Riquelme, Alonso. España, p. s. XVI – ?, s. XVI. Oficial real, tesorero.
Fue el encargado de recoger el quinto real durante la conquista de Perú. Hombre codicioso y burócrata, infundió mucho respeto y temor al propio Francisco Pizarro por representar la ley y la Corona. El historiador peruano Porras Barrenechea lo considera uno de los “verdaderos buitres de la conquista”. Llegó a Cajamarca con la hueste de Almagro el 29 de abril de 1533, justo para el reparto del rescate de Atahualpa.
Presionó para que rápidamente se fundiera el oro y la plata de todas las obras de orfebrería acumuladas con el botín. Tampoco dudó nunca en que había que ejecutar al Inca, echando sobre la conciencia de Pizarro cualquier consecuencia negativa que mantenerlo con vida supusiera para la Corona. Uso el rumor y la calumnia para hacer creer que los restos del ejército nativo iban a atacar a los españoles por orden de Atahualpa.
Posteriormente, durante la marcha hacia Cuzco quedó al mando de las tropas de retaguardia con parte de los tesoros y el oro fundido para el Rey. Pero no alcanzó Cuzco, pues permaneció en Jauja donde poco después debió hacer frente a un ataque de las tropas de Quizquiz. Gracias a la ayuda de los indios huancas pudo defender la ciudad y salvar el oro.
Pizarro se lo agradeció dándole numerosos indios y varias encomiendas.
Finalmente, en 1536 conoció la antigua capital inca, allí fue nombrado tesorero y representante de la Corona. Permaneció en Cuzco durante el asedio de Manco Inca, y posteriormente ejerció con celo su cargo, al tiempo que vigilaba y aumentaba su extensa fortuna.
Bibl.: J. M.ª González Ochoa, Quién es Quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Editorial Acento, 2003.
José María González Ochoa