Larrazábal Arzubide, Guillermo. México, 10.II.1907 – Cuenca (Ecuador), 30.VI.1983. Dibujante, vitralista y fotógrafo artístico.
Hijo del bilbaíno Juan Domingo Larrazábal Basarrate, acaudalado comprador de cacao y café en México, y de Daniela Arzubide Villa, que ayudó mucho a los muchachos emigrados a México durante la Guerra Civil española.
Era el menor de una numerosa familia compuesta de nueve hermanos, que se crió en la opulencia en la casa de Bilbao. A los cinco años fue atacado de fiebres malignas y quedó mudo. Ingresó en el colegio de monjas francesas como alumno especial. En 1916 falleció su padre y con fuerza de voluntad comenzó nuevamente a hablar. En 1920, en el colegio de Orduña, halló en la Pintura y el Dibujo su vocación. El jesuita Adrián Martínez le recomendó en varias escuelas de arte. En 1929 quebró la Casa Comercial Larrazábal. En 1932, en el estudio artístico de Luis Lerchundi, trabajó con el pintor Félix Cañada, asimilando las complicadas técnicas del vitral, arte medieval que seguía practicándose en España.
En 1936 ganó una bolsa de estudios a Francia, pero no pudo cruzar la frontera a causa de la Guerra Civil y, enrolado en el ejército franquista, se pasó pintando sellos y banderas hasta 1939, año en que comenzó a trabajar en la firma Vidrieras de Arte en San Sebastián. En 1951 ingresó en una Fábrica de Cerámica en Madrid y contrajo matrimonio, pero no tuvo hijos.
En 1955 el Centro de Reconversión Económica de Azuay aprobó el proyecto de revitalizar las artes menores en la República del Ecuador y a través de la Embajada en Madrid fue contratado su agente comercial Manuel Mora Íñigo para construir las fastuosas pechinas, Salvador Arribas para trabajar en las gigantescas puertas de bronce y Larrazábal para elaborar los complicados vitrales de la majestuosa catedral de Cuenca que llevaba casi un siglo en construcción.
Arribó solo a los cuarenta y ocho años. Su religiosidad había dado paso a la música clásica y a las ciencias ocultas. Con el filósofo español Francisco Álvarez González, profesor de la Universidad de Cuenca, los recién llegados formaron el grupo artístico y cultural ALMA. Pronto comenzó a producir bocetos que dieron paso a vitrales de grandes dimensiones, donde su talento y creatividad jugaban magistralmente con la luz a través del color del cristal.
En horas libres realizaba excursiones para captar pequeños detalles de la naturaleza a través de la fotografía artística y, tras veintiocho años de fructífera carrera como vitralista, falleció en Cuenca, de cáncer pulmonar, posiblemente contraído a causa de los vapores de plomo de su fundición, en la madrugada del 30 de junio de 1983, a los setenta y seis años de edad. En 1988 apareció su libro homenaje titulado El arte del vitral, edición de lujo y hermosas láminas con sus principales bocetos y trabajos fotografiados a todo color.
Dejó discípulos y su taller sigue trabajando a toda intensidad, para decorar templos, clubes, centros comerciales, edificios públicos y residencias privadas. No hay rincón del país que no exhiba sus obras. Larrazábal es para la República del Ecuador el refundador del vitral.
Bibl.: J. Dávila Vázquez, G. Larrazábal, el arte del vitral, s. l., Banco Central de Ecuador, 1988; R. Pérez Pimentel, Diccionario Biográfico del Ecuador, t. XIV, Guayaquil, Imprenta de la Universidad, 2002 (2.ª ed.); www.diccionariobiograficoecuador.com.
Rodolfo Pérez Pimentel
