo avanzado de Dar Drius desde el 8 de mayo, y en este período tuvo que tomar tierra dos veces fuera de campo (14 de marzo y 18 de mayo). El mes más activo fue el de mayo, en el que Morato realizó más de treinta y cuatro horas de vuelo.

Trasladado a la Escuadrilla Havilland-Rolls del capitán Antonio Camacho, marchó con ella a Tetuán el 9 de julio de 1926, pero nueve días después partió hacia Los Alcázares para asistir a un curso de hidroaviones, que terminó el 16 de septiembre de 1926.

En este año realizó un vuelo de escolta al Jaime I que llevaba a bordo a los Reyes, y trasladó en otro al general Goded.

En octubre y noviembre actuó desde Larache en protección de la retirada de la columna Asensio y el 26 de noviembre de 1926 retornó a Nador con su escuadrilla, donde sufrió un accidente al tomar tierra; destacado al aeródromo avanzado Herraiz el 3 de enero de 1927, allí tuvo que aterrizar por avería de motor el 4 de marzo.

Desde finales de marzo a primeros de julio apoyó el avance de las columnas Solans, Mola y Capaz por las cábilas de Senahaya, Ketama, Beni Derkul y Gomara, y en dos ocasiones se vio obligado a tomar tierra fuera de campo, en Adman el 15 de abril, con numerosos impactos, y en terremoto abrupto el 9 de mayo, por pérdida de todo el lubrificante, resultando ilesos ambos tripulantes gracias a su serenidad y pericia. Su escuadrilla fue felicitada por orden de las fuerzas aéreas de la zona oriental de 25 de mayo de 1927.

Se trasladó en vuelo, de nuevo, a Tetuán el 5 de julio, desde donde efectuó servicios de guerra en apoyo de las columnas Capaz, Bravo y Asensio, hasta el día 15 en que retornó a Nador. El 6 de julio de 1927 (DO, n.º 159) se le concedió la Medalla Militar de Marruecos con pasador Melilla y Aspa Roja de Herido.

Poco después de terminada la Guerra de Marruecos, Morato pasó destinado a los hidros de Atalayón, en los que sirvió hasta el 24 de octubre, con dos interrupciones.

Una desde el 23 de febrero hasta el 19 de mayo, en la que se desplazó con la escuadrilla Napier al Sáhara español; y otra a Ferrol, vía Lisboa, para efectuar un curso de tiro de artillería de costa y ejercicios de radiogoniometría, entre el 5 de agosto y el 30 de septiembre. En este año trasladó en vuelo al alto comisario de Ceuta a Villa Sanjurjo.

El 24 de octubre de 1928 sufrió un grave accidente de hidro en Atalayón, que le mantuvo alejado del vuelo casi un año, hasta el 11 de septiembre de 1929; primero en el Hospital Militar de Melilla, luego en el de Carabanchel y a partir del 24 de febrero de 1929 en situación de reemplazo por herido, con residencia en Málaga. Seis días antes de esta última fecha, se le había concedido licencia para contraer matrimonio con María del Carmen Gálvez Moll, hija de un ilustre médico malagueño, ceremonia que se celebró el 22 de julio de 1929. Por estas fechas pereció en accidente de vuelo su hermano Antonio, que había seguido sus pasos aeronáuticos.

El 11 de septiembre de 1929 volvió a situación de actividad y el 20 del mismo mes se incorporó en Cuatro Vientos a la Escuela de Observadores y el 5 de noviembre a la de Combate y Bombardeo de Los Alcázares.

El 7 de noviembre de 1929 fue confirmado como oficial aviador y se le concedió el título de observador, con antigüedades respectivas de 13 de julio de 1926 y 29 de diciembre de 1929. En este año se le concedió la Cruz de María Cristina, por los servicios prestados en África desde el 1 de octubre de 1925 al 12 de octubre de 1927, y la Medalla de Sufrimientos por la Patria.

El día final de año se presentó en Getafe a la Escuadra de Madrid y el 22 de enero de 1930 pasó a la Escuadra de Instrucción, como profesor agregado a la Escuela de Transformación de Guadalajara; ocho días después tomó tierra por avería en Villarrubia de Santiago.

El 11 de noviembre de 1930 obtuvo el título de radiotelegrafista.

Como consecuencia de la sublevación de Cuatro Vientos de 15 de diciembre de 1930, un Real Decreto de 8 de enero de 1931 suprimió la Jefatura Superior de Aeronáutica, la escala independiente del Servicio de Aviación, las categorías aeronáuticas y el uniforme verde. Morato fue destinado el 25 de febrero de 1931 a los Servicios de Instrucción, escuela de pilotaje de Alcalá, como teniente de Infantería.

Al proclamarse la Segunda República Joaquín García Morato causó baja en el Servicio de Aviación y fue destinado, sucesivamente, a los batallones de Montaña n.º 4 de Estella y n.º 2 de Gerona.

Volvió al Servicio de Aviación, a la situación A, por Orden Circular (OC) de 18 de julio de 1931 (DO, n.º 160), y concretamente a la Escuela de Pilotaje de Alcalá-Guadalajara como profesor. Sin demérito de este destino, en el período que media entre el 29 de febrero y el 1 de mayo de 1932 asistió a un curso de mecánico en Cuatro Vientos. El 19 de abril de 1932 se le reconoció la aptitud para el vuelo en polimotores, en caza y en hidroaviones, y desde el 16 de octubre de 1932 al 22 de diciembre participó como profesor en dos cursos de vuelo sin visibilidad.

En 1933 participó, en comisión, en un vuelo en patrulla a Cabo Juby y el Sáhara, que tuvo lugar entre el 17 de abril y el 13 de julio, y en mayo de 1934 lo hizo en la vuelta a España con una avioneta Tiger Moth.

En julio de 1934 se creó la Dirección General de Aeronáutica, en dependencia de la Presidencia del Gobierno, por lo que Morato pasó a la situación de “Al Servicio de otros ministerios”. En octubre del mismo año, con motivo de la revolución de octubre, fue agregado a la Escuadra de Aviación n.º 1, y se hizo acreedor al uso de la Medalla Militar colectiva concedida a dicha Escuadra.

En 1935 fue comisionado para prestar sus servicios durante cuatro meses en el Ministerio de la Gobernación, con el fin de organizar la Sección Aérea de la Dirección General de Seguridad, por orden de la jefatura de Aviación de 6 de mayo de 1935. El 14 de mayo fue ascendido a capitán de Infantería y el 30 del mismo mes es destinado a Eventualidades; el 3 de junio se le concedieron seis días de comisión a Lisboa, para asistir a la Primera Exposición Internacional de Aeronáutica y concurrir a la Fiesta Aeronáutica Internacional del 9 de junio.

En sus diez primeros años de piloto Morato había logrado las especialidades de caza, polimotores, hidroaviones y vuelo sin visibilidad, que había ejercitado en misiones operativas y en otras de tiro artillero y de prácticas radiogoniométricas, y sobre el desierto sahariano. Completada su instrucción personal, tanto de piloto como de observador, en la década de 1930 extendió su experiencia a la transmisión a otros de los conocimientos adquiridos, primero con lecciones de vuelo y después por medio de la expresión escrita.

Se interesó particularmente por la acrobacia, que juzgó útil para su superación como piloto de caza, como complemento indispensable de la instrucción de los alumnos de vuelo, para pruebas de prototipos de aviones y como práctica deportiva. Dejó plasmadas sus ideas en dos artículos en la Revista de Aeronáutica y en un libro sobre el modo de realizar las figuras acrobáticas, y antes de acudir a Lisboa participó en diversos festivales aeronáuticos en España.

En Lisboa compitió con el as checo Franz Novak, con dos pilotos portugueses, con el francés Marcel Doret (famoso luego por sus actividades aéreas y políticas) y con la alemana Louise Hoffmann. Aunque no se efectuó clasificación alguna, por no tener la fiesta carácter de competición, se admitió en general que la mejor actuación fue la de Novak, seguida por la de García Morato.

La Revista de Aeronáutica enjuició dicha actuación de la forma siguiente: “La exhibición de nuestro compatriota García Morato fue una admirable demostración de técnica y arrojo, ya que con un aparato-escuela de reducida potencia realizó una completa gama de ejercicios acrobáticos, a muy poca altura en general, perfectamente ligados y ejecutados todos con notable precisión, por lo cual causó viva impresión entre los espectadores”.

Morato cesó en su comisión en el Ministerio de la Gobernación el 24 de julio, sin agotar los cuatro meses concedidos, y el 8 de octubre fue destinado al Grupo 23 de Logroño. El 23 de enero de 1936 fue reintegrado a su puesto de profesor en la Escuela de Vuelo y Combate, en el que permaneció hasta julio de 1936.

El alzamiento militar le sorprendió en Inglaterra, adonde fue a cambiar las alas de una avioneta particular del capitán médico Pruneda, dados sus conocimientos aeronáuticos y de francés e inglés. Terminada la reparación emprendió el vuelo a España, que fue interrumpido en Biarritz por el Gobierno francés. El 1 de agosto cruzó la frontera en coche, hacia Pamplona y Logroño, y siguió en Breguet-XIX a Burgos; el día 2 voló en el DC-2 de Haya a Sevilla y el 3 fue en caza Nieuport Ni-52 a Córdoba, donde permaneció en defensa de la ciudad hasta el 13 del mismo mes. El 12 de agosto se apuntó su primera victoria aérea.

El día 16 empezó a volar el caza alemán Heinkel He 51, con el que derribó el 18 un caza y un bimotor Potez Po-54. En los días 27 y 28 realizó dos bombardeos nocturnos de Cuatro Vientos (con el DC-2 de Haya) y otro del Ministerio de la Guerra (con el Junkers Ju 52 de von Moreau).

El 2 de septiembre se apuntó su cuarta victoria aérea en las cercanías de Talavera y el 6 comenzó a volar, en Sevilla, el caza italiano Fiat CR-32, con el que se trasladó a Cáceres el día 9. En la jornada del 11 logra su quinto derribo, el 16 el sexto, el 20 el séptimo, el 26 el octavo, el 16 de octubre el noveno, el 18 los décimo y undécimo, el 5 de noviembre los duodécimo y decimotercero, y el 13 de noviembre el decimoquinto.

Esta marca de quince victorias aéreas conseguidas en tres meses no fue igualada por nadie en toda la Guerra Civil. Por su actuación en la primera escuadrilla italiana se le concedió la Medalla Militar colectiva.

Sus relaciones con los jefes italianos, excelentes en los primeros momentos, se fueron deteriorando a partir de noviembre, cuando la llegada a España de los cazas rusos Polikarpov I-15 e I-16 hicieron más difícil la confrontación aérea.

A finales de 1936, Morato formó una patrulla Fiat española autónoma, que se estacionó en Córdoba para colaborar en el avance hacia Andújar y la posición cercada en el Santuario de la Cabeza, y servir de protección a la ciudad califal.

El 3 de enero de 1937 Morato protagonizó la mayor hazaña aérea hasta el momento, el abatimiento en un solo combate de dos bimotores rápidos Tupolev SB-2, llamados Katiuskas en España. Habían estado bombardeando Córdoba una y otra vez, y sus habitantes pasaban mucho tiempo en refugios y sótanos; Morato estudió la hora, altura y dirección a la que operaban, y se colocó en guardia a 5.000 metros de altitud, superior a la que ellos usaban. En cuanto vio a los dos bimotores acercarse a Córdoba, comenzó a dispararlos e incendió a uno de ellos, al que siguió hasta cerca del aeródromo de Andújar, en donde se estrelló. En este momento el otro bimotor apareció en su cola y le disparó con sus ametralladoras de proa, sin conocer la habilidad de su enemigo; Morato viró rápidamente por debajo y tuvo la suerte de impactar en un punto vital al Katiuska, que cayó en espiral abierta y se estrelló contra el suelo a dos kilómetros del anterior.

El 18 de enero, volando desde Los Barrios (Cádiz) en apoyo del avance hacia Estepona (Málaga), ametralló e hizo estallar a un camión con dinamita, preparado para volar un puente de la carretera.

El 8 de febrero las tropas nacionales entraron en Málaga, en donde Morato pudo abrazar a su familia, por poco tiempo, pues el 12 de febrero tuvo que volar con su patrulla a Córdoba y el 16, seguir con ella a Talavera de la Reina.

Había sido llamado por el general Kindelán para estudiar qué se podía hacer para oponerse a la superioridad aérea enemiga en el frente de Madrid, pues los Fiat italianos no cruzaban las líneas hacia territorio enemigo. El 17 de febrero hizo el viaje de ida y vuelta a Salamanca, en un bimotor De Havilland Dragon, para recibir instrucciones orales del general jefe del Aire, que Morato aceptó sin considerar necesaria su confirmación por escrito.

El 18 de febrero de 1937 los Ju 52 españoles, escoltados por veintiún Fiat italianos y los tres españoles de la patrulla Morato, se encontraron en el frente del Jarama con veintiséis cazas rusos. Sin dudarlo, Morato se lanzó contra los cazas enemigos y, según su testimonio, no vio otra cosa, por encima y por debajo, a derecha e izquierda, que aparatos enemigos y tuvo entonces el convencimiento de que aquélla era la última batalla en que tomaba parte. Para suerte suya, los jefes de escuadrilla italianos, animados por su gesto, rompieron sucesivamente la formación y se unieron a la lucha, logrando una gran victoria. En recompensa a esta excepcional hazaña, a Morato se le concedería la Cruz laureada de San Fernando y a la patrulla la Medalla Militar colectiva (Boletín Oficial (BO), n.os 137 y 207 [OC de 12 de mayo de 1937] y BO, n.º 203).

Joaquín García Morato volvió a Málaga el 1 de marzo y siguió en el sur, de descanso, hasta el día 15, fecha en que subió con su patrulla de Sevilla a Salamanca, vía León y Navia, para operar en el frente de Oviedo, de nuevo activo.

Retornó al sur el 24 de marzo y a primeros de abril recibió más Fiat, lo que le permitió elevar su patrulla, el día 4, a categoría de escuadrilla (la 1E3). Con ella operó en el mes de abril por el frente de Peñarroya.

Gracias a una nueva remesa de Fiat pudo equiparse con estos cazas a la 2.ª escuadrilla de Heinkel He 51 (Salas), que había tenido una memorable actuación en el frente de Teruel y fue aceptada por Morato como 2.ª escuadrilla Fiat (2E3). Unidas ambas unidades dieron origen el 4 de mayo al Grupo Morato (2G3).

Este grupo se desplazó a Cáceres el 11 de mayo, a Torrijos el 12, a Zaragoza el 15 y a Ávila el 1 de junio.

Fueron los días del ataque gubernamental por La Granja, en los que Morato volvió a encontrarse con el caza ruso y logró derribar un I-16 el 4 de junio.

Trasladado a Zaragoza dicho grupo el 10 de junio, Morato abatió el 12 un Natacha, su vigésima victoria, y ametralló el coche de un alto dirigente enemigo. Dos días después derriba un I-15.

El Grupo Morato, después de dos meses de continuo guerrear y de muchas victorias conseguidas, mantenía operativos los trece Fiat que se le habían encomendado a primeros de mayo, aunque cargados de horas de vuelo y guerra, merecedores de un período de revisión. Por ello el 2G3 se trasladó al Parque de Tablada (Sevilla) el 22 de junio y Morato pudo disfrutar de un bien ganado descanso en Málaga.

La iniciación de la ofensiva por Brunete del Ejército Popular obligó a Morato a suspender sus vacaciones y a desplazarse a Ávila el 10 de julio con los cuatro primeros Fiat de su grupo revisados. Dos días después, el 2G3 sufría su primera baja definitiva, el capitán Bermúdez de Castro, uno de los héroes del combate del Jarama. Morato pudo desquitarse abatiendo dos Natachas el día 14, dos I-16 el 15 y otro Natacha el 18, con lo que llegaba a su vigésimosexta victoria.

En la ofensiva hacia Santander de agosto de 1937, el Grupo Morato no encontró aviación enemiga y actuó en misiones de ataque al suelo. El 25 de dicho mes el 2G3 se desplazó de Reinosa a Zaragoza, con motivo de la batalla de Belchite, y el 1 de septiembre Morato logró una nueva victoria sobre un I-15.

El 9 de septiembre de 1937 cedió a Salas el mando del 2G3 y pasó a desempeñar una comisión en Italia de dos meses de duración (14 de septiembre a 21 de noviembre). A su vuelta a España pasó a ser jefe de Operaciones de la Brigada Aérea Hispana; a pesar de ello no dejó de volar y desde diciembre hasta junio hizo un promedio de once servicios de guerra mensuales, la mayor parte en Fiat, pero también en toda clase de aviones.

El 10 de enero de 1938 se le concedió la Orden Imperial de las Flechas Rojas.

Al finalizar la batalla de Teruel, el 21 de febrero de 1938, Carlos de Haya perdió la vida en combate, quedando su cadáver en territorio enemigo. Procedente Haya del Cuerpo de Intendencia, al que también pertenecían dos de los principales jefes de la Aviación republicana, Ignacio Hidalgo de Cisneros y Antonio Camacho, Morato les dirigió la carta siguiente: “En el frente de Teruel, en las inmediaciones del puerto de Escandón, ha caído en combate el capitán Haya.

No me dirijo a los amigos de ayer ni a los enemigos de hoy; lo hago a vosotros, precisamente, por ser compañeros de Arma del finado. Su mujer solicita su cadáver. Yo hago mía su petición, y si algún día nos encontramos en el aire, antes de comenzar la lucha os saludaré reconocido. El comandante de la Aviación nacional, Joaquín García Morato”.

Esta carta la llevó el propio Morato hasta el aeródromo de Almuriente, sobre el que dio una pasada con su Fiat casi a ras del suelo, en cuyo centro la dejó caer.

En el período de calma entre la batalla de Teruel y la gran ofensiva de Aragón, el general Kindelán impuso a Joaquín García Morato la Cruz laureada de San Fernando en el aeródromo de Castejón, ante tropa formada y con la presencia de sus antiguos subordinados del Grupo 2G3.

Unos días después, el 12 de marzo de 1938, cuando Morato volaba solo sobre el frente, se encontró con una formación del 2G3, que le cedió automáticamente el mando. Cerca de Híjar, población a la que se aproximaban las vanguardias nacionales, combatió contra una veintena de I-15, dos de los cuales fueron derribados por él (victorias 29 y 30, pues el 10 de diciembre de 1937 había abatido un I-16).

A partir del 23 de mayo, disfrutó de un período de vacaciones que terminó el 8 de junio, fecha en la que retornó a Calamocha, en plena batalla por Castellón.

El 25 de junio, volando sólo por el frente, en misión de reconocimiento, sorprendió a una gran formación aérea de hasta cincuenta aviones, entre Natachas y cazas; atacó a los bombarderos, sin que los cazas se percataran, cuando la artillería antiaérea empezó a disparar asimismo. Dos de los Natachas resultaron derribados.

El 21 de junio de 1938 asumió el mando de un nuevo grupo Fiat, el 3G3, y a su frente abatió en la batalla del Ebro otros cuatro aviones, dos en agosto, uno en septiembre y otro en octubre.

El 29 de junio de 1938 fue nombrado consejero nacional de Falange Española Tradicionalista (FET) y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) y el 1 de octubre de 1938 comendador con placa de la Gran Cruz Imperial de las Flechas Rojas.

Joaquín García Morato fue derribado en combate el 3 de octubre de 1938, por primera y única vez en toda la guerra, y precisamente por un piloto de su propio grupo.

Acabada la batalla del Ebro a mediados de noviembre, Morato pudo disfrutar de unas nuevas vacaciones, que alargó algo más de lo previsto por enfermedad de una de sus hijas.

El 22 de diciembre comenzó la ofensiva de Cataluña y el día 24, yendo al frente del 3G3, sorprendió y destruyó a una escuadrilla de Natachas, de los que él mismo derribó tres (victorias 37, 38 y 39).

A finales de 1938 fue nombrado jefe de la Escuadra de Caza, que englobaba los grupos Fiat 2G3 y 3G3 y uno nuevo en formación, el grupo mixto 5G5. En este nuevo puesto obtuvo su victoria aérea n.º 40, sobre un I-15, el 19 de enero de 1939.

Los días 21 y 22 de febrero encabezó los desfiles aéreos sobre Barcelona y Tarragona, el 23 de febrero se le concedieron las Medallas Militares colectivas de los grupos 2G3 y 3G3 (DO, n.os 60 y 63), y el 28 de dicho mes desplazó la jefatura de la Escuadra a Salamanca.

Aquí probó los nuevos cazas Messerschmitt Me 109 asignados al 5G5 y en los días 10, 11 y 12 de marzo efectuó desde Griñón los primeros servicios de guerra con este tipo de avión. Terminó su acción bélica el 28 de marzo de 1939 con una protección de Aéreos sobre el frente de Ocaña-Aranjuez, al frente del grupo 3G3.

El 2 de abril fue en Fiat a Sevilla, de donde regresó el día siguiente. El 4 de abril despegó de Griñón con el 3-51, su compañero inseparable de toda la guerra, para simular un combate aéreo de su Fiat y un Messerschmitt contra un I-16 capturado. “El día era triste y gris; nubes muy bajas y una lluvia fina y pertinaz que dificultaba la visibilidad”, dice el libro Guerra en el Aire, que continúa: “De salida nos mete el corazón en un puño [...] con la velocidad mínima y unos cien metros de altura, se dejó caer virando 90º a la izquierda para pasar justo delante de nosotros, recuperando, con la rueda del patín de cola a muy pocos centímetros del suelo”.

Se tomaron las vistas como estaba previsto, aterrizaron el Me 109 y el aparato desde el que se tomaron las fotografías y quedaron en el aire el I-16 y el Fiat.

Guerra en el Aire dice: “Parece lo más probable que Morato quiso tomar tierra picando sobre el extremo del campo y en la misma dirección de entrada, para llegar al suelo, tirar y subir hasta quedar invertido, enderezar y terminar virando 180º al mínimo de velocidad, para llegar así al extremo del campo y tomar tierra”. Esta maniobra requiere que se haga todo al límite y esta vez el aparato se estrelló de panza antes de llegar al campo. De esta forma se truncó la vida de Joaquín García Morato, privando a la Aviación española del mejor y más completo de sus pilotos. La Medalla Militar individual se impuso al cadáver.  El cuerpo de Morato fue trasladado a Málaga, expuesto en el salón de sesiones de su Ayuntamiento, sacado a hombros por sus cazadores y enterrado en el cementerio de la capital andaluza el 5 de abril de 1939.

Al comenzar la Guerra Civil Morato tenía 1.860 horas de vuelo y en la contienda voló otras 1.012 horas (856 en cinco tipos de caza y 156 en otros 25 tipos de aviones); realizó 511 servicios de guerra, participó en 56 combates aéreos (con 144 encuentros individuales), y derribó 40 aviones enemigos.

A título póstumo, el 4 de septiembre de 1939 fue ascendido a comandante de Infantería por méritos de guerra (BO, n.º 249) y el 7 de marzo de 1940 (BO, n.º 67) se le concedió la Cruz del Águila Alemana de 3.ª Clase. “Concesión de los Marquesados de Saliquet y Queipo de Llano a los Tenientes generales de igual apellido, y el de Alborán, al Almirante D. Francisco Moreno Fernández. También se concede el título de conde del Jarama a D. Joaquín García Morato”, en ABC (Madrid), 1 de abril de 1950, págs. 15 y 16; Mientras que, el general Franco, prácticamente once años después de su muerte, le concedió por Decreto de 1 de abril de 1950 la merced de conde del Jarama, en la que sucedió su hija María José García Morato y Gálvez, primogénita de sus cinco hijas, por haber premuerto su único hijo varón a causa de una meningitis.

 

Obras de ~: “Vuelta a España”, en Revista de Aeronáutica (RA), n.º 27 (junio de 1934); “Acrobacia Aérea”, en RA, n.º 36 (marzo de 1935); “Psicología del alumno ante el vuelo acrobático”, en RA, n.º 39 (junio de 1935), págs. 283-286; “Un derivómetro práctico para pilotos”, en RA, n.º 46 (abril de 1936); Cuaderno de Vuelo [en Guerra en el Aire]; Guerra en el Aire, Madrid, Editora Nacional, 1940.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico del Aire, Hoja de Servicios de Joaquín García Morato.

“Concesión de los Marquesados de Saliquet y Queipo de Llano a los Tenientes enerales de igual apellido, y el de Alborán, al Almirante D. Francisco Moreno Fernández. También se concede el título de conde del Jarama a D. Joaquín García Morato”, en ABC (Madrid), 1 de abril de 1950, págs. 15 y 16; J. Gomá, Historia de la Aeronáutica Española, vol. II, Madrid, Gráficas de Huérfanos del Ejército del Aire, 1950; La Guerra en el Aire, Barcelona, Editorial AHR, 1958; J. Salas, La Guerra de España desde el Aire, Esplugues de Llobregat, Ariel, 1970; A. García Lacalle, Mitos y Verdades, México, Editorial Lito FOCET Fersa, 1973; J. L. Jiménez Arenas, Cadenas del Aire, Madrid, Librería Editorial San Martín, 1973; K. Ries y H. Ring, Legion Condor, Verlag Dieter Hoffmann, 1980; J. Larios, Combate sobre España, Madrid, Editorial San Martín, 1982; J. Salas, “El día más aciago de los NATACHAS. Nochebuena de 1938”, en Revista Aeroplano (Madrid, IHYCA), n.º 3 (junio de 1984), pág. 4; R. y J. Salas, Historia General de la Guerra de España, Madrid, Ediciones Rialp, 1986; N. Malizia, Ali nella tragedia di Spagna, Modena, Mucchi Editire, 1986; Instituto de Historia y Cultura Aérea, Historia de la Aviación Española, Madrid, IHYCA, 1988; F. Pedriali, Guerra di Spagna e Aviazione Italiana, Roma, Nuevo Studio Tecno, 1992; J. Salas, Guerra Aérea 1936/39, Madrid, IHYCA y Servicio Histórico y Cultural, 1998-2003, 4 vols.

 

Jesús María Salas Larrazábal

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