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Dolores Quiroga y Capopardo

Biografía

Quiroga y Capopardo, Dolores. Sor María de los Dolores Patrocinio, la Monja de las Llagas. San Clemente (Cuenca), 27.IV.1811 – Guadalajara, 27.I.1891. Religiosa Franciscana Concepcionista, consejera de la reina Isabel II, fundadora de conventos.

Del matrimonio de Diego Quiroga y Valcárcel, alto empleado en la administración de rentas de la Casa Real, y Dolores Capopardo del Castillo, nació la niña Dolores en la localidad conquense de San Clemente, donde se habían refugiado durante la invasión napoleónica y tenía casa solariega la madre. En 1823, la familia se trasladó a Madrid tras haber fallecido el padre, y, en 1826, la joven Dolores ingresó en el Convento de las Comendadoras de Santiago, de carácter aristocrático, como era la familia de la postulante, protegida por la condesa-duquesa de Benavente y la marquesa de Santa Cruz. Ya en la infancia, había tenido vivencias místicas desacostumbradas y éstas se acentuaron al hacer vida conventual, en términos que le procuraron renombre en Madrid. No era menos famosa la belleza de la joven y consta que el político liberal Salustiano Olózaga se prendó de ella. Rechazándolo desde el primer momento, la novicia tomó el hábito en el Convento de Caballero de Gracia, más rígido que el anterior, en 1829, y en el siguiente año profesó en él.

A partir de este momento fueron notorias sus experiencias sobrenaturales. Dos meses después de profesar, se le imprimió en el costado una llaga semejante a la de Jesucristo y en las semanas siguientes se le abrieron otras en manos y pies, que se mantendrían durante toda su vida y justificarían su sobrenombre de Monja de las Llagas. Estos estigmas iban acompañados de visiones, éxtasis, profecías y otros portentos, entre los cuales se cuenta la aparición en 1831 de la Virgen del Olvido a sor Patrocinio.

Dentro de la oleada de quema de conventos y matanza de religiosos, en 1835 el juez Manuel Cortázar procesó y encarceló a la monja. Tras un año de arresto arbitrario, fue recluida en las Recogidas y en 1837 salió desterrada hacia Talavera de la Reina y luego fue trasladada a Torrelaguna. En 1839 la religiosa escribió su Ejercicio mensual a María Santísima del Olvido, Triunfo y Misericordias, que sería editado en 1860 a costa de la Reina y ha sido reimpreso en 2004.

Desde su juventud, Isabel II se había interesado, junto con su hermana Luisa Fernanda, por la figura de sor Patrocinio y en 1844, la reina gobernadora María Cristina y sus dos hijas fueron a visitarla en el Convento de La Latina, tras habérsele permitido regresar a Madrid. La Reina declararía luego en el proceso de beatificación de la religiosa: “Sentí una alegría grandísima al conocerla y vi en ella algo de extraordinario, sobrenatural y celestial. He invocado la ayuda de las oraciones de una tan santa religiosa en todas mis aflicciones”. Tal es el punto de partida de la creencia de que sor Patrocinio se apoderase de la voluntad de la Reina para lucrarse con ello. La documentación sólo testimonia que la religiosa aconsejó por escrito durante años a la Soberana que se reconciliase con su consorte, Francisco de Asís; no pasó de peticiones y recomendaciones muy modestas, ni se entrevistó con la Reina ni con los políticos. Los enemigos del Rey consorte, hostiles a las tentativas de actuación de éste, incriminaron de oscuros manejos a la monja, así como más tarde al padre Antonio María Claret, confesor de la Reina.

En 1849 sor Patrocinio tomó posesión como abadesa en el Convento de Jesús y fue luego desterrada a Badajoz por Narváez. Dos años después regresó a Madrid y en 1852 sufrió su primer exilio en Francia, durante un año. Se repitieron luego los destierros dentro de España, al compás de las vicisitudes políticas, que no privaron a la religiosa de fundar nuevas comunidades en Torrelaguna, Aranjuez, El Pardo, El Escorial, Lozoya, Manzanares, Guadalajara, y reformar otras como las de Corral de Almaguer, Puebla de Alcocer, Almonacid de Zurita, Cabeza del Buey y Granada. En 1868 la Revolución la desterró a Francia, donde pasó tres años. Estas penalidades se sumaron al deterioro creciente de su salud. En 1877 se estableció definitivamente en el Convento de Concepcionistas Franciscanas que había fundado en Guadalajara. En todo este tiempo no cesaron las vivencias sobrenaturales de sor Patrocinio ni su correspondencia con la reina Isabel, llena de piadosas exhortaciones, centradas en el propósito de que rehiciera la convivencia conyugal con Francisco de Asís. Isabel II la visitó en Guadalajara el 26 de marzo de 1880, época de frecuente correspondencia entre ambas, donde no aparece interés material. Sor Patrocinio falleció en el Convento de Guadalajara y en 1907 se abrió el proceso de su beatificación, que está en curso.

 

Obras de ~: Ejercicio mensual a María Santísima del Olvido, Triunfo y Misericordias, Madrid, Imprenta Aguado, 1860 (2.ª ed., est. prelim. del P. G. Calvo Moralejo, Guadalajara, J. F. M. Impresores, 2004).

 

Bibl.: J. Ezquerra del Bayo y L. Pérez Bueno, Retratos de mujeres españolas del siglo xix, Madrid, Junta de Iconografía Nacional, 1924; B. Jarnés, Sor Patrocinio, la Monja de las Llagas, Madrid, Espasa Calpe, 1930; J. B. Gomis, Sor Patrocinio, la Monja de las Llagas, Madrid, Ed. Aspas, 1946; A. González y M. Diéguez, Sor Patrocinio, Madrid, Editora Nacional, 1980; M.ª I. de Jesús, Vida admirable y ejemplarísimas virtudes de la ínclita sierva de Dios reverenda madre Sor María de los Dolores y Patrocinio, Guadalajara, Concepcionistas Franciscanas, 1991 (2.ª ed.); P. Voltes, Sor Patrocinio, la monja prodigiosa, Barcelona, Planeta, 1994; C. Segura Graíño, Diccionario de mujeres célebres, Madrid, Espasa Calpe, 1998; H. Priego Sánchez-Morate y J. A. Silva Herranz, Diccionario de personajes conquenses (nacidos antes del año 1900), Cuenca, Diputación Provincial, 2002.

 

Pedro Voltes Bou

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