Viedma, Andrés de. ?, XVI – Estrecho de Magallanes, 1587. Marino y explorador.
Capitán en la expedición de Flores Valdés y Sarmiento de Gamboa para consolidar la presencia española en el estrecho de Magallanes. En mayo de 1584, después de ser fundadas las pequeñas villas australes de Nombre de Jesús y Rey don Felipe, Sarmiento de Gamboa regresó a España y dejó a Andrés de Viedma al frente de los cuatrocientos colonos de las dos ciudades.
Cuando el invierno se hizo insoportable, los habitantes de Nombre de Jesús se trasladaron a Rey don Felipe, donde llegaron en agosto de 1584. Allí Viedma organizó a los colonos para tratar de sobrevivir.
Se da cuenta que en una misma ciudad no sobrevivirían todos, y envía a la mitad, unos doscientos militares de regreso a Nombre de Jesús, dejando el Rey don Felipe a los colonos. Durante año y medio la población fue diezmada por los continuos ataques de los indios, el intenso frío y el hambre crónica.
Ante la terrible perspectiva de un nuevo invierno, y perdidas las esperanzas de recibir el auxilio prometido por Gamboa, Viedma embarcó a la mitad de los colonos en unos rústicos barcos e intentó salir del estrecho en busca de ayuda. Fracasado el intento, Viedma busca una nueva alternativa de escape, esta vez terrestre. A finales de 1586 Viedma y unos veinticinco colonos supervivientes inician la marcha hacia Rey don Felipe para unirse a los soldados.
Cuando por fin han podido juntarse los escasos supervivientes de uno y otro grupo y mientras decidían qué hacer, el 7 de enero de 1587 aparecieron las naves del pirata británico Cavendish. El corsario inglés les negó el socorro, destruyó las casas de Rey don Felipe, tomó los cuatro cañones salvados del naufragio y sólo permitió subir a bordo de su barco al afortunado Tomé Hernández. Aquel paraje desolado, lleno de cadáveres y cuerpos hambrientos fue nombrado como Puerto Hambre, como se le conoce todavía hoy.
El capitán Viedma y los veintitrés infortunados hombres que todavía permanecían vivos, fueron abandonados a su suerte. Viedma determinó que la única salvación era caminar hacia el norte a fin de encontrar el camino al Río de la Plata. Jamás se supo de ellos.
Bibl.: J. Oyarzun, Expediciones españolas al estrecho de Magallanes y Tierra de Fuego, Madrid, Ediciones de Cultura Hispánica, 1999; J. M.ª González Ochoa, Quién es Quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Editorial Acento, 2003.
José María González Ochoa
