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Víctor de la Serna y Gutiérrez-Répide

Biografía

Serna y Gutiérrez-Répide, Víctor de laPunto y coma. Santander (Cantabria), 29.VI.1921 – Madrid, 30.I.1983. Periodista, diplomático y senador en las Cortes Constituyentes.

Primogénito de Víctor de la Serna y Espina y de María Gutiérrez Répide y nieto de Concha Espina, creció en una familia en la que “periodismo” y “literatura” eran palabras de uso cotidiano. Al sumarse su padre a la Redacción de El Sol, toda la familia se trasladó en 1930 a Madrid y allí prosiguió sus estudios, que durante la República siguió simultáneamente, a media jornada cada uno, en un colegio religioso y en un instituto público.

La Guerra Civil sorprendió a De la Serna veraneando en El Escorial, y con quince años estuvo retenido en el Monasterio cuando un grupo de milicianos no pudo localizar a su padre, entonces conocido periodista próximo a la Falange, para detenerle. Fue liberado por su corta edad, y pronto se refugió toda la familia en la Embajada de Chile, país natal de su padre. Tras abandonar España y pasar varios meses refugiada en Bélgica, la familia regresó a la zona franquista por San Sebastián.

Con sólo dieciséis años, De la Serna se alistó en el Ejército de Franco y participó, entre otras acciones, en la toma de Vinaroz el 15 de abril de 1938, que dejó definitivamente partida en dos la zona republicana. Tras la Guerra Civil terminó sus estudios de bachillerato e inició la carrera de Derecho en Madrid, pero en 1941 volvió a alistarse, esta vez en la División Azul, con la que participó en la campaña de Rusia hasta 1942, obteniendo varias condecoraciones, entre ellas la Cruz de Hierro con Hojas de Roble por actos de heroísmo.

De regreso a España, pronto inició en el diario Informaciones, que dirigía su padre, su carrera como periodista, que coincidió con su matrimonio con Ángeles Arenillas Asín, en 1945, con la que tuvo cinco hijos.

Primero ejerció como reportero, luego como crítico de cine y de teatro, y finalmente como redactor jefe en ese periódico y después en La Tarde y en El Alcázar.

Durante esos años fue, además, enviado especial en Alemania, Argentina, Oriente Medio y en el Norte de África, así como corresponsal de la agencia norteamericana Internacional News Service del Grupo Hearst.

Quizás por ello, en 1954 dio un vuelco su carrera al sumarse, llamado por Fernando Castiella —amigo y compañero de armas desde los tiempos de Rusia— al servicio diplomático, incorporándose como agregado (y luego consejero) de información a la Embajada de España en Suiza y a la Delegación de España ante la Sede Europea de las Naciones Unidas. Una de sus tareas a lo largo de nueve años en Suiza fue el restablecimiento de contactos con personalidades residentes en el exilio —como Salvador de Madariaga, Manuel Araoz, Luis Araquistáin y su hijo Ramón, José Herrera Petere...— dentro de una callada política diseñada por Castiella para normalizar en lo posible las relaciones con el exilio republicano y devolver sus pasaportes españoles a quienes los deseasen. Prosiguió tareas similares de 1963 a 1966 en la Misión de España ante las Naciones Unidas en Nueva York.

Llamado a Madrid por un grupo de bancos deseosos de preparar la modernización económica y política que ya se atisbaba en España, en 1966 fundó la sociedad de estudios Proinsa y en 1967 negoció en nombre de esas instituciones la compra del diario Informaciones, el mismo de sus inicios, del que fue consejero delegado, luego presidente y finalmente presidente del Consejo de Fundadores, hasta 1978.

En esos años, y dirigido por su hermano Jesús de la Serna, Informaciones se convirtió en una de las principales voces promotoras de la democracia antes y después de la muerte de Franco.

Los años de Informaciones sirvieron a De la Serna para desarrollar una de sus pasiones, la cultura del vino y la gastronomía, de la que se convirtió en uno de los cronistas más conocidos de España, bajo el seudónimo de Punto y Coma, cuyos artículos gastronómicos fueron recopilados después de su muerte en un libro titulado Parada y Fonda, en cuyo prólogo Camilo José Cela lo describía como “compañero, conmilitón, cofrade, colega y correligionario” y “uno de los hombres que mejor han comido y han bebido en España desde el Concilio de Trento”. Cofundador en 1971 de la Academia Internacional del Vino en Suiza, la presidió de 1975 hasta su muerte.

Nombrado senador por el S.M. el Rey, participó activamente en las tareas de redacción de la Constitución de 1978. Pero ya entonces empezó a sentir los efectos de una enfermedad degenerativa que provocó su prematura muerte a los sesenta y un años de edad a principios de 1983.

 

Obras de ~: con N. Arenillas, De quesos y vinos, Madrid, Arnao, 1987 (col. Fuegolento); Parada y Fonda, Barcelona, Tusquets, 1987.

 

Fuentes y bibl.: A. López de Zuazo Algar, Catálogo de periodistas españoles del siglo XX, Madrid, Antonio López de Zuazo Algar, 1981; http://www.senado.es/web/composicionorganizacion/senadores/composicionsenado/fichasenador/index.html?legis=0&id1=12181.

 

Víctor de la Serna y Arenillas

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