Ayuda

Benito Tristany y Feixas

Biografía

Tristany y Feixas, Benito. Mossèn Benet. Ardèvol (Lérida), 6.III.1794 – Solsona (Lérida), 17.V.1847. Mariscal de campo carlista, canónigo.

Hijo de una familia de propietarios rurales, que daría una quincena de voluntarios a las filas carlistas, estudió la carrera eclesiástica en Solsona y fue ordenado a los veinticinco años. Participó en el alzamiento general de la comarca del Solsonés contra el Gobierno liberal nacido del alzamiento de Riego, y el 17 de mayo de 1822 reunió una fuerza de voluntarios y se apoderó de Solsona. En junio entró en Calaf (Barcelona) y en mayo de 1823 en Sallent (Barcelona). En junio de 1823 la Junta de Gobierno de Manresa le otorgó el mando del corregimiento con el grado de coronel y colaboró con las fuerzas del duque de Angulema. Su conducta durante la lucha motivó que el obispo le suspendiera propter defectum lenitatis, pero pronto le fueron devueltas las licencias y vio premiada su actividad bélica en favor del absolutismo: Cruz de la Fidelidad Militar de 1.ª Clase, Escudo de Distinción, canónigo de la Colegiata de Guissona (1825) y canónigo de la Catedral de Gerona (1826). El capítulo gerundense le recibió a disgusto y Tristany acabó instalándose en Barcelona. No consta claramente su participación en la Guerra de los Agraviados, aunque algunos indicios la hacen suponer.

Al iniciarse la Primera Guerra Carlista se lanzó a la lucha en favor de Carlos (V) y, en octubre de 1834, tomó el mando de la partida que había formado su hermano Miguel, que acababa de fallecer. Empezaba así una fulgurante carrera de guerrillero y militar. En septiembre atacó Collbató (Barcelona). En octubre, se unió a Saperes y otros cabecillas y juntos atacaron Prats de Lluçanès. Pronto fue uno de los cabecillas que más preocupó a las autoridades liberales por su habilidad para atacar por sorpresa sirviéndose de una eficaz red de confidentes. A principios de 1835 Benito Tristany ya era comandante de la llamada División de Manresa y Cervera. El 5 de agosto, puso su fuerza a las órdenes del comandante en jefe Samsó para atacar Torà (Lérida). El 14 de septiembre entró en Calaf. En octubre, a las órdenes del general Guergué, participó en el fracasado ataque a Olot. A principios de enero de 1836 entró en Sitges y en L’Arboç (Barcelona). Pero este mes estuvo marcado por la batalla del santuario de Lord, en la sierra del Port del Comte, un enclave casi inaccesible que servía de prisión y hospital. La mayor parte las fuerzas carlistas catalanas, a las órdenes de su comandante Brujó, intentaba levantar el cerco a que lo tenía sometido Meer. En la acción, Tristany reunió el mando de sus fuerzas y las de otros varios guerrilleros, pero los carlistas debieron de retroceder y se acusó del fracaso a Tristany. El 5 de mayo de 1836 atacó un convoy enemigo en Sant Salvador de Guardiola (Barcelona), hizo prisioneros a ocho migueletes de Igualada y los fusiló; y el 7 de junio entre Cardona y Solsona destruyó completamente un destacamento de milicianos que transportaban el correo. A finales de año, Royo, comandante general de los carlistas catalanes, le encargó el mando de una de las brigadas de la división de Reserva. En noviembre hizo prisioneros a ochenta y un reclutas y cuatro guardias de las salinas de Cardona y los fusiló. El 9 de enero se apoderó de Suria e hizo prisionera a toda la guarnición, y cuando era perseguido por dos columnas enemigas se volvió contra ellas y las derrotó. El 17 de febrero juntó sus fuerzas a las de Ibáñez y Matías de Vall y esperó en la carretera de Barcelona a Lérida, cerca de Cervera, el paso de la columna del coronel Oliver, compuesta por unos mil hombres. La columna quedó completamente destruida: unos seiscientos muertos y más de doscientos prisioneros fusilados. El hecho tuvo una gran repercusión y Tristany se ganó tanto la gloria del éxito como la censura por el fusilamiento. Al día siguiente el comandante general Royo reorganizó sus fuerzas y dio a Tristany el mando de la segunda división. En abril tuvo un papel destacado en la conquista de la importante plaza de Solsona.

Cuando la Expedición Real dispuesta para llevar a Carlos (V) a Madrid llegó a Cataluña, Tristany era la “estrella” de los carlistas catalanes y el Rey le ascendió a mariscal de campo. El 5 de septiembre, ya bajo la comandancia de Urbiztondo, Tristany fue nombrado segundo comandante de Cataluña en un intento de aprovechar el ascendiente del canónigo sobre las fuerzas catalanas para frenar el divorcio creciente entre éstas y Urbiztondo. En octubre fue derrotado por Meer entre Vic y Berga. En este mismo mes tomó el mando de una expedición con tres mil doscientos infantes y un escuadrón de lanceros y recorrió el Ampurdán para cobrar impuestos y como una demostración de fuerza, pero la expedición tuvo escasos resultados prácticos. En noviembre Tristany fracasó ante Puigcerdà y en diciembre ante Cardona.

La llegada del conde de España a la suprema comandancia de los carlistas catalanes cambió la situación de Tristany. Parece que por exigencia del conde fue alejado de Cataluña y residió en el Cuartel Real hasta la muerte de aquél (noviembre de 1839). Entonces regresó a Cataluña, pero pasó prácticamente inadvertido el resto de la guerra. Al acabar la guerra no se exilió sino que permaneció oculto en su comarca.

El 16 de febrero de 1847, a poco de haberse iniciado la Segunda Guerra Carlista o de los “Matiners”, Benito Tristany, junto a Bartolomé Porredón y otros cabecillas, al frente de unos doscientos hombres, entró en Cervera (Lérida), se apoderó de noventa mil reales de la administración de Rentas y liberó a los presos. La acción se repitió en Terrassa, a las puertas de Barcelona, pero sorprendido por la fuerza del coronel Manzano, debió de salir precipitadamente de la población. Tristany era la principal preocupación del mando liberal en Cataluña porque en poco tiempo había logrado reunir un contingente de mil doscientos hombres. Las fuerzas del general Pavía, capitán general de Cataluña, le perseguían incansablemente y se vio obligado a dispersar a sus hombres. La noche del 15 de mayo él y Porredón fueron sorprendidos en una casa del pueblo de Llanera (Lérida). Porredón no tuvo ni tiempo de salir de la cama y fue muerto de un bayonetazo. Tristany intentó huir pero su caballo estaba mal ensillado y fue capturado. Al día siguiente, fue fusilado por la espalda en Solsona, junto con otros dos detenidos.

Benito Tristany es el prototipo de guerrillero: de escasas luces intelectuales, atrevido, incansable, hábil en la sorpresa, capaz de lograr un gran ascendiente sobre sus hombres, de una enorme popularidad, que sobrepasó ampliamente su época, pero también duro, poco dado a la templanza con los enemigos y olvidadizo de su condición de sacerdote, que no consta que ejerciera de manera formal, salvo si se considera como tal la obtención de dos canonjías como premio por su actividad bélica durante el trienio liberal.

 

Bibl.: A. Pirala, Historia de la Guerra Civil y de los partidos liberal y carlista, Madrid, Felipe González Rojas, 1889-1891; A. Llorens i Solé, Solsona en les guerres del segle xix a Catalunya, Barcelona, Fundació Salvador Vives Casajuana, 1981; J. M. Mundet i Gifre, La primera guerra carlina a Catalunya. Història militar i política, Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 1990; C. López Hurtado, Els Tristany d’Ardèvol, carlins irreductibles. Genealogia, Barcelona, Columna, 1993.

 

Josep Maria Mundet i Gifre