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Ambrosio Garcés de Marcilla y Cerdán

Biografía

Garcés de Marcilla y Cerdán, Ambrosio. Valencia, 30.V.1816 – Barcelona, 12.I.1859. Militar, científico, coronel del Ejército, teniente coronel de Ingenieros.

Era hijo del mariscal de campo Antonio Garcés de Marcilla y Llorens, barón de Andilla. Ingresó en la Academia de Ingenieros de Guadalajara el 17 de mayo de 1834, de la que salía como teniente, el 2 de octubre de 1837, al terminar los estudios en Madrid, donde se había trasladado provisionalmente la Academia a causa de la Guerra Carlista, con el número 4 de su promoción,

Su primer destino fue el Regimiento de Zapadores Minadores, con el que participó en los últimos años de la Primera Guerra Carlista, tomando parte con su compañía, en 1838, en acciones como los combates de los días 5 y 27 de febrero de 1838 en Baeza, Úbeda y Castril, donde quedó derrotada la partida carlista de Basilio Antonio García, conocido como Don Basilio. La participación de Garcés en estas acciones le valió la Cruz de Distinción concedida a quienes concurrieron a ellas, por Real Cédula de 25 de abril de 1838. Posteriormente, en ese último año, fortificaba los pueblos de Mestanza, Puertollano, Almodóvar del Campo, Argamasilla de Calatrava, Calzada de Calatrava, Aldea del Rey y Valenzuela, en torno a uno de los principales ejes de comunicaciones Norte-Sur, a través de Sierra Morena. Ascendido a capitán el 6 de diciembre de 1838, el 11 de enero de 1839, era destinado a las inmediatas órdenes del director-subinspector de Ingenieros de Valencia, llevando a cabo en ese año diversos reconocimientos y proyectos de fortificación en los pueblos de Cheste, Macastre y Faura, y encargándose al año siguiente de la Comandancia de Ingenieros y del detall de Alicante.

El 7 de enero de 1841 tuvo nuevo destino en la Dirección-Subinspección de Andalucía, donde se ocupó del detall de las plazas de Sevilla y Algeciras, y un año después, el 30 de enero de 1842, en la Comandancia y detall de Burgos y Logroño, desempeñando, además, funciones facultativas del servicio en Haro, Logroño y Calahorra.

Estando en Burgos en 22 de junio de 1843, se pronunció dicha ciudad y su castillo a favor del alzamiento nacional, contribuyendo Garcés a poner la población y castillo en estado de resistir un golpe de mano, por cuyos buenos servicios y por haber formado parte de la división del general Bayona que salió de Burgos sobre Madrid, le fue conferido por la Junta el grado de comandante de Infantería, confirmado por una Real Orden de 17 de mayo del año siguiente. Su siguiente destino fue, de nuevo, la Dirección-Subinspección de Ingenieros de Valencia, encargándose en diciembre de la Comandancia y detall de la plaza de Cartagena. En esta plaza le sorprendía la sublevación ocurrida el 1 de febrero de 1844. Garcés fue detenido al ir a reunirse con el general gobernador y, puesto más tarde en libertad, no quiso unirse a los sublevados, refugiándose en casa del cónsul de Francia hasta el 7 de marzo, cuando éste le permitió embarcarse en un barco de guerra francés que le trasladó a Alicante, donde la rebelión acababa de ser sofocada. Con anterioridad, y en la misma ciudad, tuvo una actuación destacada en la extinción del incendio que el 22 de mayo se declaró en la fábrica de tabacos, que le valió la concesión de la Cruz de San Fernando de 1ª clase

Desde Alicante pasó al cuartel general de las tropas enviadas por el Gobierno que sitiaban Cartagena, que finalmente capitulaba. Por su comportamiento en los sucesos de Cartagena, Garcés obtuvo el empleo de segundo comandante de Infantería. Continuaba hasta 1846 en la Dirección de Valencia, realizando en esta época, o en la de su anterior destino en Valencia, el plano del arrabal de la ciudad de Játiva, A partir de entonces pasó a ser teniente coronel graduado, segundo comandante efectivo de Infantería, capitán del Cuerpo de Ingenieros,

En 1846 formaba parte de la “Comisión de indagaciones militares”, comisión que formaba parte de aquellas organizadas por el ingeniero general D. Antonio Remón y Zarco del Valle, el cual mandó a varios profesores de la Academia, así como a otros oficiales de Ingenieros para que recorriesen Europa para conocer cuantos adelantos de las ciencias pudiesen ser de interés para el Cuerpo. Con el brigadier Gregorio Brochero al mando, entre abril de ese año (1846) y el 28 de enero de 1848, atravesó Francia, Bélgica, los Estados de la Confederación Germánica y Prusia, deteniéndose en las plazas de guerra que encontró a su paso, y desde Berlín pasó a Dinamarca, Suecia, Rusia, Turquía, Grecia, Italia, Austria, Hungría, Baviera y Württemberg, regresando a Berlín y por París a la península. Garcés obtuvo inmediatamente el grado de teniente coronel por los servicios prestados en la comisión, pasando destinado a la Dirección General del Cuerpo, en Madrid, encargado de redactar los correspondientes informes, concretados en dos memorias, presentadas como redactadas por Brochero y Garcés en 1848: una sobre el ejército ruso y los establecimientos militares de aquel imperio y otra sobre el ejército sueco, aparecidas, respectivamente, en 1852 y 1854. En el tiempo que pasó en Madrid, Garcés se encargó de algunas obras del distrito de Castilla la Nueva.

En 1850 fue destinado a la Dirección Subinspección de Ingenieros de Cataluña, donde participaba en la comisión encargada del plano general de Barcelona (ciudad en la que iba a residir prácticamente el resto de su vida) y del proyecto de ensanche de la plaza. Estuvo ocupado también en auxiliar a la de telégrafos militares ópticos de Cataluña. Un año después viajaba a Inglaterra, comisionado (pero sufragando él mismo sus gastos) para conocer los adelantos de la “exposición General de Industria” de Londres, ciudad en la que permaneció dos meses. En 1851, uno de los primeros encargos recibidos, era la elaboración del proyecto de un cuartel en Granollers que sería construido en el mismo año.

Garcés debe ser considerado el introductor de la telegrafía eléctrica en el ejército español e igualmente en el ámbito civil en España, ya que en 1851 había publicado su Tratado de Telegrafía Eléctrica, considerado como el primer estudio de tal tema en España. En el citado tratado, después de algunas consideraciones generales sobre la telegrafía, en las que se hace ver la superioridad del telégrafo eléctrico sobre los empleados hasta el día, divide la obra, para mayor claridad, en tres partes. 1ª histórica, 2ª teórica y 3ª descriptiva, terminando con un cálculo aproximado del coste del establecimiento en España de una línea telegráfica de esta especie.

En 1852 establecía una línea permanente de telégrafos en Barcelona que unía su Capitanía con los fuertes exteriores e interiores, así como con otras instituciones militares. Estas líneas, dotadas de telégrafos de cuadrante sistema Breguet, se establecieron en la ciudad Condal para sustituir a las anteriores ópticas. Se utilizaba el primer cable eléctrico documentado en España, una línea enterrada que terminó en 1853, año en el que publicó, para el servicio de la instalación, un Manual de telegrafía eléctrica para uso de los empleados en los telégrafos eléctricos militares de Cataluña, también primero en castellano en su clase.

Dos años después, otro ingeniero militar, D. José María Mathé y Aragua, dirigía el tendido de la línea (civil) de Madrid a Irún, con la que se iniciaba la red telegráfica del estado.

En 1854 pasaba a supernumerario, situación en la permanecería, sin volver al servicio activo, para trabajar junto al marqués de Salamanca en las líneas de ferrocarril que el citado prócer estaba construyendo en España. Dirigió la instalación del telégrafo eléctrico en la línea Barcelona-Mataró y Barcelona-Granollers en 1854, así como la construcción de la línea de ferrocarril Zaragoza, Huesca, Lérida, Tarragona, Barcelona y la Junquera, parte de la primitiva red del estado, con la “Real autorización en los trabajos de ferrocarriles”. También fue el promotor de la construcción y puesta en marcha de “La Hispana de Barcelona” (1852), una fábrica de ladrillos innovadora en su época.

Con fecha 30 de enero de 1855, ascendía a teniente coronel de Ingenieros. Era miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia y poseía, además de la Cruz de San Fernando, la Cruz Supernumeraria de la Orden de Carlos III y la categoría de caballero de la Orden del Águila Roja de Prusia.

 

Obras de ~: “Memoria sobre cales y morteros”, en Memorial de Ingenieros, t. IV (1849), págs. 7-85; W. Willesen, Teoría de la Gran Guerra, trad. del alemán de ~, Barcelona, 1850; A. Picot, Estudios sobre la defensa activa de las Plazas, trad. del francés de ~, Barcelona, 1851; Tratado de Telegrafía Eléctrica, Barcelona, Imprenta de Ramón Indar, 1851; “El Ejército Ruso y los establecimientos militares de aquel Imperio”, en Memorial de Ingenieros (1852); Manual de Telegrafía Eléctrica para uso de los empleados en los telégrafos eléctricos militares de Cataluña, Barcelona, 1853.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), exps. personales.

Estados (escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1837-1855; Índice Analítico de las Memorias, Artículos y Noticias del Memorial de Ingenieros, desde el año 1846 al 1920, Madrid, Imprenta del “Memorial de Ingenieros del Ejército”, 1925; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño et al., Historia del Arma de Ingenieros. Abriendo Camino, Madrid, Imprenta Grafoffset, 1997; J. Sánchez Miñana, “El ingeniero militar Ambrosio Garcés de Marcilla (1816-1859) y su contribución a la introducción del telégrafo eléctrico en España”, en Quaderns d'història de l'enginyeria, 6 (2004), págs. 161-223; M. Silva Suarez, Técnica e ingeniería en España. V: El Ochocientos. Profesiones e Instituciones civiles, Zaragoza, Real Academia de Ingeniería - Institución “Fernando el Católico” - Prensas Universitarias, 2007; J. Sánchez Miñana, “La Hispana de Barcelona (1852), una fábrica de ladrillos innovadora”, en Actes d'història de la ciència i de la técnica, nova época, 1, 1 (2008), págs. 217-229; A. Gil Novales, Diccionario biográfico de España (1808-1833). De los orígenes del liberalismo a la reacción absolutista, vol. II, Madrid, Fundación Mapfre, 2010, pág. 1219.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño