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Ángeles Vicente García

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Biografía

Vicente García, Ángeles. Murcia, 28.I.1878 – ?, s. XX. Escritora.

Rebelde, espiritista, masona, con claros matices de librepensadora, Ángeles Vicente publicó sus principales obras en el primer decenio del siglo XX, con una temática repartida entre la crítica social, la defensa de los derechos de la mujer, el espiritismo, los registros de la mente, la literatura científica o ciencia-ficción e, incluso, la erótica, incluidas las relaciones lésbicas, es decir, temas, algunos de estos, inhabituales en una escritora española de principios de la pasada centuria. La singularidad de su literatura está relacionada, sin duda, con el hecho de que su vida transcurre entre España y Argentina, en el momento crucial de entresiglos –finales del siglo XIX y principios del XX–, cuando se liquidó el viejo mundo y arrancaban los cambios de la modernidad que alcanzó de modo muy especial a la mujer.

Ángeles Vicente nació el 28 de enero de 1878, en Murcia. Son datos que aparecen en el padrón municipal del Archivo de la Villa de Madrid del año 1910. La Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, en edición de 1929, señala que, a los diez años, en 1888, marchó a América con su familia, donde estuvo hasta los 28 años, es decir, hasta 1906.

En el rico ambiente cultural de la Argentina de fin de siglo transcurrió, pues, su pubertad y juventud, es decir, su etapa de formación. El célebre novelista Felipe Trigo, en el prólogo a la primera novela de la autora, Teresilla (1907), resume bien este aprendizaje, que será clave para entender muchos rasgos de la mujer y de la escritora, aludiendo a sus lecturas, a su afición por la música, a su iniciación en el espiritismo y a su defensa de la mujer. La variedad de la literatura de Ángeles Vicente permite deducir la huella de algunos autores de gran popularidad en la Argentina finisecular, que la futura escritora pudo haber leído, como Juana Manuela Gorriti (1818-1892) y Eduardo L. Holmberg (1852-1937). Ambos cultivan temas psicocientíficos y, en el caso de Holmberg, el espiritismo y la ficción científica. Son temas no frecuentes en la literatura española de la época y, sin embargo, están presentes en la obra de Ángeles Vicente.

En el espiritismo, de fuerte arraigo en Argentina desde 1870, se inició a edad temprana: “Era aún muy niña”, dice en el cuento “Algunos fenómenos psíquicos de mi vida”, del libro Sombras (1910). El espiritismo y sus comunicaciones con el más allá, en hábil combinación con los estados de la mente como el delirio, las experiencias oníricas, la alucinación, la hipnosis, alcanzan alto grado de originalidad en los cuentos de Ángeles Vicente y muestran su condición de espiritista no convencional, que llega a parodiar en alguno de sus relatos a los espiritistas canónicos.

Y en Buenos Aires ingresó en la masonería. La revista bonaerense Caras y caretas (29. VI.1901, págs. 22-23) en el artículo “Instalación de una logia masónica” –según indica, se trata de la logia “Unión Justo, número 206”, en Buenos Aires– aparece una fotografía de Ángeles Vicente, luciendo la banda propia de los miembros de una logia. El pie de fotografía la presenta como “iniciadora de las logias de mujeres” y el artículo destaca que el acto “fue iniciado por la hermana maestra Sra. Ángeles V. de Elormendi quien pronunció el discurso oficial” y contribuyó a amenizar la sesión interpretando dos piezas musicales al piano. Elormendi era el apellido de su marido, Cándido Elormendi, de origen vasco, jefe de Policía de la provincia argentina de Formosa, profesión que permitió a Ángeles Vicente vivir en la región del Chaco, que refleja en los cuentos “Cuadros americanos”, publicados en el diario El Imparcial, entre 1913 y 1915.

En 1906, se trasladó a Milán, donde permaneció hasta principios de 1907, según testimonian las tres primeras cartas de la autora dirigidas a Unamuno, de las siete –entre 1906 y 1914– localizadas por Sara Toro Ballesteros, que muestran la relación amistosa entre ambos y aportan diversos datos sobre la vida de la autora. En Milán prosiguió su trabajo y se integró en el mundo literario.

A principios de 1907, regresó a España y, con estancias en Cartagena –presumiblemente, su ciudad natal–, se estableció en Madrid, donde, con el padrinazgo de Felipe Trigo, autor del prólogo a su primera novela, se introdujo en los círculos literarios, hizo amistades, sufrió también amargas decepciones y, sobre todo, allí publicó sus obras. Los padrones del Archivo de la Villa de Madrid, además de indicar sus domicilios madrileños, ofrecen otros datos de interés, como su condición de cabeza de familia y su profesión de escritora, lo que confirma que vivía de su trabajo y no la acompañaba su marido, sino una sirvienta y su padre, José Mª Vicente Nicolás, que falleció, el 24 de agosto de 1912. Y en Madrid dio a conocer su obra. Colaboró en diversos medios periodísticos como como Blanco y Negro, El Imparcial, Excelsior, El Día, El País, Vida socialista, Diario Oficial de Avisos de Madrid, España Médica, La Unión Ilustrada, La luz roja, Ateneo, Voluntad –de Cartagena–, etc. Y, sobre todo, publicó cuatro importantes libros en destacadas editoriales. En su primera novela, Teresilla (1907), plantea una denuncia que será constante en su literatura posterior, coincidiendo con la mayoría de las escritoras de la época: la caída en la prostitución de una joven seducida y abandonada por un matón donjuanesco. Su segunda novela, Zezé (1909) –la de mayor resonancia–, es un itinerario existencial de la protagonista, incluido el amoroso-sentimental, siendo uno de los primeros relatos españoles de autoría femenina que recoge experiencias lésbicas, lo que motivó numerosas críticas en la prensa, algunas agresivas y de fuerte misoginismo, que causaron desazón y amargura en la autora. Además, publicó dos libros de cuentos: Los Buitres (1908) y Sombras. Cuentos psíquicos (1910), donde Ángeles Vicente muestra sus mejores dotes de narradora, participando de la rica expansión del cuento en las primeras décadas del siglo XX con aportaciones no comunes en la literatura femenina de su tiempo: junto a la crítica social, presente en toda su obra, en sus cuentos hay contenidos relacionados con la llamada literatura fantástica: registros y perturbaciones psicológicas de la mente (sueño, delirio, alucinación, depresión, locura, hipnosis), comunicaciones con el más allá en el marco espiritista y experimentación biológica y tecnológica (ciencia ficción). Nunca escribió poesía y en el teatro se introdujo fugazmente, con resultados poco afortunados. Colaboró, junto al dramaturgo Manuel Linares Rivas, en la versión de La desertora –traducción de La déserteuse, del francés Eugène Brieux– que se estrenó en el Teatro de la Zarzuela (17.IX.1915). La obra fue un fracaso como recoge la prensa de la época.

En 1916, Ángeles Vicente regresó a Argentina. Sara Toro Ballesteros localiza este dato en el Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos, de Buenos Aires, constatando que “el 28 de octubre de 1916 volvió a Buenos Aires a bordo del buque Catalina, que partió de Cádiz”. El mismo documento indica que, en ese momento, la autora tenía 38 años y su estado civil era el de viuda. Se desconoce todavía si este regreso sería definitivo, así como el lugar y fecha de su muerte y dónde vivió sus últimos años. Nos han quedado sus obras, testimonio de su condición de singular mujer y singular escritora.

 

Obras de ~: Teresilla (Novela), Madrid, Librería de Pueyo, 1907 (Sevilla, Renacimiento, 2020); Los Buitres (Cuentos), Madrid, Librería de Pueyo, 1908 (Murcia, Editora Regional, 2006); Zezé, Madrid, Librería de Fé, 1909 (Madrid, Lengua de Trapo, 2005); Sombras. Cuentos psíquicos, Madrid, Librería de Fé, 1910 (Madrid, Lengua de Trapo, 2007); E. Brieux, La desertora, trad. de ~ y M. Linares Rivas, 1915.

 

Bibl.: Á. Ena Bordonada, “Prólogo”, en A. Vicente, Zezé, Madrid, Lengua de Trapo, 2005, págs. IX-LXI; Á. Ena Bordonada, “Introducción”, en A. Vicente, Los Buitres. Cuentos, Murcia, Editora Regional, 2006, págs.7-42; Á. Ena Bordonada, “Entre el espíritu y la carne: Ángeles Vicente, una espiritista en el campo de la erótica”, en A. Cruz Casado (ed.), Bohemios, raros y olvidados, Córdoba, Diputación de Córdoba-Ayuntamiento de Lucena, 2006, págs.111-148; R. Jiménez Madrid, El cuento en Murcia en el siglo XX y otros ensayos, Murcia, Universidad de Murcia, 2006, pág. 22; Á. Ena Bordonada, “Prólogo”, en A. Vicente, Sombras. Cuentos psíquicos, Madrid, Lengua de Trapo, 2007, págs. X-LXIII; A. Cabello-García, “El escenario como espacio de libertad: La imagen de la cupletista en las novelas de Fernando Mora y Ángeles Vicente”, en P. Nieva et al.(eds.), Mujer, literatura y esfera pública: España 1900-1940, Philadelphia, Society of Spanish and Spanish-American Studies, 2008, págs. 95-109; J. Belmonte Serrano, “Contra el estúpido donjuanismo”, en La hora crítica, Murcia, Ediciones Tres Fronteras, 2008, págs. 191-192; A.Casas, “El cuento modernista español y lo fantástico”, en T. López Pellisa y F. Moreno Serrano (eds.), Ensayos sobre ciencia ficción y literatura fantástica: actas del Primer Congreso Internacional de Literatura Fantástica y Ciencia Ficción, Madrid, Asociación Cultural Xatafi - Universidad Carlos III de Madrid, 2009, págs. 358-378, especialmente págs. 360-369; S. Toro Ballesteros, “Don Juan de América”, en Gramma, 1, nº extra 3 (2010), págs. 361-368; S. Toro Ballesteros, “Esculpir la niebla. Ocho cartas inéditas de Ángeles Vicente a Unamuno”, en Journal of Hispanic Modernism, 2 (2011) [en línea], disponible en https://studylib.es/doc/7666909/journal-of-hispanic-modernism.-issue-2; F. J. Díez de Revenga, “Ángeles Vicente, escritora modernista olvidada”, en Magazine Modernista. Revista Digital para los curiosos del Modernismo, 9 de mayo de 2011 [en línea], disponible en http://magazinemodernista.com/2011/05/09/angeles-vicente-escritora-modernista-olvidada/; A. Jaureguízar, “Narraciones españolas del fin del mundo. III. Los cuentos”, en Arbor: Ciencia, pensamiento y cultura751 (2011), págs. 949-959, en especial pág. 956; C. Arias, “Librepensamiento y espíritu libre: una alternativa femenina en la novela Zezé de Ángeles Vicente”, en M. Soler y M. T. Navarrete (eds.), El viento espira desencanto, Roma, Aracne, 2013, págs.73-92; M. Ferrer, “Escritura y patología. La maquinaria anti-espiritista ante el simbolismo hermético: Ángeles Vicente y Emilio Carrere”, en M. Soler y M. T. Navarrete (eds.), El viento espira desencanto, Roma, Aracne, 2013, págs.83-92; S. Toro Ballesteros, Viaje al mundo de las almas: la narrativa breve de Ángeles Vicente, Granada, Universidad de Granada, 2014; Á. Ena Bordonada, “Espiritismo, hipnosis y locura: Los cuentos de Ángeles Vicente”, en D. Romero (coord.), Los márgenes de la modernidad, Sevilla, Punto Rojo Libros, 2014, págs. 213-241; A. Fernández González, Zeitgeist modernista y el universo literario de Ángeles Vicente: Narrativa femenina de principios del siglo veinte, Stony Brook, Stony Brook University, 2014; Á. Ena Bordonada, “Ángeles Vicente, narradora erótica, espiritista y de ciencia ficción, en la prensa”, en P. Palomo y C. Núñez (eds.), Sofía Casanova y las periodistas de entresiglos, Madrid, Espéculo, 2016, págs. 34-48 [en línea], disponible en https://webs.ucm.es/info/especulo/Sofia_Casanova_y_las_periodistas_de_entresiglos_eLibros_1_Especulo_2016_UCM.pdf; E. Llergo e I. Ceballos, “El gracioso desdén de la diosa Fortuna. Segundones de la literatura española: Ángeles Vicente”, en Rinconete, 10 de diciembre de 2015, [en línea], disponible en https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/diciembre_15/10122015_01.htm; A. Holloway, “Para usted soy siempre yo: A Picaresque Double Act in Ángeles Vicente’s Zezé (1909)”, en Bulletin of Spanish Studies, 95, 2-3 (2018), págs. 205-222; Á. Ena Bordonada, “Introducción”, en A. Vicente, Teresilla, Sevilla, Renacimiento, 2020 (Col. Rescate), págs. 9-62.

 

Ángela Ena Bordonada

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