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Ana Caller de Donesteve

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Biografía

Caller de Donesteve, Ana. Ana de Pombo, Ana de España. La Cavada (Cantabria), 1895 – Madrid, 14.XII.1980. Modista, bailarina, decoradora y escritora.

Ana Caller de Donesteve nació en la finca familiar de La Cavada, Santander en 1895. Sus padres, Francisco y Elvira, pertenecían a la aristocracia y su madre Elvira de Donesteve era, además, latifundista en Extremadura. De ésta última heredó un formidable oído musical al calor de los grandes vihuelistas y compositores del siglo XVIII pertenecientes a su familia materna

A los 17 años contrajo matrimonio con Cayo de Pombo Ibarra, miembro de una “vieja familia santanderina”. Eran muy distintos de temperamento y ella mucho menor que él. El matrimonio, que tuvo dos hijos, Cayo –padre del futuro escritor Álvaro Pombo– y Álvaro, duró doce años y por consejo de Gregorio Marañón y Sánchez Covisa, que cuidaban la neurastenia crónica de Cayo Pombo se disolvió en París, última residencia de la pareja, en 1924.

Ese mismo año, Ana fundó la casa de modas Elviana, contracción de su nombre y el de su hermana mayor Elvira, convertida en Mme.Chappuis por su matrimonio con un directivo de la casa Citroën. Gracias a los contactos de Elvira y al apoyo de su majestad la Reina Doña Victoria Eugenia a Ana –su antigua Dama de Honor en Santander–la casa, situada en el entorno de la Madeleine, prosperó tanto que llegó a oídos de un nombre máximo en el París de entreguerras: Chanel.

Chanel, en efecto, incorporó a Ana de Pombo –siempre guardó su apellido de casada que le gustaba mucho más que el de Ana Caller– a su staff como secretaria y directora de las primeras filiales de Chanel en Biarritz y Deauville. Ana consiguió arrastrar a sus amistades santanderinas a estas dos ciudades costeras y que ambas filiales funcionaran à merveille en los años treinta.

Pero las intrigas del círculo íntimo de Chanel enviciaron esa prometedora relación que duró de 1930 a 1936. Coincidiendo con la oferta de la casa Paquin de convertirse en su directora artística, Ana de Pombo aceptó y vino a ejercer este puesto entre 1936 y 1942, con tal éxito que Paquin abrió filiales en Londres y Buenos Aires dirigidas por la propia Ana desde Paris.

Un aire español de boleros, volantes y amplias faldas de vuelo, invadió la venerable casa de Alta Costura que en los años 30 contaba con 2.900 empleadas a su cargo. Ana inventó incluso el “ciamono”, un tejido elástico precursor de la Lycra, elaborado por tejedores de Lyon, y que permitía moldear el cuerpo sin vulgaridad y darle una gran elasticidad de movimientos.

Justo lo que ella había experimentado haciendo reproducir en la propia casa Paquin su fabulosa colección de trajes regionales españoles con los que bailaba desde 1939 y se mostraba al público en danza libre de expresión, con el nombre de Ana de España  y en escenarios consagrados de París, Madrid, Buenos Aires, Montevideo o Granada, en cuyo majestuoso escenario de la Alhambra y durante los actos de la festividad del Corpus Christi, ante 3.500 espectadores, se retiró de la escena pública en junio de 1943.

Los catálogos que se conservan de estas actuaciones son verdaderos documentos de la historia de la Música y la Danza española. Ella bailaba e interpretaba con sus “castañuelas científicas” –según su gran amigo Jean Cocteau–la música de Albéniz, Falla, Granados, Turina con pianistas de la talla de Manuel Infante, Mercedes Miracle o Rafael Arroyo.

En 1942 dejó Paquin en manos de su compatriota Antonio Cánovas del Castillo y, con la inmensa fortuna que había ganado en estas casas, se permitió abrir sus propias casas de moda, primero en París y luego en Rio de Janeiro, Montevideo y Buenos Aires, donde recaló desde 1945 a 1949, abriendo una gran casa en la avenida de La Florida. De allí salió vestuario para el teatro de Dolores del Río y para las actrices Lola Membrives y Zully Moreno, así como el gran vestido de gala que lució Eva Perón en el Palacio Real de Madrid en su célebre viaje a Europa de 1947.

En Buenos Aires, Ana contrajo su tercer matrimonio –el segundo, civil, y con el arquitecto uruguayo Fernando Capurro fue muy efímero– con Pablo Olivera Ramos-Mejía, arquitecto y decorador, perteneciente a una poderosa familia bonaerense, 22 años menor que ella y deseoso de triunfar en Europa.

Con doble nacionalidad hispano/argentina –que mantuvo hasta su muerte en 1980– Ana y Pablo se instalaron en Madrid y en 1951fundaron Tebas: un espacio de decoración, moda y estilo de vida que en los años 50 vino a significar algo así como el primer concept store español. Su interiorismo visionario dio pautas a grandes decoradores como Duarte Pinto Coelho, Pin Morales, Román Arango y Pascua Ortega. Su trabajo quedó reconocido en Connaissance des Arts en 1954, la Biblia de la gran decoración europea. Económicamente, sin embargo, Tebas no funcionó y en 1958 la pareja se instaló definitivamente en Marbella donde en 1960 abrieron La Maroma, cuyas paredes se decoraron con seis espléndidos panneaux, pintados por su amigo Jean Cocteau para corresponder a sus atenciones cada vez que viajaba a Marbella.

En 1964 el Vogue francés envió al gran Henry Clarke que la fotografió con collares charros y actitud a lo “Ana Magnani” delante de estos paneles de Cocteau. Ella era la reina de la Moda y el personaje más influyente de Marbella en los años 60, atrayendo allí a antiguas clientas como Marlene Dietrich, Danielle Darrieux, Conchita Montes o la propia Duquesa de Windsor.

En estos años publicó sus libros de Poemas que culminan con su gran autobiografía Mi última condena. En ella desfilan los grandes personajes de la Moda, la Decoración y la Danza del siglo XX. Capítulos en los que ella misma fue protagonista inesperada. Por la época vivía en Marbella en el Huerto de los Olivos, singular morada de corte minimalista ideada por el propio matrimonio y el arquitecto Jaime Carvajal.

Ana de Pombo murió en Madrid el 14 diciembre de 1980 en la Residencia de Mayores del Santo Duque de Gandía donde había llegado en 1978. Su cuerpo reposa en el Pabellón familiar de Ampudia, Palencia, entre su hijo mayor Cayo y su tercer marido Pablo Olivera.

 

Obras de ~: 37 poemas, s.l., s.n., 1957; Mi última condena, Madrid, Ed. Taurus, 1971.

 

Bibl.: J. M. Velázquez, Dibujos españoles de Jean Cocteau, Universidad de Málaga y Revista Puertaoscura 1989; M. Arzalluz, “Los otros Balenciaga. Modistos que triunfaron en París”, en SModa, El País, febrero de 2005.

 

Lola Gavarrón

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