García, Aleixo (o Alejo). Alentejo (Portugal), c. 1485 – Jejuí (Paraguay), c. 1527. Navegante, explorador, sobreviviente de la armada de Solís y primer europeo en llegar al Perú.
Un grupo de sobrevivientes de la expedición de Juan Díaz de Solís se estableció en la isla de Yurúminrín (Santa Catarina, Brasil) en 1516. Este puñado de hombres se adaptó a los nativos del lugar, sus usos, costumbres y, sobre todo, su lengua. Estos indígenas eran los carios, perteneciente a la familia guaraní, y acogieron de buen grado a los náufragos en su aldea. Durante años estos expedicionarios compartieron la vida con los naturales.
Ruy Díaz de Guzmán escribió en su célebre obra Anales del Descubrimiento, Población y Conquista del Río de la Plata (1980: 94) el relato de una expedición importantísima para comprender la historia del Río de la Plata. Según el primer historiador paraguayo, salieron de la costa del Brasil hacia el oeste cuatro europeos acompañados de un contingente de indígenas, en busca de las minas de metales preciosos.
El líder y abanderado de la aventura fue Aleixo García, gran lengua, muy apreciado por los guaranís, tupís y tamayos. Atravesaron las selvas y corrientes hasta llegar a los saltos del Guairá, región que atravesaron hasta alcanzar el río Jejuí, por cuyo curso navegaron hasta desembocar en el río Paraguay.
Para entonces, según Ruy Díaz de Guzmán, García había obtenido el apoyo de “más de dos mil indígenas” (1980: 94). Con este cuerpo expedicionario encontró una ruta hacia el oeste cruzando por la región de los Itatines. En la travesía por el Chaco descubrió numerosas naciones indígenas con quienes sostuvo batallas, venciendo en algunas y perdiendo en otras.
Años más tarde, el capitán Domingo de Irala recogió un testimonio de uno de los indígenas que acompañó a Aleixo García: “Al siguiente día, trajeron a un indio, que hera pequeño de cuerpo, quien dijo llamarse Xagoaní y los guaraní le llamavan Maraaná y sin le preguntar nada dixo que el avia vivido y avia sido esclavo de García, que los indios le llamaban Maratya y le nombro por los dos nombres y quellos heran las que se nombraman Chanes [...] Preguntado como hablaban guarany y donde conoció al dicho García, dixo que la causa que hablaba guarany hera que en tiempos pasados, antes que García viniese del Brasil a los dichos Guaranís, se hizo una gran junta de los dichos guaranys en el puerto que llaman Ytatyn, para ir a buscar metal, y que pasando por su tierra dellos de noche, dieron en sus casas y mataron mucho de los suyos e prendieron a sus mugeres e hijos y a ellos truxeron al puerto Ytatyn por esclavos de los dichos guaranys, paso por allí el dicho García, con el qual el y otros dos hermanos fueron en busca del dicho metal con los dichos guaranys [...] Preguntado sy fue y anduvo con el dicho García hasta que volvió, dixo que sy” (Archivo General de Indias, Colección García Viñas, n.º 1093, cit. por R. Quevedo, 2005: 36).
Este nativo Maaraná fue requerido a relatar cuanto sabía acerca de la ubicación exacta de las minas de metales preciosos y de la ruta que tomó Aleixo García hasta ellas. Maaraná respondió: “Llegó hasta la generación que llaman Payçunos le dieron el dicho metal, y que desde ally se bolvyo por que se supo que una generación que se llama Corotoquis hazian gran junta contra el dicho García y los que con el fueron...
y se volvían por traer más xcrisptianos para volver con ellos el dicho metal [...]” (Archivo General de Indias, Colección García Viñas, n.º 1093, cit. por R. Quevedo, 2005: 36). Esta información es coherente con lo afirmado por Ruy Díaz de Guzmán, quien relató la entrada de García y su gente en la cordillera de los Andes por las fronteras de Mizque y Tomina, “hallando algunas poblaciones de indios vasallos del poderoso Inga, rey de todo aquel reino dieron con ellos robando y matando cuanto encontraron y pasaron adelante más de 40 leguas hasta cerca de los pueblos de Presto y Tarabucos donde les salió al encuentro mucha multitud de indios Charcas. Por lo cual dieron vuelta con tanta buena orden que se salieron de la tierra sin daño alguno dejando la puerta en gran temor y, toda la provincia de Charcas en armas [...]” (Ruy Díaz de Guzmán, 1980: 95).
Los portugueses y guaraníes apenas se salvaron de morir en la cordillera, pero retornaron cargados de oro y plata. El camino de regreso, sin embargo, todavía les depararía muchos sacrificios y peligros. Ruy Díaz de Guzmán narra que “[...] salidos los portugueses a los llanos con toda su compañía cargados de despojos de ropa, vestidos y muchos vasos, vajillas y coronas de plata y otros metales de cobre dieron vuelta por los mismos caminos y, por otros más cómodos que hallaron, padeciendo muchas necesidades, hambre y guerras, que tuvieron hasta llegar al Paraguay” (Ruy Díaz de Guzmán, 1980: 95).
Una vez que cruzaron el río Paraguay, internándose hacia la zona del río Jejuí, Aleixo García determinó enviar al capitán Martín Alonso de Sosa por medio de unos carios unas arrobas de plata y cartas informando de su travesía y descubrimientos. El explorador y sus acompañantes se establecieron en aquel lugar aguardando órdenes procedentes de San Vicente.
En una de las noches en aquel campamento Aleixo García y sus compañeros fueron atacados por los indígenas, quienes dieron muerte a todos, salvándose sólo el pequeño Aleixo, hijo del descubridor, nacido de una indígena en plena campaña.
Manuel Domínguez resume el periplo de este explorador: “Y así en 1525 el descubridor del Paraguay y de Charcas, el primero que se internó en la Tierra de Mbayáes, llegó a los Andes peruanos y penetró en los dominios del Inca, terminando su carrera cuando Pizarro no empezaba todavía la suya en el Perú [...]. Descubrió el Paraguay cuatro años antes que Gaboto, exploró el Chaco trece años antes que Ayolas, entró en Charcas trece años antes que las huestes de Pizarro. La historia le da este lauro a aquel gentil aventurero” (cit. por R. Quevedo, 2005: 40).
Fuentes y bibl.: Archivo Nacional de Asunción (Paraguay), Secc. Histórica, vol. 91.
J. C. Chaves, Descubrimiento y conquista del Río de la Plata y el Paraguay, Asunción, Nizza, 1968; R. Díaz de Guzmán, Anales del Descubrimiento, Población y Conquista del Río de la Plata, Asunción, Comuneros, 1980; R. Quevedo, “Alejo García, descubridor de nuestra tierra. Discurso de incorporación al Instituto Histórico y Geográfico del Brasil”, en Anuario de la Academia Paraguaya de la Historia (Asunción), vol. XLV (2005), págs. 31-44.
Roberto Quevedo y Julio Espínola