Queralt i d’Icard, Pedro de. Conde de Santa Coloma (I). Catllar (Tarragona), m. s. xvi – 5.IX.1606. Caballero de la Orden de Santiago y I conde de Santa Coloma de Queralt.
“Don Pedro”, como se hacía llamar, igual que otros miembros de la aristocracia catalana, era hijo del barón Guerau de Queralt. Hacia 1572, se encontraba en Roma desde donde dirigió varias cartas al consejo municipal de la villa de Santa Coloma, trasladándoles la conveniencia de empedrar las calles o rogándoles que hicieran plegarias por la salud de su madre, Montesina de Queralt.
Firmó capítulos matrimoniales con María de Codina y Cardona el 7 de febrero de 1590 y al año siguiente contrajo matrimonio. El 7 de abril de 1592, mientras una epidemia asolaba la villa de Santa Coloma, nació su primogénito que no llegaría a heredarle, pues murió joven. Le sobrevivieron tres hijos (Ramon, Jeroni y Dalmau) y una hija llamada Magina.
En febrero de 1595, Pedro enfermó en Barcelona, fue sangrado en dos ocasiones y todavía en marzo se encontraba en estado grave, pues en su pueblo natal se celebraron procesiones y misas con objeto de que recobrara la salud. Se envió asimismo a cinco peregrinos a que llevasen un cirio a la Virgen del Monasterio de Montserrat para que actuase como intercesora en su curación. Finalmente, logró recuperarse y sanó. En octubre de ese año, fallecía su padre en el castillo de Catllar y Pedro pasó a ser el barón del lugar.
El 14 de julio de 1599, Felipe III celebró Cortes en Barcelona y desde Tarragona expidió la Real Cédula por la que elevaba a Pedro a la alta dignidad —entonces no llegaban a diez los condes del Principado de Cataluña— de I conde de Santa Coloma. En 1603, solicitó permiso al virrey, duque de Monteleón, para explotar las minas del feudo de Santa Coloma de Queralt. Las condiciones estipuladas por el virrey fueron el pago de la séptima parte a la Corona y la reserva para el Monarca de las eventuales minas de oro.
El 2 de septiembre de 1606, aquejado de una dolencia incurable, dictó testamento y nombró heredero universal a su hijo Dalmau, de trece años de edad.
Falleció tres días después.
Si don Pedro pasó a la posteridad fue por haber sido padre del II conde de Santa Coloma, Dalmau de Queralt. Éste se hizo famoso al polarizar —como virrey de Cataluña— el odio de los catalanes que rechazaban la política de Olivares durante la revuelta de 1640. Lo pagó con una cruenta muerte e innumerables execraciones históricas.
Bibl.: J. Segura, Història de la vila de Santa Coloma de Queralt, Barcelona, Imprenta de Vicente Magriñá, 1879; J. Sanabre, La acción de Francia en Cataluña en la pugna por la hegemonía de Europa (1640-1659), Barcelona, Reial Acadèmia de Bones LLetres de Catalunya, 1961; J. Sanabre, El tractat dels Pirineus i el seus antecedents, Barcelona, Rafael Dalmau, 1961; E. Serra, La Guerra dels Segadors, Editorial Bruguera, Barcelona, 1966; J. H. Elliott, La rebelión de los catalanes (1598-1640), Madrid, Siglo XXI, 1977; P. Català i Roca, El Virrey Comte de Santa Coloma, Barcelona, Fundació Salvador Vives Casajuana, 1988; P. Molas Ribalta, L’alta noblesa catalana a l’Edat Moderna, Vic, Eumo Editorial, 2003.
Antonio Fernández Luzón
