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Mateo Delgado Moreno

Biografía

Delgado Moreno, Mateo. Oliva de la Frontera (antes Oliva de Jerez) (Cádiz), 15.II.1754 – Torre de Miguel Sesmero (Badajoz), 1841. Abad, canónigo, profesor, capellán de honor y arzobispo de Badajoz.

Nació en la villa de Oliva de Jerez —hoy de la Frontera— el 15 de febrero de 1754. Estudió en el colegio seminario de San Atón de Badajoz, Universidad Pontificia de Sevilla y se doctoró en Teología por la Universidad de Santo Tomás de Ávila.

Profesor y preceptor de Gramática y Latín de Manuel Godoy Álvarez de Faria, Príncipe de la Paz. Rector del seminario conciliar de San Atón y canónigo de la catedral pacense.

Capellán de honor de número en la Real Capilla en el año 1793; abad de la Real Iglesia Colegial Parroquial de la Santísima Trinidad del Real Sitio de San Ildefonso en 1800 y arzobispo titular de Sebaste en el año 1801. Fue promovido al obispado de Badajoz, conservando la dignidad arzobispal a título personal, el 9 de agosto de 1802.

Celoso maestro de la fe por sus catequesis y cartas pastorales. Su inquietud por la cultura le lleva a tomar sobre sí otras responsabilidades locales: construye la Casa de Ordenandos en 1807 y funda la Real Sociedad Económica Amigos del País en 1816.

En los tiempos en que vive, las convulsiones y los problemas son numerosos. La crisis del Antiguo Régimen desembocará en revoluciones.

Monseñor Delgado Moreno, vicepresidente de la Junta de Badajoz, defiende a ultranza el absolutismo monárquico y las instituciones eclesiásticas tradicionales. Pero se abstiene de toda discusión política en la cátedra de la verdad y en el ejercicio de su ministerio. “Hacedles conocer, que la libertad civil, al paso que es muy conforme al espíritu evangélico, es el primer sistema de gobierno, que la naturaleza indicó a los hombres al principio de la sociedad, es el único que puede hacer la felicidad de un país.” Conocía directamente a sus diocesanos en las visitas pastorales. Durante su pontificado se produjo la absoluta separación del pueblo de Olivenza con sus aldeas de la diócesis de Elvas. Convocó tres concursos generales para la provisión de beneficios. En la represión del Trienio Liberal tomó decisiones dolorosas para el clero, incluso con sus más inmediatos colaboradores.

La última etapa de su vida estuvo marcada por la cruz de la política maniobrera de los isabelinos. En la desamortización eclesiástica de 1836 escribía el prelado: “Estoy resuelto a cumplir mi obligación y no dar cumplimiento a una orden tan injusta, aunque me destierren. Ochenta y dos años tengo y es probable que muera en el camino, pero moriré como obispo cumpliendo con mi obligación. No espere que cumpla semejante orden”. Pero llegó la condena suavizada por la intervención de un amigo.

El 12 de octubre de 1836 le ordenó la Reina gobernadora, instigada por el radical Gobierno liberal, que abandonase la ciudad de Badajoz y se trasladó a un pueblo cercano, Torre de Miguel Sesmero. Esta tribulación la soportó con una conformidad y una paciencia admirables.

Los últimos años de monseñor transcurrieron en el cultivo de su vida interior. “Su caridad hacia Dios y Su Santísima Madre fue tan grande, que sus conversaciones familiares las dirigía siempre al honor de Dios y de su Madre Santísima. Afecto a la oración, empleaba en ella cuatro o más horas del día.” Un año antes de que muriese, el cabildo de la catedral solicitó al regente, el general Espartero, el indulto para el anciano y virtuoso prelado. Un silencio total fue la respuesta. En la Torre de Miguel Sesmero falleció en el año 1841. Fue enterrado en la iglesia parroquial de su pueblo natal.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Diocesano de Badajoz, Colección de cartas pastorales (inéd.); Archivo Palacio Real, caja 288, exp. 47.

N. Díaz y Pérez, Diccionario histórico, biográfico, crítico y bibliográfico de autores, artistas y extremeños ilustres, vol. I, Madrid, Pérez y Boix, 1884, pág. 207; A. del Solar y M. de Cidoncha, Egregios Extremeños, Notas tomadas en los archivos sobre algunos de ellos, Badajoz, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja General de Ahorros, Tecnigraf, 1946, págs. 89-103; P. Rubio Merino, Seminario Conciliar de San Atón de Badajoz (1664-1964), Badajoz, Monte de Piedad y Caja General de Ahorros, 1964, págs. 276-278; A. Camacho Macías, “Anotaciones críticas al episcopado pacense...”, en V Congreso de Estudios Extremeños, Badajoz, Institución Cultural Pedro de Valencia, 1975, fols. 47-48; J. López Yepes y M. Titos Martínez, Historia de la Caja de Ahorros de Badajoz, 1889-1992, Badajoz, Caja de Ahorros, 1992, pág. 48; T. A. López López, “San Sisenando y los Ordenandos”, en Revista San Juan ’92 (Badajoz) 1992; Los obispos de Badajoz: Catálogos y Consagraciones, Badajoz, Imprenta Indugrafic, Artes Gráficas Badajoz, 2001, pág. 261; VV. AA., Real Sociedad Extremeña de Amigos del País de Badajoz, Badajoz, Imprenta Indugrafic, Artes Gráficas Badajoz, 2005, págs. 9-10.

 

Teodoro Agustín López López