Armengol VI. Conde de Urgel. ?, c. 1100 – Castilla, 20.VI.1154. Noble.
Hijo de Armengol V y de María Pérez Ansúrez, condes de Urgel. Aparece por primera vez en la documentación en 1101 cuando sus padres le mencionan en una donación (“filio nostro amantissimo Ermengaudo”).
Huérfano al morir su padre en la frontera leridana en 1102, su vida hasta 1109 transcurre en los castillos condales de Urgel, especialmente Gerb, Agramunt, Ponts y Olius, junto a su madre, que desaparece hacia 1105, y su abuela Elo Alfonso. Su abuelo, Pedro Ansúrez, conde de Saldaña, Carrión y San Román de Entrepeñas, sufre el acoso en Castilla del bando de los condes Enrique y Raimundo de Borgoña, lo que facilita su instalación en Urgel al frente del condado. Pedro Ansúrez se intitula genéricamente conde (“Petrus gratia Dei comes”) y respeta la condición titular de Urgel para su nieto (“ego Petrus Azur et uxor mea Elo et nepos meus puer Ermengaudus Urgellensis comes”) si bien su función al frente del condado, asumiendo el reparto feudal de bienes, derechos y castillos termenados a los integrantes del ejército feudal, explica que ocasionalmente sea invocado como conde de Urgel (“Petrus comes Urgellensis”).
Su presencia facilita la introducción de novedades documentales castellanas en la escribanía condal, como el crismón, además de alternar las dataciones según los reyes franceses y de acuerdo con el sistema de la Encarnación.
Pedro Ansúrez, en nombre de su nieto, toma Balaguer en 1105, la segunda ciudad del distrito musulmán de Lérida, que confiando en el nuevo período almorávide se había negado a pagar las parias exigidas.
La conquista fue facilitada por el despoblamiento y la desestructuración de la ciudad islámica y por su aislamiento, al no recibir auxilios porque los almorávides estaban más atentos a la frontera occidental frente a Alfonso VI de Castilla. Ansúrez se siente desligado del pacto establecido en 1097 entre su yerno y el vizconde Guerau de Cabrera, que preveía la cesión en feudo de la ciudad a éste cuando se contemplaba que él la conquistase, tal como ya sucedió en 1101 para perderla inmediatamente. Es un replanteamiento aceptado por el vizconde tras negociar su presencia castlana en Balaguer. A partir de este acceso a la renta de Balaguer, en 1107 ambos pactan con el obispo de Urgel y el abad de Áger el reparto de las rentas eclesiásticas inherentes. También se renegociará el convenio que en vísperas de la conquista Pedro Ansúrez estableció con Ramón Berenguer III previendo su ayuda a cambio de la cesión de la mitad del dominio en Balaguer, Llorenç y Gerb y en poblaciones aún por imbricar (Algerri) o por conquistar, como Castelló, Algerri y Os, cesiones que no se materializarán.
En el mismo sentido estableció, también en 1105 un convenio con el rey Alfonso el Batallador de Aragón que preveía compartir las conquistas en Balaguer y su entorno tanto si llegasen primero las tropas de uno o de otro. En realidad, este convenio, en el que Pedro Ansúrez se dirige al rey aragonés como “domino meo rege”, ha de interpretarse en clave castellana, porque Pedro Ansúrez apoya decididamente el matrimonio del aragonés con la viuda Urraca ante la crisis sucesoria que se perfila en los últimos años del reinado de Alfonso VI, opción que finalmente se impone.
Así, en 1109 el ascenso al trono castellano de Urraca, casada con Alfonso el Batallador, permite a Pedro Ansúrez volver a Castilla y recuperar sus dominios castellanos, a los que en 1313 añadirá las mandaciones de Melga, Simancas y Cabezón y, aún más adelante, Torremormojón, además de centrarse en el desarrollo de Valladolid. El conde Armengol VI, todavía menor, se desplaza con sus abuelos a Castilla, con residencia familiar en Valladolid y con acceso a la Corte real a merced de la variabilidad de la convulsa situación política. Participa de los avatares políticos integrado en la familia Ansúrez, y ya en 1114 signa entre los confirmantes en una donación de propiedades que su abuelo efectúa a la iglesia de Valladolid.
Mientras, los dominios condales de Urgel están a cargo del vizconde de Áger, bajo cuya responsabilidad en 1114 se auxilia el condado de Barcelona ante el ataque almorávide.
El conde Armengol asume directamente el condado en 1115, motivo por el que se traslada a Urgel, donde resuelve cuestiones relativas a donaciones y tenencias feudales, incluyendo castlanías como la de Olius. El condado de Urgel que recibe es un territorio jurisdiccionalmente muy fragmentado y sin unidad social ni económica, percibido en una clara dicotomía entre “Montaña” y “Marca”. El norte está en gran parte en manos baroniales, destacando el vizconde de Urgel, que ahora asume la denominación particular de vizconde de Castellbó y que en 1135 recibe del conde el importante término castral de Castellciutat.
En el sur se centran los principales dominios condales, especialmente entre Balaguer, Agramunt y Ponts.
En el ámbito meridional debe respetar la capacidad jurisdiccional del vizconde de Áger, que en 1116 incorpora a sus propios dominios el valle de Farfaña, con Ós y Castelló. El acuerdo entre el conde y el vizconde Guerau de Áger incluye la boda del primero con la hija del segundo, Arsenda de Cabrera, efectuada en 1119. En 1136 establece un convenio con el vizconde Poncio de Áger, que reconoce la preeminencia condal a la vez que da pie a la aceptación de una amplia autonomía tras pactar el respeto mutuo en los respectivos dominios e incluso la herencia común en caso de muerte sin descendencia legítima.
De este modo, aceptando las respectivas autonomías jurisdiccionales, Armengol VI tiene buenas relaciones con los barones, y sus dos vizcondes frecuentan la Corte condal tal como ya efectuaban con su abuelo.
A partir de los años cuarenta, las tensiones se incrementarán progresivamente con el vizconde de Áger, en primer lugar con Poncio, apoyado en su ascensión en la Corte castellana, y a partir de 1145 con su hijo Guerau II, que ejerce un dominio muy autónomo del vizcondado.
En la misma línea baronial se sitúa la iglesia catedralicia, que amplía, gracias al conde, sus rentas y su capacidad jurisdiccional, al recibir derechos señoriales en numerosos lugares (1126), propiedades en varias poblaciones (1129, 1135, 1150) y de modo destacado en 1133 los bienes y derechos condales en el valle de Andorra y Arcavell, a cambio de mil doscientos sueldos.
También la canónica de Solsona resulta muy beneficiada, recalcando su acceso a rentas y jurisdicción en Gerb, Lladurs, Olius y Santaliña (1105, 1106, 1128, 1143, 1153) y la cesión de diversas propiedades y numerario (1110, 1128, 1129, 1130, 1131, 1147, 1153), además de numerosas iglesias (1128) y de derechos como exenciones de diezmos castlanes (1122). Las donaciones condales también favorecen a otras comunidades religiosas del condado, incluyendo la canónica de San Pedro de Áger (1107) y sobresaliendo Sant Serni de Tavérnoles (1106, 1136), que ha prestado dinero al conde con motivo de la campaña de Balaguer. Beneficia a las nuevas órdenes militares, empezando por el Temple, a quien ofrece Barberá (1132), y más tarde a los hospitalarios (1133), e incluye legados para ambos en su testamento definitivo de 1154. En el interior de la Iglesia, las actuaciones de Armengol VI refuerzan el poder episcopal, como sucede en 1116, cuando los tradicionales derechos condales sobre Santa Cecilia de Elins y Sant Serni de Tavérnoles son cedidos al obispo. Posteriormente, en 1134, impone la imbricación de ambos cenobios, con la sujeción del primero al segundo, y en 1141 protagoniza una sonada disputa al negarse a aceptar la elección del obispo Bernat Sanç, a quien encierra con sus electores, lo que finalmente le vale la excomunión emitida por el papa Inocencio II.
Tras la toma de Ivars en 1104 y la expansión vizcondal por el Farfaña en 1116, Armengol VI define el perfil definitivo del condado después de incoporar Albesa en 1122 y enlazar con Menárguens. En 1126 la victoria almorávide en Corbins desbarata las ambiciones expansionistas del conde de Barcelona y desdibuja el perfil extremo del condado urgelés. El conde Armengol mantiene una buena relación con Ramón Berenguer III, en cuya Corte está en 1125 y 1131, aprovechando para interceder a fin de que el conde barcelonés también beneficie la canónica de Solsona.
De hecho, familias como los Anglesola o los Montcada ejercen proximidad y protagonismo en ambas Cortes. Armengol VI también mantiene buenas relaciones con Alfonso I de Aragón, quien le reconoce su anterior apoyo familiar en Castilla, le confirma el dominio sobre Bolea y le ofrece bienes en la zona de Huesca. Invocando su señorío aragonés, el conde participa en la campaña sobre Zaragoza en 1118 y en 1134 forma parte de la Corte de Ramiro II que le arropa en Alagón y le acompaña a Zaragoza en la convulsa sucesión del Batallador. Significativamente, cuando Ramiro se desplaza hacia el interior ante la inminente llegada de Alfonso VII de Castilla reclamando la misma herencia, Armengol VI ya no le sigue y permanece en Zaragoza, donde pasa a formar parte de la Corte de quien es su señor por los dominios castellanos. El papel que Alfonso VII le concede sobre el territorio zaragozano justifica que el mismo Armengol VI, a lo largo de 1135, se presente como “ego Ermengaudus gratia Dei Urgellensium comes et marchio Saragocensis patrie”. Desde esta posición participa en las negociaciones de mediación entre el castellano y el aragonés, culminadas con la cesión a éste bajo feudo de los dominios disputados, y continúa interviniendo en el problema sucesorio de Aragón.
Contribuye a las relaciones entre Ramiro II y Ramón Berenguer IV de Barcelona que culminan con el compromiso de matrimonio de la recién nacida hija de Ramiro II y el conde barcelonés. Si bien en 1136 y mediados de 1137 Armengol sigue a la Corte del soberano castellano, según las confirmaciones de documentos emitidos en Toledo, Burgos, Cuenca de Campos y Palencia, antes de finalizar este mismo año el rey aragonés y los dos condes se encuentran en el condado de Urgel, desde donde Ramón Berenguer IV accede a sus nuevas responsabilidades sobre Ribagorza y Aragón.
El acuerdo satisface a todas las partes que atañen al conde Armengol VI, incluido el rey castellano, que entiende que por la vía aragonesa y zaragozana se asegura el vasallaje del conde de Barcelona.
Cuando en 1144 Ramón Berenguer IV se desplaza a Provenza para asegurar la sucesión de su sobrino menor de edad, Ramón Berenguer III de Provenza, Armengol VI le acompaña, junto a caballeros destacados de su Corte como Guillermo de Anglesola, Bernardo de Anglesola o Gombáu de Ribelles. El urgelitano procura que se respeten los derechos de su primo Bertrán, que en el condado de Forcalquier ha sucedido a su padre Guillermo, el hermano de Armengol V.
Poco después, la caída del imperio almorávide en manos almohades y la evidencia de que Ibn Mardanix no incluye los espacios islámicos noroccidentales en su proyecto andalusí animan a avanzar sobre la frontera leridana, que Armengol VI rompe en 1147 por Torrelameu y Alguaire. En 1148 el conde de Urgel y el de Barcelona pactan un convenio feudal que establece la conquista conjunta bajo preeminencia de Ramón Berenguer IV, quien dará en feudo la ciudad a Armengol VI, receptor también de una tercera parte de la ciudad y de derechos sobre Ascó. En el mismo año Ramon Berenguer IV toma Tortosa, campaña en la que no participa el urgelés, que se halla en Castilla por las mismas fechas. En 1149 materializan el convenio sobre Lérida. Armengol, como plasmación de la infeudación, se convierte en castlán mayor del término leridano y establece un baile propio en la ciudad, que deberá atender sus derechos y rentas castrales, definidas en cuatro de las doce caballerías en que se ha dividido el castillo termenado de Lérida.
Armengol VI, por parte de madre, ha recibido diversos bienes en Tierra de Campos, León, Castilla y Asturias, que ha atendido imbricado con el devenir de los Ansúrez. Precisamente, Pedro Ansúrez le ofrece la villa de Valladolid, más desarrollada que cuando había sido ofrecida a Armengol V como dote matrimonial. El segundo matrimonio de Armengol VI, efectuado en 1135, se efectúa en clave castellana pactando una doble unión: la hermana del urgelitano, la viuda Estefanía, se casa con el también viudo conde Rodrigo González de Lara, al tiempo que él mismo se une con la hija de éste, Elvira Rodríguez de Lara. La caída en desgracia ante el Rey de Rodrigo González de Lara en 1137 no arrastra a Armengol, que ese mismo año continúa participando en la Corte real, donde se le seguirá encontrando, con los paréntesis en que se ocupa de los asuntos catalanes en 1146 y en 1149, testificando documentos emitidos por el Rey. En algunos ha intercedido personalmente, como la concesión de la mezquita de Calatrava al arzobispo y canónigos de Toledo, emitido en 1149.
El conde Armengol participó muy activamente en la expansión castellana. La desmembración almorávide y el surgimiento de la alternativa andalusí —tejida en torno a Mustandir ibn ‘abd Al·làh ibn Hud, conocido como Saif-a-Daula o Zafadola, el hijo del último rey de Zaragoza— aportan un nuevo escenario, en el que Alfonso VII pretende alcanzar una amplia preeminencia sustentada en el acuerdo con Zafadola o, directamente, sobre la fidelidad de los señores musulmanes locales. Armengol VI forma parte activa de estas estrategias en la frontera meridional.
Tiene un protagonismo destacado al frente de las tropas castellanas en el oscuro lance que en 1146 cuesta la vida a Zafadola, muerte que no deja de beneficiar a Alfonso VII, pues evita que el andalusí adquiera un protagonismo vertebrador de los territorios islámicos. Ese mismo año acompaña al Rey en la campaña de Córdoba, y siguiendo a su servicio en 1147 combate en Almería, donde se encuentra con la pactada colaboración de Ramón Berenguer IV de Barcelona y donde protagoniza unas acciones armadas que merecen el elogio contenido en la Crónica Adefonsi Imperatoris. Armengol también participa en las posteriores incursiones de Alfonso VII en el valle del Guadalquivir, con las campañas de 1150 sobre Córdoba y de 1152 sobre Guadix. Las actuaciones en la frontera meridional le aportan el señorío sobre Calatrava. Él mismo lo ostenta en sus actuaciones en el espacio peninsular occidental: “comite Ermengaudo in Urgello et in Calatrava et in Valladolit”.
Los bienes en el Occidente peninsular también han servido a Armengol para beneficiar centros urgelitanos, como Sant Serni de Tavérnoles, que en 1109 recibe los diezmos percibidos explícitamente “in Castella et in Campiis et in Extrematura et in Asturiis”, además de una porción sobre las parias que percibiese en León. No obstante, por lo general el conde beneficia con estos bienes a centros castellanos, como Santa María de Valladolid, a la que en 1135 concede los lugares de Laguna y Tovar, en la actual provincia de Burgos. De modo especial promueve la penetración de nuevas Órdenes, como los cistercienses, a los que en 1143 y 1144 ayuda a asentarse en Vallbuena y en Cantabós (Santa María de la Huerta), y los canónigos premostratenses, para los que colabora en la fundación del monasterio de Retuerta por su tía Mayor, hija de Pedro Ansúrez, con donaciones como las efectuadas en 1145, y contribuye a la creación del monasterio de Nuestra Señora de la Vid, cuya fundación suscribe junto al Rey, erigiéndose en la segunda comunidad premostratense en la Península.
Armengol VI muere en Castilla en 1154. En su último testamento de 1144, expresa su voluntad de ser enterrado en Solsona, pero todo parece indicar que fue enterrado en Vallbuena del Duero (Palencia), donde había profesado su hermana Estefanía. Dejaba del primer matrimonio tres hijos, Armengol, Isabel y Estefanía, y del segundo sólo consta que le sobreviviera una hija, María. Son incorrectas, asimismo, las atribuciones de la paternidad de Galcerán de Sales o del obispo Bernardo Roger de Urgel, fruto de dificultades hermenéuticas en las interpretaciones documentales.
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Flocel Sabaté Curull