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Francisco Garmendia Mendizábal

Biografía

Garmendia Mendizábal, Francisco. Hermano Andrés Hibernón. Beizama (Guipúzcoa), 3.IX.1880 – Griñón (Madrid), 11.III.1969. Hermano de las Escuelas Cristianas o de La Salle, siervo de Dios, superior en su instituto y director de la Editorial Bruño.

Era su lugar de nacimiento “un rústico y profundamente cristiano pueblo”, desde el cual se oían las campanas del santuario de Loyola. Aunque bautizado con el nombre de Francisco María, recibía el sobrenombre familiar de Pachico. Llegaba al noviciado lasaliano de Bujedo (Burgos) en la víspera de la Navidad de 1896. Su desconocimiento del castellano le obligó a permanecer nueve meses en el aspirantado. En ese momento tomaba el hábito y el nombre de religioso, hermano Andrés-Hibernón. Un año después iniciaba la preparación profesional en el escolasticado, funcionando Bujedo como una escuela normal privada, con el texto reeditado y revisado de san Juan Bautista de La Salle, la Guía de las Escuelas. Este religioso no se presentó a los exámenes oficiales en Vitoria. Con el nuevo siglo recibió la obediencia para la primera casa que se había abierto de los hermanos en España, el asilo del Sagrado Corazón de Jesús en Madrid, permaneciendo allí hasta 1904. Desde aquel año estudió la carrera de maestro, concluida en septiembre de 1905. Tras pasar brevemente por el colegio madrileño de Maravillas, en diciembre de 1906 era nombrado director-fundador de la escuela de San Martín, dedicada en la capital a las primeras letras. En 1908 pronunciaba su profesión perpetua y desde entonces se hallaba en la escuela de Puebla de Trives (Orense).

En junio de 1913, el superior general le nombraba director del escolasticado de Bujedo, confiándole la formación pedagógica y apostólica de todos los hermanos jóvenes españoles y algunos franceses. Antes había de realizar el segundo noviciado en la Casa Generalicia belga del Instituto. Además de dedicarse en ese período al conocimiento del fundador, Juan Bautista de La Salle (canonizado en 1900), profundizó en los sistemas pedagógicos más modernos del extranjero.

Conoció la decisión, no compartida por él, de no volver a presentar a los escolásticos a los exámenes oficiales de la carrera de maestro en Vitoria. Contribuyó a la expansión de la devoción eucarística, no solamente por el cuidado de archicofradías, sino por el nacimiento de publicaciones como El Eco de Belén o Vida y Luz, en cuyas páginas descubrió su dimensión de publicista. Tras la división del distrito de Madrid, en 1923, fue destinado a la secretaría de la nueva demarcación central. Era el paso previo para convertirse en lo que llegó después: visitador provincial. Desde entonces, aquel oficio le obligaba a girar tres visitas anuales a cada una de las comunidades. Por entonces, ya se había comprado la finca donde se habría de edificar el noviciado de Griñón, inaugurado en 1928.

Aunque los hermanos no temieron la llegada de la República, e incluso algunos la esperaban con esperanza, el hermano Andrés Hibernón vivió en medio de la enfermedad y el temor la quema del colegio en el que residía, el de Maravillas, el 11 de mayo de 1931. Ante el agravamiento de su enfermedad neurasténica, según él mismo confesaba, el asistente para España decidió su sustitución momentánea. No reanudó sus funciones hasta dos meses después. A partir de entonces tuvo que enfrentarse a la aplicación de la Ley de Congregaciones y Asociaciones Religiosas de junio de 1933. Los hermanos prefirieron la secularización y la muerte legal antes de su extrañamiento. Continuaron conservando los colegios, pero bajo la ficción legal de la propiedad de la Instrucción Popular.

Ya como inspector, resucitó el incendiado colegio Maravillas a través de la academia Menéndez Pelayo de Madrid, además de permitir la apertura del colegio cordobés de Cultura Española. Como él mismo escribió, con la República empezó a pecar de optimismo, traspasando con ello los límites de la prudencia. Tras conocer el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 en el noviciado de Griñón, permaneció en distintas cárceles durante todo el período bélico hasta su liberación en Alicante, el 4 de febrero de 1939. Desde aquel momento, reanudó sus funciones de visitador, restauró antiguas comunidades e impulsó el funcionamiento de la editorial Bruño. Así, tras dieciocho años de haber gobernado el distrito de Madrid, pedía su sustitución, siendo condecorado con la Cruz de Alfonso X el Sabio por el Gobierno español, en reconocimiento por sus servicios prestados a la educación. En 1944 era director general de la casa de Griñón y un año después de la editorial Bruño hasta 1954. Desde entonces fue nombrado prodirector, sustituto de su visitador y superior religioso de la comunidad de Bruño. En ocasiones extraordinarias ejerció de director sustituto del escolasticado de Griñón, no apartándose de la formación de los novicios.

Esperaba mucho del Concilio Vaticano II y lo seguía con atención, pero después del Capítulo General de su Instituto de 1966, en su ánimo se apreciaron lagunas de pesimismo ante una degeneración que veía venir “desde arriba”. Su colaboración con Bruño se prolongó hasta 1968. Manuel Olive lo veía como un “San Alonso Rodríguez, desgranando cuentas de su rosario en la portería”. Murió en la enfermería de Griñón cuando estaba a punto de cumplir ochenta y nueve años y setenta y dos de vida religiosa. Su causa de beatificación se inició de manera inmediata. En 1983 se autorizó el comienzo del proceso canónico, siendo reconocido como siervo de Dios. Los estudios biográficos del hermano Guillermo Félix, han colaborado de manera decisiva al conocimiento de su personalidad y de su trascendencia en el Instituto y en el mundo educativo.

 

Obras de ~: El esclavo de María. Cartas a un joven sobre la esclavitud mariana; Noticias y Avisos. Revista semestral interna del distrito de Madrid, 2.º semestre de 1925 a 2.º semestre de 1943; Cartas a un joven sobre la vocación religiosa, s. l., s. f.

 

Bibl.: Claudio Gabriel, La obra lasaliana en España, Madrid, Editorial Bruño, 1953; Guillermo Félix, El Hermano Andrés Hibernón de las Escuelas Cristianas, Burgos, Talleres Gráficos Diario de Burgos, 1970; S. Gallego, Sembraron con amor. “La Salle”, Centenario en España (1878-1978), San Sebastián, 1978; M. de Olive, El Hermano Andrés Hibernón, signo de Fe, Madrid, 1980; Guillermo Félix, Gozoso con María. Mirando a la eternidad. Hermano Andrés-Hibernón Garmendia Mendizábal de las Escuelas Cristianas, Madrid, Villena, 1986; O. Calvo Crespo, El hermano Andrés Hibernón, Madrid, Ediciones San Pío X, 1986.

 

Javier Burrieza Sánchez

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