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Ismael Górriz Valero

Biografía

Górriz Valero, Ismael. Teruel, p. m. s. XX – 1978. Ceramista.

Fue uno de los miembros de la familia Górriz, dedicados a la alfarería entre fines del siglo XIX y la segunda mitad del XX. Esta saga familiar se inició con José Górriz Martínez, cuyo obrador estaba situado al norte de Teruel, en las llamadas Ollerías del Calvario, espacio urbano donde también se encontraba el taller de los Punter. A su muerte, en 1935, se hizo cargo de la ollería su hijo mayor, nacido de su primer matrimonio, José Vicente Górriz, que algo después de la Guerra Civil, se trasladó al sur de la población, al obrador que antes perteneciera al ollero Mamés Lozano, sito en el barrio de San Julián, en la rambla del Chepa, en terrenos que limitan con la rambla de San Julián, el barranco de las Ollas y el camino de Villacisneros, y contiguo al taller de José Martín Abril. Allí trabajaría junto con sus hermanos Ismael y José Górriz, nacidos del segundo matrimonio de su padre, hasta aproximadamente 1953 en que se separaron, regresando éste al antiguo obrador paterno y permaneciendo aquéllos en este último, donde continuaron con su actividad hasta 1978, fecha del fallecimiento del mayor, Ismael Górriz, y donde decoró todavía alguna pieza de manera excepcional José Górriz hasta 1982, año en el que abandonó definitivamente el oficio y la ciudad, marchándose con su familia a Burriana (Castellón), donde moriría en 1987.

Los Górriz habían continuado el trabajo paterno centrado en la producción de ollas, alguna pieza de vajilla barnizada con esmalte blanco de estaño y decorada con algún trazo en verde, ladrillos y tejas. Pero el interés manifestado por anticuarios y coleccionistas por la cerámica de Teruel a lo largo de la primera mitad del siglo XX, les impulsó a recuperar la obra antigua. Así, en 1950, los Górrriz participaron en el II Concurso-Exposición de Artesanía, celebrado en Teruel, presentando tanto piezas vidriadas con barniz de plomo cuanto esmaltadas con barniz de estaño, decoradas éstas con los dos colores más característicos de su producción histórica, el verde y el morado.

A la vez, Ángel Novella iniciaba desde la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad la recuperación de la cerámica decorada turolense, presentando también en esta muestra algunas piezas realizadas por él. A partir de aquí los Górriz comenzarían la producción de la cerámica tradicional de manera continuada, en sus dos series verde-morada y azul, copiando los repertorios de las piezas antiguas y creando otros propios. En esta labor colaboraron también sus hermanas, especialmente Consuelo, que había completado su formación en la Escuela de Artes y Oficios local. En 1953 obtendrían el reconocimiento a su trabajo en la Feria Internacional del Campo de Madrid, que les concedió la mención de Expositor de Honor, momento que coincidiría con la separación de los hermanos antes mencionada. Los Górriz siguieron participando en diferentes exposiciones en los años siguientes, en los que obtuvieron abundantes galardones (Cannes y Bordeaux, en 1955; Madrid, en 1966 y 1969; Zaragoza, en 1969, 1970 y 1972; Teruel, en 1969, 1970, 1972 a 1976 y 1979; Alcañiz [Teruel], en 1971; Palma de Mallorca, en 1972; y Alcorisa [Teruel], en 1980). Sus obras se comercializaron tanto a nivel nacional como internacional, siendo su conocimiento del trabajo tradicional básico para la reconstrucción de las técnicas de producción de la cerámica histórica turolense.

El obrador de los Górriz en el barrio de San Julián, al igual que el de José Martín Abril, han llegado hasta nosotros prácticamente intactos, constituyendo un conjunto de obradores único, por su disposición agrupada, extensión y buena conservación, lo que los convierten en un excelente ejemplo para entender cómo fueron los obradores cerámicos tradicionales de Teruel. El suyo se organiza en torno a una amplia explanada en la que se hacía la manipulación de las tierras, para lo cual se usaba el pozo y las balsas necesarios para la obtención del barro. En torno a ella se encuentran una vivienda moderna, otra construcción antigua con varios cobertizos y almacenes para guardar la obra, el horno de barniz o padilla, una parte cerrada del taller destinada a la decoración de las piezas y el obrador propiamente dicho, que —compuesto de tres habitaciones seguidas— acoge la rueda o torno de hacer las vasijas y el molino manual de moler los colores; se han conservado además tres hornos de cocer cerámica, todos con la puerta de carga y la boquera de combustible a cubierto, aunque el resto de su estructura y chimeneas que se abren en su bóveda se hallan exentas, lo que era imprescindible para el buen resultado de la cocción.

 

Obras de ~: Piezas de vajilla, Museo Provincial de Teruel y en colecciones privadas.

 

Bibl.: M. Almagro y L. M.ª Llubiá, La cerámica de Teruel, Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, 1962, págs. 32-33; P. Atrián Jordán (coord.), Homenaje a los hermanos Górriz. Cerámica, catálogo de exposición, Teruel, Museo, 1988; M.ª I. Álvaro Zamora, Cerámica aragonesa, vol. I, Zaragoza, Ibercaja, 2002, pág. 30; “La cerámica mudéjar: investigación y tutela”, en J. Criado Mainar (coord.), en Actas del X Coloquio de Arte Aragonés, Zaragoza, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Institución Fernando el Católico y Departamento de Historia del Arte, 2002, págs. 21-84.

 

María Isabel Álvaro Zamora