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Félix de Urgel

Biografía

Félix de Urgel. ?, m. s. viii – Lyon (Francia), 818. Obispo, teólogo, conciliarista, hereje.

Félix, monje en el cenobio de San Saturnino de Tabernoles (Sant Sadurní de Tavèrnoles, cerca de Urgel, en Lérida) y luego obispo de Urgel, fue el principal difusor y promotor por todo el noreste hispano y más allá de la frontera natural que representan los Pirineos de la doctrina adopcionista, fundamentada y defendida por el arzobispo Elipando de Toledo. Esta concepción cristológica, declarada herética, consideraba a Cristo hijo natural de María pero sólo hijo adoptivo de Dios. Tan principal fue la actuación de Félix en la fortuna del adopcionismo que la herejía también fue conocida a menudo como “feliciana” y muchos consideraron a Félix maestro de Elipando. Compuso distintas obras, pero de todas ellas sólo se ha conservado la Confessio fidei, la confesión de fe que escribió a continuación de su abjuración en el Concilio de Aquisgrán (799-800). No obstante, se sabe que elaboró un tratado titulado Disputatio cum Sarraceno y otro denominado Sermo prolixus, en el que Félix se ratificaba en sus posiciones adopcionistas. Además a Félix de Urgel se atribuyó durante algún tiempo la autoría del tratado De uariis quaestionibus aduersus Iudaeos seu ceteros infideles uel plerosque haereticos iudaizantes ex utroque Testamento collectus, también atribuido en el pasado a Isidoro de Sevilla, pero esta hipótesis está actualmente descartada.

A partir del año 785, fecha en la que se forjó la alianza intelectual entre Félix y Elipando, el obispo urgelitano se esmeró en legitimar y predicar la doctrina adopcionista gracias a su prestigio en los territorios de la Marca Hispana y Aquitania. En 789 Alcuino de York se dirigió a Félix tratando de atraerse su favor, pero el obispo de la sede de Urgel se mantuvo firme en su vínculo con Elipando. En el año 792 Carlomagno decidió celebrar un concilio de obispos en Ratisbona al que acudió Félix. Una vez allí, éste hizo una exposición de la doctrina adopcionista ante el propio Carlomagno y los grandes teólogos del occidente europeo, entre los que estaban Paulino de Aquileya y Alcuino de York, pero no tuvo éxito y fue disuadido de su error, que hubo de purgar por medio de la abjuración. Acto seguido Carlomagno hizo que Félix fuera conducido a Roma para reiterar la abjuración en presencia del papa Adriano I.

Sólo después de cumplir su segunda abjuración le fue concedido volver a Urgel. Pero Félix no se detuvo allí, sino que se adentró en el territorio regido por los musulmanes para escapar así de la autoridad de Carlomagno y encontrar protección en Elipando. Aunque el arzobispo de Toledo remitió cartas en nombre de los obispos de Hispania a Carlomagno defendiendo la inocencia de Félix, en el Concilio de Frankfurt de 794 fue ratificada la condena del adopcionismo por toda la Iglesia europea occidental. Mas esto no fue óbice para que el adopcionismo siguiera cobrando vigor y propagándose por toda Hispania y por ello en el año 798 el papa León III decidió excomulgar a Félix si no rectificaba.

En el año 799 o el 800 Alcuino invitó a Félix a un debate doctrinal, a celebrarse en el palacio real de Aquisgrán, en el que pudiera exponer y defender abiertamente sus tesis ante una asamblea de obispos y teólogos, invitación que el obispo de Urgel aceptó.

Tras una semana de controversias y disputas, Félix acabó por doblegarse y abjuró por tercera vez de sus errores. De Aquisgrán fue llevado a Lyon, donde quedó confinado y sometido a la vigilancia de Agobardo de Lyon. Pero, según parece, Félix en su fuero interno siguió convencido de la rectitud de la doctrina adopcionista, pues Agobardo afirma que continuó sosteniendo falsas ideas y que, ya muerto, se halló entre sus cosas un escrito a modo de catecismo adopcionista. La censura de los teólogos carolingios logró que ninguna de las obras doctrinales de Félix se conservara para la posteridad.

 

Obras de ~: Confessio fidei A. Werminghoff, MGH, Concilia, vol. 2,1 (Concilia Aevi Karolini), Hannover-Leipzig, Hahn, 1906 (reimp. München, MGH, 1997), págs. 221-225.

 

Bibl.: J. Madoz, “Una obra de Félix de Urgel falsamente atribuida a San Isidoro de Sevilla”, en Estudios Eclesiásticos, 23 (1949), págs. 147-168; M. C. D íaz y Díaz, “Félix”, en Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 912; J. Perarnau (ed.), Feliu d’Urgell. Bases per al seu estudi, Barcelona, Facultat de Teologia de Catalunya, Societat Cultural Urgel·litana, 1999; J. Perarnau (ed.), Jornades internacionals d’estudi sobre el bisbe Feliu d’Urgell. La Seu d’Urgell, 28-30 de setembre de 1999. Crònica i estudis, Barcelona, Facultat de Teologia de Catalunya, Societat Cultural Urgel·litana, 2000; U. Domínguez del Val, Historia de la antigua literatura latina hispano-cristiana, vol. V, Madrid, Fundación Universitaria Española, 2002, págs. 201-249.

 

David Paniagua Aguilar

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